Orcs Must Die! 2

  • PlataformaPC8.8
  • GéneroEstrategia, Acción
  • DesarrolladorRobot Entertainment
  • Lanzamiento30/07/2012
  • TextoAlemán, Español, Francés, Inglés, Italiano
  • VocesAlemán, Español, Francés, Inglés, Italiano

Orcs Must Die! 2

Regresa Orcs Must Die! con una secuela que, si bien peca de continuista, supone una serie de mejoras fundamentales a la fórmula original que hacen mejor a todas luces este divertido híbrido entre Tower Defense y acción en tercera persona.

El año pasado, títulos como Sanctum, Dungeons Defenders y Orcs Must Die! representaron, con estilos distintos, las evoluciones más interesantes en el género conocido como Tower Defense. En vez de limitar al jugador a construir estructuras para obstaculizar y eliminar a grandes oleadas de enemigos, la propuesta iba orientada a desarrollar un papel más activo que complementase a las trampas y otras construcciones autosuficientes. De ese modo, los propios jugadores controlaban a personajes y atacaban directamente, usando una variedad de habilidades que se podían desarrollar a la par que las propias trampas. El resultado es un híbrido que gana en interactividad, proponiendo una experiencia algo menos estratégica pero más arcade y frenética. Los Tower Defense clásicos de gran calidad como Defense Grid o Revenge of the Titans tienen sus encantos, pero hay algo intrínsecamente satisfactorio en complementarlos con un protagonista soltando espadazos o lanzando conjuros en medio de decenas de enemigos.

En un tiempo récord, apenas nueve meses, el estudio Robot Entertainment ha desarrollado la secuela de uno de estos Tower Defense de nuevo cuño. El primer Orcs Must Die! fue un gran éxito en todos los sentidos y el estudio no ha tardado en querer iterar sobre la fórmula establecida. Hay que tener en cuenta que el uso de la palabra “iterar” aquí no es gratuito, ya que esta segunda parte tiene mucho más de ampliación que de una auténtica secuela, un fenómeno que no le resta calidad ni empobrece las nuevas ideas que trae consigo, pero que sí obliga a una cierta consideración adicional. Hay aspectos de este título que son literalmente idénticos a los de la primera parte, como la música sin ir más lejos, mientras que hay algunos detalles en los que es incluso algo más pobre -el nivel de detalle y variedad de las fases-. El reciclaje de ideas, enemigos y situaciones es más que obvio en ciertas ocasiones.



A pesar de ello, las novedades no son insignificantes ni mucho menos y añaden una mejora sustancial a lo que es el núcleo del juego y sus mecánicas. La base sigue siendo la misma: controlar al algo payaso Mago de Guerra que protagoniza esta historia y defender las distintas localizaciones, usando trampas, armas y conjuros para evitar que oleadas de Orcos, Golems y otras criaturas lleguen a los puntos que hay que defender. Al comienzo de cada fase será posible ver la disposición del mapa y planificar bien los puntos exactos en los que quieres poner las trampas, mientras que después de cada oleada tienes unos segundos para tomar aliento hasta la siguiente. Puedes usar tantas trampas como “dinero” dispongas y adquieres más recursos a medida que vas liquidando orcos y otras criaturas que van surgiendo, por lo que en cualquier momento puedes situar nuevas trampas, ya sea en un descanso o en medio de una refriega para intentar tapar un parche.

Además del presupuesto para trampas y otros elementos defensivos -barreras, enanos con explosivos y otras estructuras-, nuestro personaje tiene una salud y una barra de maná, además de un arma principal que se puede ir cambiando o mejorando a medida que vayas progresando, además de diferentes conjuros que se pueden equipar y gastan maná. Las armas tienen fuego rápido y golpes de impacto -dejando presionado el botón del ratón- que no consumen maná y que son los ataques más básicos y más usados, mientras que además tienen una función secundaria que sí gasta maná y que puede ser gran ayuda para ralentizar las hordas enemigas. Los enemigos se lanzarán hacia ti en cuanto te vean y acabarán contigo si dejas que agoten tu barra de vida, pero volverás a aparecer en el punto de inicio, con la desventaja de que el enemigo habrá acercado posiciones y por tanto será más difícil conseguir que no alcancen la salida, que es lo que puede hacer que pierdas las partida.



Una de las grandes novedades de esta secuela es la introducción de un segundo personaje, la ex-reina de los orcos, que al quedarse sin poder para controlar a sus “niños” queda rodeada por estos, a punto de ser masacrada por la misma horda que ella controlaba. Por causas del destino, acaba junto al Mago de Guerra del primer juego defendiendo unas minas, ampliando su poder a cada paso. La historia no tiene gran importancia en Orcs Must Die! -aunque sí es muy divertida-, pero lo fundamental es que la inclusión de este segundo personaje no sólo añade algo de variedad a la elección de clase y al arsenal de trampas y conjuros, sino que también añade un bienvenido modo cooperativo a dos personas. Resulta fantástico pode contar con una segunda persona con la que coordinar trampas, atender a varios frentes y con la que contar para tener potencia extra de fuego, una gran idea que complementa y realza las mecánicas bases del juego.

