Karateka

Karateka puede no ser muy conocido por muchos usuarios. Una de las últimas novedades del bazar de Xbox Live Arcade de la semana pasada llega con aires de diseño Disney –moderno- y un sistema de juego típico de propuestas clásicas de años atrás. No es por menos, ya que este beat’em up no es más que la reinterpretación de Karateka, videojuego del mismo nombre que apareció en Apple II el 1984 y que fue la antesala de un producto que marcó una época como Prince of Persia. Jordan Mechner es el creador de ambos juegos. Su opera primera llega en formato remake HD a Xbox 360.

La obra de Mechner fue un éxito en su momento, aunque para muchos no tenga el aura de leyenda que sí tuvo posteriormente Prince of Persia. Karateka era un juego sencillo en el que un héroe debía llegar hasta la fortaleza de un malvado enemigo que había raptado a la amada del protagonista. Avanzando de manera lateral hacia delante, el héroe en cuestión tenía que enfrentarse a distintos enemigos en combates uno contra uno. La grandeza del título estaba en su sistema de combate sencillo pero adictivo y en unas animaciones espectaculares para la época. No en vano, posteriormente Prince of Persia destacaría precisamente también por la fluidez de animaciones y movimientos “reales” del prínicpe en cuestión y sus enemigos.

Esta vez el juego llega totalmente renovado a todos niveles, pero manteniendo las bases jugables de hace casi treinta años. La trama es de lo más sencilla: el Amor Verdadero –nombre del karateka- inicia el camino hacia la fortaleza de Akuma, el malvado que ha raptado a la joven  Mariko. La gracia del título es que cuenta con solo tres vidas para intentar superar el reto. Y son tres vidas distintas entre sí. Si Amor Verdadero cae en combate, una secuencia nos mostrará como el karateka cae por el acantilado donde un Monje está subiendo. Una pequeña secuencia nos enseña cuando el monje se enamoró de Mariko. Si este cae en combate, queda una bestia en forma de gran hombre que quiere rescatarla porque quedó prendida de ella un día que la vio en un camino. Naturalmente, salvar a Mariko con una sola vida es el gran reto y lo que ella desea.

Bajo esta premisa iniciamos una aventura en la que solo podemos avanzar hacia delante por un camino marcado, se podría decir que sobre raíles. Nos aparece un enemigo y empieza el combate. Quien acabe con la vida del otro primero sobrevive. Para luchar tenemos dos botones de ataque (patada y puño) y un botón de bloqueo. Cuando nos van a atacar debemos bloquear el o los ataques para dejar en desventaja el rival y así poder iniciar una contra con todo tipo de golpes. Además, tenemos un cargador de Chi que cuando está lleno podemos activarlo para dejar aturdido al rival y hacer nuestro mejor combo. Sencillo, pero no tanto como suena.

La gracia está precisamente en la banda sonora. La melodía, además de acompañar perfectamente a la estampa de un Japón feudal, sirve para aprender a bloquear en el momento justo los ataques del enemigo. Hay una serie de sonidos que se emiten justo cuando nos van a atacar, y gracias a ellos podemos saber si tendremos que bloquear un solo golpe, dos, tres o más. El ritmo del bloqueo es importante –no vale aporrear el botón en cuestión- y estar en armonía con los sonidos del juego vital para comprender el tempo de nuestro enemigo. Aunque a veces habrá rivales con los que acertar solo por el sonido será complicado.

Por el camino podemos recoger unas flores que nos recuperan vitalidad y nos encontraremos tres tipos de rivales: enemigos rasos, jefes de zona y un pájaro dorado al que debemos golpear y bloquear sus ataques con particularidades propias. La gracia del juego está en aprender a reaccionar y bloquear en el momento justo, ya que los ataques son un simple castigo que no tienen dificultad alguna. La primera partida tardaremos algo más de 30 minutos en acabarla, pero el desafío es conseguir salvar a Mariko posteriormente con una sola vida, sin recibir daños, con el monje… los logros forman parte del desafío del juego. Cada vez que matamos a alguien sumamos puntos (más si no recibimos daño, si acabamos una zona con Amor Verdadero…) puntos que nos sirven para revivir en última instancia a la bestia. Si se nos acaban se acaba la partida. Por eso no es difícil superar el juego (las tres vidas no son limitadas si tenemos puntos) pero sí  superar el desafío que ofrece realmente:  hacer una partida de 20-30 minutos perfecta. Y con ritmo.

El juego ha sido rediseñado completamente a nivel gráfico, por lo que dejamos atrás los sprites y avance en scroll lateral para ver algo más bonito. Diseños de dibujos animados actuales y simpáticos con rasgos algo paródicos muy marcados, escenarios variados, enemigos, jefes finales y avance por el mundo que da sensación de profundidad, aunque los combates siempre son en plano 2D. Un acabado visual muy bonito y con detalles tanto en personajes como en escenarios que le dan sencillez pero alegría. El juego llega traducido al castellano y con una banda sonora que además de incidir jugablemente, acompaña de maravilla a este apartado visual.