Need for Speed: Hot Pursuit

Depredador y presa

De la mano de Criterion, EA recupera las persecuciones policiales en su saga de conducción Need for Speed. Un gran mapa para recorrer a toda velocidad mientras ganamos experiencia y escapamos de la ley. Es la ley del más rápido en el retorno de un clásico.

Need for Speed es uno de los nombres más reconocidos dentro del panorama de la conducción arcade en las consolas. La saga, que ha pasado por diversas fases bastante alejadas las unas de las otras, vuelve a la carga este 2010. Por otro lado está Criterion, padres de los excelentes Burnout y un estudio que ha demostrado infinidad de veces el buen saber hacer dentro de la conducción más frenética. De ambos casos nace Hot Pursuit, una sonrisa al pasado con las herramientas actuales. Es la hora de quemar el asfalto, ganar... y escapar. O dar caza. Lo que sea menester.

Hot Pursuit es sinónimo de calidad y diversión dentro de la franquicia de EA. Hace más de diez años aparecía en Playstation -y posteriormente PC- esta coletilla a la saga de conducción del gigante norteamericano. Incorporaba, por primera vez, persecuciones policiales como gran reclamo. La fórmula tuvo éxito, y poco después aparecería una secuela de esta índole para Playstation 2, Xbox, Gamecube y compatibles. La mejora a nivel visual era uno de los puntos fuertes. Después llegaron otras coletillas para la saga Need for Speed con mayor o menor acierto según cada caso, hasta que Criterion se ha puesto manos a la obra para recuperar una franquicia que ha ido perdiendo ventas con el paso del tiempo.

El último trabajo de la compañía británica respondía al nombre de Burnout Paradise. Un trabajo excelente de Criterion, que abría una ciudad imaginaria en la que ir haciendo pruebas y superando retos. El juego integraba perfectamente el sistema on-line y, además, se cuidó con descargables más que interesantes (en muchos casos, a día de hoy todavía se tendría que tomar nota de Burnout Paradise en este sentido). Para algunos, esta nueva entrega no estaba a la altura de otros grandes anteriores dentro de la franquicia, pero quedaba fuera de duda el trabajo de Criterion y por eso, unir su nombre a Need for Speed, hizo crecer la expectación desde que se anunció este proyecto.

Need for Speed: Hot Pursuit no es un Burnout al uso, como tampoco es una entrega totalmente fiel al estilo y diseño de los anteriores juegos de la franquicia con persecuciones policiales. Es, simplemente, un Need for Speed hecho por Criterion. Y eso significa aunar cosas y emblemas de la saga con la que se trabaja hecho bajo el criterio y manera de trabajar de un estudio de desarrollo que conoce el género lo suficiente como para no dudar de ellos. El resultado, lejos de puristas de uno u otro lado (los que esperan la vuelta de un clásico o los que quieren ver una entrega Burnout encubierta), es más que satisfactorio en esta primera toma de contacto de Criterion con la franquicia.

Algunas de las premisas del último trabajo publicado por EA son familiares. Una ciudad enorme conocida como Seacrest County está a nuestra disposición para ser el más veloz. Los pilotos más atrevidos pisan esta zona para encontrar paisajes y carreteras variadas y poder competir con los mejores rivales. Pero la policia ha decidido cortar de raíz la creciente presencia de estos veloces bólidos por las carreteras de la ciudad, ya que ponen en peligro la integridad de sus habitantes. Con un mapeado enorme, más que el visto en Paradise, Hot Pursuit se presenta como un arcade sólido, sencillo y muy adictivo.

Mar y montaña
La ciudad creada por Criterion tiene todos los elementos necesarios para entretener a los jugadores. El extenso territorio que podemos recorrer con nuestro vehículo toca todo tipo de elementos variados que van desde tramos ambientados en la playa a la fría montaña con la nieve como elemento principal. La ciudad es enorme en este sentido, y podremos ver como subimos una montaña y esto va cambiando nuestro entorno -de los verdes prados iniciales a las nevadas curvas en los picos más altos- hasta las múltiples variedades de localizaciones que supone: totalmente urbanizado, playa, zonas desérticas, etc. Seacrest County es un pequeño mundo dentro de sí que podemos visitar libremente cuando nos apetezca y con el vehículo que más nos guste.