Además, el segundo personaje añade cosas muy interesantes y útiles. La ex-reina de los orcos tiene una arma base que consiste en una varita que lanza bolas de energía, nada muy original. La clave está en su ataque secundario, que permite encantar a criaturas enemigas para que se lancen contra sus compañeros. Esto es especialmente útil por ejemplo cuando te enfrentas a criaturas de mayor tamaño como los Golems de Piedra o los Ogros, ya que su poder y resistencia no solo causará estragos entre los enemigos sino que también ralentizará la marcha de la horda y además esta quedará más expuesta a las trampas que hayamos dispuesto en el camino. La limitación del maná impide abusar de este poder, pero es tremendamente útil si se utiliza con inteligencia. Con cada nueva fase se obtendrán calaveras, que podremos usar para mejorar las trampas y conjuros que vayamos desbloqueando.

Este es otro aspecto en el que Orcs Must Die! 2 ha ganado muchos enteros con respecto a su antecesor. El sistema de ampliación de trampas y conjuros es mucho más claro y además más profundo, por lo que puedes gastar más recursos en mejorar tus trampas favoritas, alcanzando un mayor grado de especialización y creando un personaje más personalizado en sus habilidades. Si por ejemplo, te gusta detener a tus enemigos y tener tiempo para despacharlos personalmente, puedes mejorar las trampas de hielo para que su efecto sea más duradero, para que su frecuencia de activación sea mayor y para que apliquen un efecto ralentizante en los enemigos afectados; o, si prefieres tener sistemas más automatizados de destrucción, puedes hacer lo mismo pero combinándolo con una trampa de aplastamiento, que hará que los congelados enemigos acaben hechos cubitos de hielo diseminados por el escenario.

La mayor cantidad de trampas y la ampliación de sus posibilidades de mejora hacen de Orcs Must Die! 2 un juego todavía más divertido que el original. A nadie se le escapa que una de las mayores gracias del juego de Robot Entertainment es ese divertido sadismo de ver a los orcos morir de maneras tan cruentas como diversas. Ya sea con ácido derritiendo su piel y dejándolos en los huesos, ya sea con trampas de fuego o eléctricas, con los clásicos pinchos o con lanzaderas que lanzan cómicamente a los orcos a precipicios cercanos... Un ambiente propio de dibujos animados, acompañado de un estilo visual acorde, permiten disfrutar del espectáculo de ver decenas de enemigos llegar a su fin en medio de alguna dolorosa trampa para nuestro regodeo. Al contrario que el original, las posibilidades de mejora ahora son tantas que es más difícil llegar a un punto en el que te quedas sin nuevas habilidades o trampas que descubrir, lo que facilita el poder jugar repetidas veces, descubriendo cosas nuevas.



Aquí interviene otra de las adiciones fundamentales de esta segunda parte. El modo Endless permite disfrutar de una especie de modo Horda en el que hay que sobrevivir a constantes oleadas, obteniendo más calaveras según el número de oleadas que puedas aguantar. Ya sea solo o en pareja, el modo Endless es algo que encaja como un guante con la mecánica de Orcs Must Die!, multiplicando la vida del juego con un modo que, además de divertido, nos permitirá ir acumulando más calaveras para seguir mejorando nuestro personaje, por lo que es una buena manera de progresar y de conseguir recursos para probar nuevas combinaciones. Como cabría esperar, las oleadas son cada vez más complicadas y además resultan impredecibles, por lo que hay que tener cierta flexibilidad en tu estrategia; las trampas que servían perfectamente para oleadas anteriores no tienen que servir igual para las siguientes, así que siempre hay que estar pensando y cambiando configuraciones para tener la ventaja.

No todo es perfecto. En el modo campaña las últimas fases se muestran pobremente diseñadas para un jugador y parecen pensadas más bien para el modo a dos jugadores, lo que es algo raro teniendo en cuenta que en teoría debería ser posible completar la historia de manera individual. En modo War Mage -intermedio-, las últimas fases en solitario son un reto exagerado y un tanto desesperante, lo que es un perjuicio para el jugador solitario. También hay problemas con las propias fases, 15 y en general bastante más pobres visualmente que las del primer juego, presentando sosas cavernas y túneles que no despiertan la imaginación precisamente -si tienes el primer juego, también puedes jugar a fases de este, aunque eso difícilmente arregla nada pues normalmente ya tendrás esas fases muy vistas- Y luego hay algunos detalles un tanto pobres de cara a un juego que supuestamente debería estar pensado para facilitar el cooperativo. Por ejemplo, no hay matchmaking ni puedes encontrar aleatoriamente compañeros en modo online, tienes que depender de que algún amigo en tu lista de Steam. Tampoco hay indicadores que faciliten la vida a la comunicación del juego en pareja, no puedes saber si tu compañero está en peligro a menos que él te lo diga mediante micrófono; está claro que jugar con micrófono en cooperativo es siempre lo más recomendable, especialmente en un juego en el que la acción debe complementarse con la estrategia, pero no siempre es posible.

8.8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.

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