La vida de un ladrón de guante blanco nunca es fácil. Es necesaria agilidad, estilo, capacidad para despistar a la policía, destreza... y ser capaz de luchar contra ti mismo. ¿Preparados para viajar a lo más profundo de la psique humana y robar corazones? Libera a tu verdadero yo y ¡lánzate!
Yaldabaoth es un adversario duro de roer, pero no más que otros adversarios a los que nos hayamos enfrentado antes. En primera instancia, le golpearemos con pocas represalias por su parte, lo cual resulta extraño.
A medida que su salud descienda y los turnos se sucedan, veremos cómo va materializando distintos brazos extra con una pistola, una campana, una espada y un libro, cada uno con su propia barra de vida y sus afinidades elementales. Es importante que nos libremos pronto de ellas, ya que pueden infligirnos estados anormales especiales que no pueden ser contrarrestados de ninguna manera, además de causar situaciones desventajosas, como doblar el coste de cualquier habilidad.
Cuando su vida esté a punto de agotarse, regenerará a los 4 brazos a la vez, usándolos para acumular energía para el Rayo del Control, un ataque extremadamente poderoso. Cuando esto ocurra, podemos intentar destruir alguno de los brazos o defendernos para sobrevivir al ataque. Otra alternativa es centrarnos en el cuerpo de Yaldabaoth y destruirle antes de que pueda lanzar su ataque.