Aunque esta afirmación es algo relativa. El modo de juego principal se nos presenta como un gran mapa de la ciudad. En esta tenemos distintos puntos marcados que elegimos. Cada uno tiene misiones -que se van desbloqueando a medida que avanzamos- que completar. Y ahí no hay libertad de movimientos. Las carreras, persecuciones y demás se hacen dentro de unos trazados marcados, por lo que no nos extrañará ver unas barreras imaginarias que nos impiden girar por un cruce que no está habilitado para ello en esa misión concreta. Esto limita un poco la experiencia, ya que no hay margen de error posible ni tampoco atajos para ser descubiertos según nuestra exploración salvo los que están expresamente preparados para cada carrera.

Puro arcade
Hot Pursuit es un arcade. Iremos a enormes velocidades, y lo vamos a notar con la sensación de velocidad que tiene el juego, y si impactamos con paredes o demás podremos continuar a no ser que sea un golpe frontal o muy duro. Buscar el roce con los rivales, empujarlos hacia la pared, darles por detrás... está todo permitido hasta que se acabe la barra de energía y se deje fuera de combate. El turbo que podemos rellenar si damos golpes o vamos en contradirección, derrapes imposibles en las curvas que se pueden incluso acentuar con el freno de mano y el rebufo son nuestras principales armas en la carretera. Por no hablar de aprovecharnos del rival que coge la curva por fuera, un apoyo perfecto para coger ventaja que en cualquier simulador sería imposible. La conducción en sí es sencilla, aunque algunos coches sean más duros a la hora de girar que otros.

Dentro de esta puesta en escena -ciudad libre que no lo es como tal cuando estamos manos a la obra- se enmarcan un sinfín de retos y misiones que completar. Se dividen en dos apartados: la de los buscados y la de los policías. Si escogemos la primera vertiente, tendremos carreras que ganar ante siete rivales más (a lo sumo y no siempre), hacer una contrarreloj en el menor tiempo posible o intentar ganar una carrera mientras tenemos a los agentes de la ley buscando destrozarnos y arrestarnos. El sistema de beneficios es sencillo: ganamos puntos por nuestro resultado, por nuestra conducción y por otros extras, tales como acabar con policías o rivales, no ser arrestado ni una vez, no sufrir accidentes, etc. Con estos puntos conseguimos nuevos vehículos y subimos nuestro nivel de piloto (hay veinte en total). Cuando más buscados somos, más misiones se nos abren, más difícil se nos ponen las cosas y más opciones de sumar puntos tenemos.

La otra vertiente es la del policía. Aquí la variedad de modos de juego se reduce. En el primer caso podemos tener duelos con sólo otro rival, carreras con distintos números de vehículos y demás, pero como agentes de seguridad nos dedicaremos, sobre todo, a  llegar a un punto concreto en el menor tiempo posible -contrarreloj al uso- o intentar acabar con los enemigos usando todas nuestras artimañas. Para hacerlo los embestiremos, les prepararemos trampas y usaremos las habilidades preparadas expresamente para la ocasión, que a pesar de no ser demasiadas, son suficientes para la propuesta que el juego presenta.

No sólo coches
Como piloto buscado por la ley tendremos la posibilidad de usar unos pinchos que dejamos en la carretera para frenar a quienes nos persiguen y unos inhibidores que bloquean cualquier intento de ataque de parte de la policía. Con estos dos elementos tendremos que lidiar la persecución de los agentes. El primero, que también se puede usar desde el otro bando, es el más interesante. Con él podemos hacer retrasar el avance de un agente que nos esté acechando o dejar en la cuneta un rival al que acabamos de pasar. Lanzarlo en el momento justo nos puede dar una ventaja definitiva para llegar sanos y salvos al final de nuestro objetivo. También está disponible un ataque electromagnético que nos permite inutilizar a un rival que tengamos delante. Como si de un cohete se tratara, apuntamos al objetivo para asestarle el golpe que lo deja detenido durante algunos momentos. Por último, un pequeño turbo que nos da un impulso importante.

