Destiny 2: quejas por los shaders; el director responde

Limitación a un solo uso: Luke Smith responde

A pesar de que Destiny 2 lleva solo un par de días a la venta, lo cierto es que el juego lleva tras de sí un gran número de anécdotas, problemas y alegrías para los usuarios. Lo nuevo de Bungie va a dar mucho de qué hablar, pero ahora ha aparecido cierta polémica por el uso de los shaders, cuya política de uso ha cambiado respecto a la entrega original. Ante tal revuelo, el director del título Luke Smith ha dado una respuesta en Twitter.

Lo primero es entender la polémica. La gente no entiende por qué estos valiosos objetos estéticos solo se pueden usar una vez, a pesar de que ahora aparecen con más frecuencia. En el primer Destiny era muy complejo hacernos con uno de estos shaders, que nos permitían darle un cambio de color a las piezas del avatar; es decir, personalizar a nivel visual los diferentes elementos que componen cada personaje.

La comunidad discrepa

Ahora, limitando a un solo uso cada shader, se hace mucho más complicado hacer que un guardían esté vestido con la misma tonalidad para el diseño completo; toca buscar un shader para cada pieza. El cabreo es mayúsculo.

Manifestadas las quejas, el director del título ha tratado de calmar las aguas explicando qué son en realidad los shaders y qué implican en Destiny 2:

“Los shaders se ganan a través de las partidas: leveleando, cofres, engramas, vendedores… Esperamos que estés al ras con los shaders mientras juegas. Cuando alcanzas el nivel 20, los shaders aparecerán con menos frecuencia: recompensas de los vendedores, actividades del final de la aventura…”, decía. Continuaba aclarando que “los shaders se han convertido en una recompensa constante por jugar. La personalización inspirará tu gameplay. Cada planeta tiene armaduras y shaders únicos como recompensas”.

Finalizaba diciendo que lo que quiere escuchar a partir de ahora con Destiny 2 es que la gente quiere hacer todo tipo de cosas o repetir algunas solo por conseguir nuevos shaders, pero parece que la gente no ha terminado muy convencida con sus declaraciones. 

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