Watch Dogs Legion, impresiones

Ubisoft sigue recogiendo más que nunca el feedback de los usuarios para aplicarlo de manera directa a sus juegos. Está siendo una constante durante los últimos años, y buena prueba de ello lo tenemos con marcas como Rainbow Six Siege, For Honor, Assassin’s Creed o la que ahora nos atañe, Watch Dogs.

El salto cualitativo que hubo de la primera a la segunda entrega es de esos que quedará para el recuerdo. Se pulieron todos aquellos defectos más palpables para crear una segunda aventura con más carisma, tesón y buen hacer que la primigenia. Ahora con Watch Dogs Legion apuestan por lograr otra “subida de nivel” que quede para el recuerdo. De momento, pinta muy bien.

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Londres, patio de recreo

La demo de 45 minutos que hemos podido probar en este E3 2019 ha sido más que suficiente para reflejar qué nos espera en Watch Dogs Legion. Para empezar, Londres. No es la primera vez que Ubisoft se acerca a una de las urbes más pobladas del planeta, ya que hizo lo propio hace sólo unos años con Assassin’s Creed Syndicate. Sin embargo, ahora aparece con una estética muy especial.

La Londres que conocemos en este 2019 da paso a una futura distópica donde la decadencia se mezcla con la opulencia, todo hilvanado con una gran organización militar privada (Albion) que “controla” la población. Nosotros, como no podía ser de otra forma, encarnamos a la resistencia, pero aquí entra el otro factor clave: el término “resistencia” es el sentido más amplio de la palabra. “No es una historia sobre un héroe, sino de muchos”, nos comentaba el equipo de desarrollo.

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En Watch Dogs no vamos a tener a una figura reconocible como Aiden Pearce o Marcus Holloway, sino a muchas. Es un movimiento sumamente arriesgado, ya que no hay un rostro sobre el que se descargue toda la responsabilidad (en todos los sentidos, marca comercial incluida), sino que recae en caras que son totalmente aleatorias. Ahora bien, esto también es el plato fuerte.

Al igual que ocurre en Grand Theft Auto V con la selección de los tres protagonistas principales, en Watch Dogs Legion podemos cambiar en tiempo real a cualquier personaje que esté en nuestro equipo. Y un momento, que todavía hay más: se puede reclutar cualquier persona de la ciudad que tenga las estadísticas correctas para ello –y cuando decimos “cualquiera” es literal-. Como decíamos en el párrafo anterior, puede ser arriesgado, pero para nosotros es todo un acierto.

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El juego se siente rápido, libre y vibrante. Todo funciona en tiempo real y con tiempos de carga de apenas unos pocos segundos. Basta pulsar sobre el menú, elegir a esa persona que queremos controlar y listo. Además, cada una tiene sus habilidades y animaciones faciales y corporales. Por ejemplo, la ya afamada abuela no destaca precisamente por su velocidad o la facilidad que tiene a la hora de saltar, pero esto no tiene nada que ver con una joven hacker entrada en la veintena, que es rápida, ágil y con vitalidad.

Este abanico de posibilidades da mucha libertad a la hora de realizar objetivos, aunque Ubisoft lo ha intentado resumir en tres clases para que no haya pérdidas (Enforcer, Infiltrator y Hacker). Si hemos jugado a los Watch Dogs anteriores tendremos muchas de las nociones básicas, ya que todas las clases están relacionadas con conceptos ya vistos en las entregas predecesoras.

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En este sentido, podemos hackear casi cualquier cosa que aparezca en el mapeado. Un buen ejemplo de ello es que para infiltrarnos en una “base” nos hemos subido a lo alto de un dron; y una vez encima de este hemos manejado otro más pequeño para concatenar acciones. A esto le debemos añadir algo que el equipo nos ha puntualizado: buscan que el sistema cuerpo a cuerpo sea más importante que en entregas anteriores, de ahí la mejora lograda y obtenida.

Por cierto, un detalle muy importante: existe permadeath, lo que se traduce en que si un personaje muere, este no se puede recuperar. Esto deja de manifiesto, más si cabe, la relevancia que tiene el subtítulo de “Legion” en el título del juego: no hay uno, sino muchos. Da igual que alguien muera porque lo relevante es la causa, que no es más que acabar con el poder.

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A pesar de la libertad de acción que tenemos en un Londres vastísimo (en la demo teníamos el 20 % y ya de por sí era inabarcable), el juego está compuesto por 5 líneas temporales principales, que se dividen a su vez en unas 60 misiones de cabecera. Cómo no, las secundarias son más (muchas más), algo habitual en esta franquicia.

Ubisoft apuesta duro y alto con este Watch Dogs Legion. Es una manera de concebir el sandbox a la que no estamos acostumbrados, ya que cierto es que el intercambio de personajes se ha visto con anterioridad, pero no con total y libre albedrío a la hora del rostro que controlamos. Podemos estar ante el mejor Watch Dogs de todos los lanzados, y eso siempre es de agradecer.