The Walking Dead: Episode 3

La compañía especializada en aventuras gráficas Telltale sigue publicando de manera periódica entrega tras entrega de su particular visión del mundo de The Walking Dead, basado en el cómic que posteriormente ha tenido un exitoso traspaso al mundo de las series televisivas. Después de dos de los cinco primeros episodios de la serie, Long Road Ahead llega como ecuador de este videojuego y como algo más: un punto de inflexión en el desarrollo tanto argumental como jugable de la obra de Telltale. La cosa cada vez se pone peor para Lee, Clementine y los compañeros que siguen en su equipo en búsqueda de quién sabe qué. Básicamente en búsqueda de la supervivencia en un mundo que se desmorona por los caminantes y por los propios humanos.

Los hechos acontecidos durante el segundo capítulo, Starved for Help, habían agitado bastante el día a día de los protagonistas de esta aventura (ojo, destripes a continuación). No solo los caminantes son una plaga que está acabando con todo el mundo, sino que además los propios humanos luchan por su supervivencia. Bandidos por el bosque, gente aparentemente normal que acaban siendo caníbales ante la extrema situación que vive el mundo (y que casi cuesta un disgusto al grupo de Lee) y decisiones y relaciones realmente tensas. Después del encontronazo con la familia de la granja protagonista del segundo episodio, los personajes –los que quedan- siguen su propio camino hasta un Motel en el que se instalan de manera indefinida. Ahí empiezan los problemas.

Sin ánimo de destripar nada de lo acontecido durante el episodio 3, si es importante remarcar que tanto Lee como Kenny hacen viajes periódicos en búsqueda de todo tipo de recursos que puedan servir al grupo, sobre todo medicamentos y otros elementos curativos. Pero esto no es infinito, y mientras algunos abogan por quedarse en el motel otros creen que lo mejor es partir, ya que los peligros acechan cuando menos te lo esperas. Con esta premisa de fondo y otra todavía más grave –la sensación de que alguien está traicionando al grupo robando recursos- empieza el capítulo más dramático, duro e impactante de los tres que hemos podido ver hasta el momento en The Walking Dead.

No sólo por las decisiones que deberemos tomar cada dos por tres ni por los diálogos de los personajes, que cada vez suben más los decibelios y transmiten más tensión, sino también por los acontecimientos que se van sucediendo en los ocho capítulos. En Long Road Ahead los impactos argumentales se suceden constantemente y sin cesar. No hay un momento de descanso claro, ya que la cosa cada vez va a peor y el grupo se irá desmoronando casi sin poder evitarlo. De hecho es imposible quedarse con alguno de los momentos, porque el que no es dramático es sanguinario, y el que no es fruto de la pura desesperación es sorprendente. El listón de Telltale ha subido unos escalones en este capítulo.  Y eso que los anteriores no andaban precisamente cortos de sorpresas.

Técnicamente nos encontramos con un título que mantiene las virtudes y los defectos ya vistos en los dos primeros episodios. El estilo visual elegido en formato cómic es ideal para poder representar de manera muy expresiva y personal a cada uno de los personajes, llenos de rasgos, muecas y detalles faciales que transmiten tanto como sus pensamientos y sus actos. La ambientación ayuda a meterse dentro del mundo post apocalíptico que se intenta recrear a pesar de algunos errores como texturas a baja resolución o unas animaciones que a veces son algo antinaturales. Por su parte, todo lo referente al sonido sigue el mismo camino que en las anteriores entregas, ofreciendo tensión y tranquilidad en su justo momento y diálogos en inglés. Se mantiene su principal escollo: los subtítulos también están en inglés, algo que no creemos vaya a cambiar hasta el final de la serie (cinco episodios). A pesar de ello, unas dos horas y media de contenido por 400 puntos y un final sorprendente que deja con ganas de más de cara a la penúltima entrega.