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Opinión

Nintendo América se vio forzada a lanzar Game Boy Micro, ¡y yo lo agradezco!

El expresidente de la división opina que era un hardware demasiado pequeño, pero su tamaño tenía su propio encanto.

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Nintendo América se vio forzada a lanzar Game Boy Micro, ¡y yo lo agradezco!

Es cierto, GameBoy Micro es diminuta, el tamaño de su pantalla no resulta apta para todos los ojos y su construcción es poco ergonómica, sobre todo para los que presumen de manazas. Esta portátil, la última de la familia Game Boy Advance, se diferencia del resto por su rediseño en miniatura. Reggie Fils-Aimé, presidente de Nintendo América, ha reconocido en el libro Disrupting the Game: From the Bronx to the Top of Nintendo que se vieron obligados a comercializarla. No voy a ser yo el que me queje, porque a pesar de todas sus pegas, es una de las máquinas que más he disfrutado.

“Desde mi perspectiva, el concepto de Game Boy Micro no llegó a cuajar”, apunta Fils-Aimé. “El hardware era excepcionalmente pequeño”. Según explica, la filosofía de esta máquina contravenía la tendencia de los dispositivos del momento. En definitiva, se llevaban las pantallas grandes. Y aun así, bajo mi punto de vista, tal vez contaminado por la nostalgia, disponer de una consola tan pequeña era una buena opción en según que circunstancias.

Un viaje suele suponer cargar con trastos: maletas, bolsas y ordenadores se amontonan y nos conducen al estrés. Ahora que las portátiles se comparan con las dimensiones de Nintendo Switch o Steam Deck, es impensable pensar en un hardware que puedas llevar en los bolsillos de los pantalones sin que te des cuenta. Comprendo que esa pantalla te podía dejar bizco del esfuerzo, pero la comodidad de poder trasportarla a cualquier sitio a mí me dio la vida cuando cogía un autobús de hora y media todos los días para ir a la universidad. Eso por no hablar de la batería, muy optimizada para funcionar durante bastantes horas.

Algo curioso que me ocurrió durante esa época es que me regalaron The Legend of Zelda: The Minish Cap junto a Game Boy Micro. En este juego, Link se hace muy pequeñito y cabe por todos los resquicios y agujeros. Probablemente, al disminuir de tamaño también pierde un poquito de su poder. Con esta consola ocurre algo similar: entra en cualquier sitio, pero a cambio sacrificas otros aspectos.

Para mí su tamaño es una ventaja. No la concibo como el modelo principal, pero sí creo que es una buena opción para momentos puntuales. Yo todavía la utilizo en mis viajes y pienso seguir haciéndolo en el futuro. Ah, y no me he quedado sin ojos (¡todavía!).

En MeriStation publicamos un top con los mejores juegos de Game Boy Advance.