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Videojuegos bajo demanda

Burnout en YouTube: cuando subir vídeos se vuelve un infierno

Hablamos con diferentes personalidades de la comunidad española de YouTube, expertos en gaming y tecnología, acerca del día a día en la plataforma.

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Burnout en YouTube: cuando subir vídeos se vuelve un infierno

Hace unas semanas, el conocido youtuber Matt Less se dio cuenta de que estos últimos cinco años habían sido los mejores de su vida, pero también los más duros. Esa doble sensación de estar enriqueciéndose personal y económicamente al tiempo que se consumía y dejaba de lado la que había sido su día a día durante la etapa previa a este trabajo que no entiende de horarios, le ha hecho querer tomarse un respiro.

Parar para poder volver

Poco a poco, algunos vídeos de su canal se hicieron virales, pasando de 1.000 suscriptores a 10.000 suscriptores en pocos meses, y se fue dando cuenta de que conquistar al público que adora consumir vídeos sobre videojuegos era una tarea harto complicada. Allá por 2013 ya no era el único, pues incluso en España el fenómeno se había consumado junto a otros grandes nombres de la talla de El Rubius, Willyrex, Alexby11, sTaXx o Vegeta777. Todos ellos, ahora referentes para millones (millones de verdad) de jóvenes de medio mundo, han pasado por esa sensación de ansiedad, de quemarse como en cualquier otro trabajo. El llamado burnout.

'Tendencias' de YouTube España. esto es lo que el algoritmo quiere que veas.
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'Tendencias' de YouTube España. esto es lo que el algoritmo quiere que veas.

En una entrevista con The Guardian, Less reconoce que llegó a trabajar 20 horas al día durante el mes que derivó en su despertar, pues estaba completamente dormido, inmerso en una burbuja donde solo dejaba de mirar el ordenador para comer, asearse o dormir. Nada más. Su pasión se había convertido en su profesión, es cierto, pero lo que estaba perdiendo a su paso era todavía peor: se estaba perdiendo a sí mismo. “Es tóxico: el momento en el que te rompes es el momento en el que el algoritmo más te quiere”.

El problema de beneficiarse del algoritmo

Una relación entre imanes. Los youtubers luchan cada día por estar en tendencias, como Yoel Ramírez (Folagor03), madrileño de 23 años con 3.45 millones de seguidores. Cuando visitó MeriStation a finales de 2016 con motivo del lanzamiento de Pokémon Sol y Pokémon Luna, no alcanzaba el millón, pero el efecto bola de nieve fue infalible. Yoel dio en el centro de la diana y se convirtió en el referente absoluto de consumo sobre Pokémon en YouTube España. Los que le conocemos desde antes del boom de YouTube sabemos que sus inicios se remontan a 2011, cuando subir vídeos de Call of Duty: Black Ops era lo habitual… pero no había dinero detrás.

Han pasado siete años, un lustro y medio donde tanto Yoel como otros tantos han pasado a ser adultos, algunos ya independizados, pero sobre todo anclados a una forma de vida. YouTube ocupa las 24 horas del día de Yoel, que sube más de dos vídeos de media al día en ocasiones por una necesidad, pues si no la plataforma no le sitúa donde necesita para “seguir arriba”.

Por eso las palabras de Less en la entrevista con The Guardian tienen tanto sentido, porque cuando “el algoritmo más te quiere”, es decir, cuando el sol te da de cara, es cuando más puedes llegar a sufrir al tener más presión que nunca. Vislumbras más éxito, más dinero, más opciones de monetizar tu contenido y seguir creciendo como una pequeña empresa. Como una marca. Sin embargo, entrar en esa tónica te hace que sea cada vez más difícil salir de ella. Es algo similar a cuando una persona se siente enganchada a un alimento, un vicio, solo que aquí la pasión es lo que se antepone.

Yoel Ramírez durante un vídeo.
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Yoel Ramírez durante un vídeo.

Una visión empírica: la opinión de LyraGamer

Hemos tenido la oportunidad de hablar con una conocida youtuber de la escena gaming en España desde sus inicios, también desde aproximadamente, LyraGamer, que con 4314 vídeos subidos a su canal y más de 363.400 seguidores, esta actriz de doblaje y dibujante compagina su actual trabajo en YouTube con su conciliación familiar y personal, con todo lo que ello implica. Para hacernos una idea, el canal de Lyra es una suerte de canal de televisión: en su cuenta de Twitter, cada mes actualiza el horario de publicación de vídeos de su canal para informar a sus seguidores, a modo de calendario, de qué verán el lunes, qué verán el martes, qué verán el viernes… y a qué hora. Su canal no intenta ser únicamente una concatenación de gameplays a modo de ‘Let’s Plays’ o ‘Walkthroughs’, sino que gracias a sus dotes de interpretación dobla a los personajes protagonistas con diferentes voces.

