Dragon's Crown Pro

  • PlataformaPS48.5
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorVanillaWare
  • Lanzamiento15/05/2018
  • EditorAtlus

Dragon's Crown Pro, análisis PS4

Revisión del juego de Vanillaware de 2013, con aumento de resolución, banda sonora con orquesta y textos en castellano. La misma joya de hace cinco años, aunque sin ninguna novedad jugable.

Dragon's Crown Pro, Análisis PS4

Hablar de Dragon’s Crown es hacerlo de uno de esos juegos que nos marcó a muchos hace cinco años. Un título que mezclaba géneros de manera brillante y que tan punto era capaz de evocarnos a las recreativas de los noventa con esos yo contra el barrio como prepararnos para personalizar nuestro equipo, habilidades y compañeros como si de un RPG se tratara. Todo bajo una estética deslumbrante como solo Vanillaware sabe hacer. Dragones y Mazmorras, pero a lo grande. Y con muchas licencias acertadas. 

El título nos presenta la opción de escoger uno de los seis protagonistas -podremos cambiar, subir de nivel y personalizarlos durante nuestra larga aventura- disponibles de inicio. El guerrero de enorme hitbox, defensa poderosa, ataques de corto alcance y escudo para ayudar a sus compañeros; la amazona con ataques que golpean a varios enemigos a la vez y bastante agilidad de movimiento; el mago con sus hechizos pensados para cada enfrentamiento; la elfa con su arco de largo alcance, el enano con fuerza capaz de lanzar enemigos y golpear a varios o la hechicera, capaz de controlar enemigos, convertir a otros en sapos, cocinar manjares y lanzar hechizos de media distancia. 

La gracia está en conocer sus virtudes y defectos y poder construir nuestra jugabilidad a través del personaje escogido y de los que lleven nuestros compañeros, ya sea amigos online o en forma de IA. No se afrontan igual ciertos enfrentamientos, e incluso es más recomendable usar una amazona dentro del barco pirata para dar con varios ladrones a la vez -son legión- que no ante un enorme dragón al que mejor golpear desde la otra punta de la pantalla con la elfa. Si a todo esto le añadimos las habilidades que podemos equipar, armas que nos potencian estadísticas de todo tipo y accesorios variados, el resultado es que sí, estamos ante un arcade de recreativa, pero con una enorme profundidad para toquetear.

El desarrollo del título es sencillo: Empezamos en una gran ciudad con varios sitios (taberna para reclutar personajes, tienda de objetos mágicos, la torre de Lucain para trastear con elementos como la magia rúnica, el templo de Canaan para conseguir bendiciones y obrar milagros, o el gremio de aventureros donde aprendemos nuevas habilidades y misiones  específicas), entre ellos el castillo donde a medida que avancemos en la aventura podremos desbloquear nuevos encargos. Desde esta zona tranquila podremos acceder, vía establo o portal, hacia las mazmorras. La esencia jugable.

Zonas con oleadas de enemigos de todo tipo, caminos alternativos y botines que vamos recogiendo a medida que avanzamos. Acaban con enormes jefes que quienes hayan disfrutado de los juegos de Vanillaware saben como se las gastan y un sistema que invita a colaborar en equipo, resucitar compañeros y repartirse el botín una vez hemos terminado. Según nuestra habilidad, muertes y reinicios se nos beneficiará más o menos. 


El juego es muy vistoso, pero también caótico. Tiene un sistema de combate particular, donde por ejemplo el guerrero ataca con cuadrado, pero bloquea dejando pulsado cuadrado; algo similar pasa con la hechicera, que dispara con dicho botón pero recupera puntos de magia manteniéndolo; o hace magia con redonda y hace magia de nivel superior dejándolo pulsado. Al principio cuesta acostumbrarse a su disposición, al hecho de que algunos ataques son diferentes si pulsamos arriba o abajo y la acción de turno, pero poco a poco vamos haciéndonos con ello.

El caos viene más bien por lo que sucede en pantalla. Una enorme cantidad de enemigos en escenarios repletos de detalles y de contrastes que hacen que muchas veces podamos perder el control del personaje o nuestro lugar en el mapa. Tanto si jugamos con amigos o con la CPU, la presencia de decenas de movimientos y personajes harán que encontrar algunos objetos clave o calibrar bien nuestras acciones a veces sea un poco complicado. A cambio, la enorme cantidad de opciones combinativas y de personalización que tienen un efecto jugable evidente en pantalla: según como te hayas equipado, tendrás que jugar de una manera o de otra. Siempre ante desafíos crecientes a medida que avanzamos.

El sistema invita a rejugar dichas mazmorras para conseguir más y nuevo botín, abrir cofres nuevos, descubrir ítems escondidos, potenciar nuestros personajes, subir de nivel y poder afrontar nuevos desafíos que precisarán de matices que no están presentes al inicio: clases que varían para acabar siendo totalmente distintas a las iniciales, habilidades exclusivas y un desarrollo mucho más largo y profundo de lo que puede parecer su jugabilidad “machacabotones”.

Todo ello, pensando en un desarrollo del personaje centrado en fortalecerse para desafíos más complejos. Cuando terminamos la aventura tenemos acceso a una nueva mazmorra y al modo difícil, iniciando una segunda vuelta por los nueve escenarios principales con nuevas rutas, jefes finales y una dificultad que sube varios escalones. Y todavía queda más si llegamos a nivel 65. Es cierto que a estos niveles, o intentando buscar el 99, el juego puede antojarse un punto repetitivo en mecánicas y puesta en escena (oleadas de enemigos, jefes…), aunque forma parte de la naturaleza de su propuesta jugable y habrán pasado primero decenas de horas de disfrute.

El título tiene un sistema multijugador particular. Podremos jugarlo en local hasta cuatro personas a la vez, pero para jugar online se tiene que llegar al ecuador de la primera vuelta del juego, esta vez con cross-play como comentábamos antes. A todo esto se añade un sistema de NPC que podemos reclutar para que nos acompañen durante nuestra aventura (sobre todo al principio, que no tenemos compañeros humanos disponibles).

La versión Pro para Playstation 4 no aporta ninguna novedad jugable que no hubiéramos visto antes. Es el mismo título de sus antecesoras. Tal es así que podemos descargar nuestra partida de Vita o de PS3 para continuarla tal cual en Playstation 4. Un parche permite, eso sí, cross-play entre todas las plataformas y a nivel visual, era maravilloso antes y lo sigue siendo ahora. A 4K en PS4 Pro, algo que se agradece pero que dado su inigualable trabajo artístico de la mano de Kamitami, luciría genial a menos resolución. En PS4 va a 1080p (respecto los 720p originales, aunque las diferencias gracias al trabajo artístico aquí son menores. No faltan los escenarios más bellos que habréis visto en 2D en la consola, ni unos personajes que rebosan personalidad y un estilo único marca de la casa donde, eso sí, se mantienen los excesos en medidas y voluptuosidad imposible en las mujeres que aparecen en el título. Todo ello acompañado por la banda sonora de Sakimoto con opción de escucharla regrabada con orquesta. Las voces están en inglés o japonés, podemos escoger varios narradores en ambos idiomas y el juego llega esta vez traducido al castellano, algo que se agradece teniendo en cuenta la cantidad de texto que veremos en pantalla.


8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.

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