The Last of Us iba a arruinar la imagen de Naughty Dog

Estrenado en 2013, The Last of Us se convirtió al instante no sólo en uno de los mejores juegos de la pasada generación, del catálogo de PS3 y del de su creadora, sino en uno de los mejores títulos de los últimos años. Pero lo cierto es que Naughty Dog no tenía fe ninguna en el proyecto.

Claramente un cambio en su estilo, dejando de lado la aventura de acción y humor que era Uncharted en una apuesta por el drama y la supervivencia más viscerales, el director de gameplay de The Last of Us revela que "pensábamos que iba a hundirse. Que íbamos a arruinar el nombre y la imagen de Naughty Dog que con tanto esfuerzo, sangre sudor y lágrimas se había ido construyendo en estos años". ¿En pocas palabras? "Pensábamos que íbamos a arruinar la imagen de Naughty Dog".

Neil Druckmann, guionista del juego, está de acuerdo con esto y añade que "la broma que hacíamos durante la producción era que 'Este juego es la caída de Naughty Dog". Una crisis de fe motivada en parte por las mecánicas del juego, que no "casaban juntas. Así que fue una serie de aciertos en términos de decisiones de jugabilidad que hicimos y que en verdad consiguieron que todo encajase y hacerlo un juego divertido". Algo similar pasó con Bioshock, otro juego que trajo de cabeza a sus creadores durante su producción.