Astroneer, análisis: explorando un espacio infinito

Imaginad un videojuego de exploración espacial y supervivencia donde se elimina la preocupación por esto último y simplemente se nos invita a descubrir, interactuar y crear. Eso es, o al menos lo intenta, Astroneer, la obra prima de System Era Softworks.

Un horizonte que entra por los ojos

Después de meses en early access y una comunidad dedicada al máximo para ofrecer feedback a los desarrolladores a través de Steam, la versión que hemos podido analizar —y que es realmente una beta del producto— supone un cambio muy drástico respecto a esas primeras versiones jugables, pero nos hace fruncir el ceño con la cantidad de trabajo restante que se percibe necesita para convencer tanto como nos hubiese gustado. Los problemas, tanto en su control como en la presencia innumerable de bugs, impiden que Astroneer sea ese cuadro colorista en el espacio hecho videojuego que queríamos.

Pero entremos en materia. Después de un tutorial inicial bastante bien diseñado, que se centra en transmitir al jugador el ritmo y los tempos del título, te invita a descubrir y ofrecerte herramientas con muchos usos. Como si de un libro de “crea tu propia aventura” se tratase, el equipo afincado en Seattle quiere que construyas tu propia base de operaciones a través de la búsqueda de materiales, recolección de diferentes tipos de útiles que luego podrás usar para construir, mejorar y volver a viajar para seguir explorando. Es un círculo que se repite, que lo hace de forma parecida con No Man’s Sky, solo que con un espíritu algo más caprichoso al tomarse ciertas licencias que nos han convencido.

Una de ellas es la asfixia. Somos un astronauta de buen comer que, sea por el motivo que sea, ha tenido un accidente y ha ido a parar a un planeta inhóspito, pero hasta que no reconstruyamos una máquina que nos suministra el oxígeno no podremos recuperar la normalidad. Con todo, no es para nada difícil hacerse a la mecánica de la respiración, aunque en ciertos momentos limita algo la movilidad por estos vastos y llenos de vida territorios. De hecho, en algunos de los planetas que nos hemos encontrado era más peligrosa la climatología variante que la propia respiración, que como decimos con el paso de las horas se termina dominando sin mucho problema.

Respondiendo preguntas en base al ensayo-error

No vamos a negar que en un primer momento no teníamos ni idea de qué hacer. Un sandbox que te plantea involuntariamente muchas preguntas. ¿Hasta cuándo debo estar aquí? ¿Qué tengo que hacer? ¿Eso de ahí se puede coger? Pero es entonces cuando dar unos cuantos pasos hacia delante, interactúas con el entorno y giras la cámara de un lado a otro cuando entras en esa espiral donde el tiempo pasa sin que te des cuenta… y al poco ves que cuentas con un inventario con decenas de elementos con los que construir. En tu cabeza tienes ya dos cosas: explorar y sobrevivir. El tercer pilar de su jugabilidad, que o lo amas o lo odias, es la construcción, donde hemos encontrado unos cuantos problemas en el control fruto de, insistimos, falta de tiempo para el desarrollo.

Hay videojuegos a los que se les nota haber vivido un early access y Astroneer lo es, en el buen sentido; y lo decimos por los pequeños detalles “quality of life” fruto de los foros, de que System Era Softworks ha tomado nota de los consejos de la comunidad con pequeños detalles que, al final del día, hacen de la jugabilidad algo más cómodo y ameno. Con todo, el margen de mejora es muy, muy grande, por lo que esperamos este estado sea simplemente un punto de partida para que dentro de unos meses podamos revisitar Astroneer con una sonrisa de oreja a oreja. ¿Potencial? Muchísimo.

Permitidnos entonces comentar algo que sí nos ha gustado como es el modo cooperativo online con hasta cuatro jugadores. En los títulos de disparos en línea donde conoces a la gente con la que compartes equipo todo suma: cooperación, simetría, ejecución. Pero Astroneer tiene la virtud de que lo más divertido viene cuando no mantienes una comunicación verbal con aquel con quien estás jugando. Si el día de mañana nos encontramos en una situación así, solos en un planeta con decenas de kilómetros a la redonda y te encuentras con un astronauta parecido a ti, con extremidades y ojos pero sin hablar tu idioma, habrá que comunicarse de otro modo.

La importancia de jugar acompañado

Es ahí donde reside la magia del título, en su capacidad por hacerte hablar un lenguaje basado en la simplicidad, en la cooperación espontánea; o como diríamos en una charla entre amigos, “ir a ver qué pasa”. Así que, creednos, id a ver qué pasa, porque si no será algo parecido a acudir a una mina sin un pico o a una piscina sin bañador.

No podemos dejar de mencionar el precioso apartado artístico del videojuego, tanto en lo visual como en lo sonoro. Durante nuestro primer fin de semana con el título jugamos en un monitor de 27 pulgadas, pero fue entonces cuando compartiendo feedback en el foro oficial del juego alguien comentó que había conectado su HDMI en el televisor del salón y la experiencia ganó muchos enteros. Imitamos la idea y… menuda idea.

Astroneer es precioso desde el primer minuto hasta el último; ya no solo por la saturación y variedad de sus colores, sino por la gradualidad tonal de la misma. Aunque veas un morado para representar la superficie de un planeta que mezcla colores primarios como el magenta o el cian, ese morado inicial varía al son del soplo del viento, una idea fantástica que demuestra también el talento detrás de este inexperimentado equipo de desarrollo. Este pequeño detalle es uno de esos que comentamos inicialmente. Respecto al sonido, si bien se nota una falta de presupuesto evidente para garantizar una mayor variedad de efectos, no hay necesidad de contar con melodías demasiado memorables sino más bien apacibles, que vayan en sintonía con el ritmo de la jugabilidad. Eso se consigue, aunque sin destacar en demasía, con un acierto notable.

Finalmente, la pistola de nuestro astronauta, la llave Allen por excelencia con la que poremos moldear el entorno a nuestro antojo. Sin ella no conseguiremos materiales ni conseguiremos los recursos para seguir avanzando. Es una lástima que un elemento tan importante de la jugabilidad tenga tantos errores en el control, imprecisiones a la hora de apuntar —tanto con teclado y ratón como con mando— y bugs, muchos bugs. Aunque las físicas son buenas y el personaje se mueva con soltura, lo idóneo hubiese sido esperar unas semanas o meses más antes de dar el paso y abandonar un early access que no estaba aún en su punto idóneo de cocción.

Hemos analizado Astroneer en su versión de PC (vía Steam) a través de un código suministrado por System Era Softworks; el título ya está disponible tanto en PC como en Xbox One con traducción al castellano.