La gente conectó con ella, con su forma de hacer las cosas, y la comenzó a seguir día a día durante años. Pero este pasado verano necesitaba descansar y dejó el canal durante unos meses. Parado, sin subir vídeos. Algo dentro de Lyra dijo que había que poner el punto muerto y recargar energías si es que quería volver. En este tiempo, Lyra se ha encontrado a sí misma:

“Youtube tiene una parte muy tóxica que busca el salseo en todo por encima de la calidad. Muchas veces sientes que estás invirtiendo mucho esfuerzo para poca recompensa, ya que el público muchas veces exige cosas que no puedes darles y su respuesta es atacar personalmente, faltar al respeto y exigir en base a que ‘eres quien eres gracias a ellos y tienes que complacerlos’”, nos dice aludiendo a estos como algunos de los factores que más le molestan de la actual forma que tiene YouTube de gestionar la plataforma.

“Por supuesto, esto solo es una pequeña parte, pero que a la larga desgasta mucho y hace que pierdas la ilusión del principio y necesites alejarte de todo eso ya sea temporal o permanentemente. Las propias políticas de YouTube tampoco ayudan, marcando unos objetivos cada vez más estrictos que no todo el mundo puede cumplir. El endurecimiento del copyright tampoco ayuda a la comunidad gamer porque muchas veces ni siquiera puedes compartir el contenido que quisieras”.

Vídeos reclamados injustamente, pérdida de ilusión, monotonía… Elementos que le hicieron decir basta, aunque por un tiempo, pues Lyra está de vuelta. Dicho por ella misma, su regreso se debe más al cariño de sus seguidores, pues al final esto es una relación indirecta entre personas.

Lyra, en un encuentro televisivo.
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Lyra, en un encuentro televisivo.

La comunicación como base del cambio

Y finalizamos con Victor Abarca, otro conocido youtuber que ha emergido durante los últimos tres años a base de constancia, pues en el caso de este madrileño que actualmente vive en Nueva York por diferentes motivos, comenzó en el momento más difícil, cuando el boom ya se había producido. Allá por 2015 todos sabíamos de sobra qué era YouTube y lo que implicaba en el sector de la tecnología y los videojuegos.

Partiendo de ahí, el canal de Abarca ha ido virando de puramente videojuegos a vlogs personales y, finalmente, lo que hace ahora, análisis de productos de tecnología con un estilo muy personal y una edición lo más profesional posible, priorizando la utilización de materiales de gran calidad en audio y vídeo acompañados de un componente de vlog en el que va contando su vida.

Retrato de Víctor Abarca.
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Retrato de Víctor Abarca.

Algo hizo clic en su reconectada audiencia, lo que le ha permitido que en estos momentos tenga ya 201.277 suscriptores y se pueda dedicar a vivir de ello. En su experiencia, es muy sencillo caer en el burnout con este trabajo, algo que él también ha sufrido en diferentes etapas de su carrera como creador de contenido en la plataforma de Google tanto por los motivos expuestos por Lyra como otros sufridos por él mismo.

“No hay una ‘escuela de youtubers’”

“Es fácil caer en el burnout porque este trabajo [el de crear vídeos para YouTube] empieza siendo una pasión, algo que haces en tus ratos libres como forma de entretenimiento, hasta que llega a un punto en el que se convierte en tu trabajo. Nadie te prepara para ello, no hay una “escuela de youtubers”, y al final esta forma de vida demanda mucho tiempo”, comentaba.

A ello, el también director de su propio podcast de tecnología continúa asegurando que “Esto parece estupendo porque unes tu hobbie con tu trabajo; pero al final se traduce en que tu día se convierte en hacer vídeos para YouTube, en crear contenido para otras redes y mantener una conversación con tu audiencia. Todo el día y todos los días. Si no pones unos límites, creo que puede darse ese burnout que han sufrido otras personas”.

Perseguidos por ellos mismos

¿Cómo poner límites? Esa es la gran pregunta, como en cualquier otro hobby de la vida. Cómo dejar de jugar diariamente a ese juego que tanto te gusta, cómo dejar de fumar, cómo dejar de escribir a todas horas a pesar de que sea tu pasión absoluta… La visión de Abarca es clara: “No creo que sea fácil poner esos límites, pero me esfuerzo mucho, muchísimo por mantener una parte de mi vida que sea para mí y ese es mi escondite para evitar quemarme”.

Burnout, una sombra que persigue a los creadores de YouTube, quienes tras cumplir su sueño de poder comunicar su pasión y poder vivir de ello, lidian con no hacer de su sueño un verdadero infierno.