De parte de los agentes tenemos un par de elementos diferenciadores además de poder usar también los pinchos de metal y el ataque electromagnético. Uno de ellos es el de poner una barricada de policías para que los rivales se estampen y podamos darle caza. El otro es un helicóptero que siembra la carretera que tienen que cruzar los rivales llena de obstáculos. Este compendio de habilidades a un y otro lado ofrecen una experiencia sencilla de ejecutar pero tremendamente divertida. Escapar a la desesperada de una persecución y usar unos pinchos en el momento clave para, junto con ello coger un atajo y llegar vencedor, es adrenalina pura. Lo mismo al revés: intentar disparar un rayo electromagnético al vehículo que intenta escapar y ver como este gira bruscamente por un camino no esperado, rápidamente poner un bloqueo más adelante y finalmente poderle dar caza. Suena bien, pero se ejecuta mejor.

Hay desafíos y misiones para aburrir. Además, nuestras carreras como corredor o como agente son indistintas la una de la otra, por lo que los avances en una facción no impide que en la otra seamos simples novatos. Los más de sesenta coches disponibles, auténticas bestias de marcas como Porsche, Lamborghini, Audi, BMW, etc.  se separan en cuatro categorías. Como mejores somos, mejores coches tendremos a nuestra disposición. Además, la dificultad va creciendo a medida que somos mejores. La IA enemiga es agresiva, y van a hacer lo que esté en su mano para qutiarnos de en medio, ya sea golpeándonos, yendo a rebufo para pasarnos o usando contínuos atajos y movimientos para evitar nuestros ataques.

Lo mejor de todo es que dan juego. Las carreras son divertidas de principio a fin, y eso significa que no vamos a escaparnos -por norma- desde el primer kilómetro y ya no veremos a rivales. Estos no se dan por vencidos. Y no es un gran enemigo y seis comparsas. Más de una vez y de dos acabaremos lidiando con tres o cuatro vehículos en un puño para ser el primero en llegar, algo que abre la posibilidad a esperar que se maten entre ellos o, al otro lado, que una mala jugada con uno nos salga carísima porque se aprovecha un tercero.  Las curvas, los cambios de rasantes, las habilidades, atajos y los vehículos que circulan por la vía de manera normal ofrecen, en conjunto, carreras frenéticas, intensas y variadas. Eso sí, el tráfico de vehículos es algo escaso respecto a lo que se podría haber hecho. Al menos las velocidades a las que vamos hacen que los pocos que hay puedan darnos más de un problema.

Por desgracia no hay posibilidad de jugar a pantalla partida, un elemento que cada vez es menos frecuente en los juegos de conducción actual, y el modo libre no sirve absolutamente para nada más que familiarizarnos con el circuito en cuestión. Con éste podemos cruzar toda la extensión de terreno que tenemos disponible, pero no hay extras que podamos desbloquear ni misiones o algo por el estilo que se encuentren en vivo. Como ya hemos comentado, las misiones están marcadas y en circuitos cerrados dentro del diseño del mapeado completo.


La vida online
Una de las grandes novedades en esta nueva entrega de NFS es el sistema Autolog, verdadero motor de la experiencia de juego. La filosofía que sigue es simple y al mismo tiempo eficaz: juega contra tus amigos incluso aunque no estén online. De esta manera, un sistema similar a Facebook nos permitirá conocer los avances, fotos o records de nuestros amigos y rivales aunque no estén conectados. Así los chicos de Criterion se aseguran de mantener unos niveles de competitividad elevados independientemente del modo de juego (se aplica tanto a las opciones en solitario como a las variantes de juego online).


El funcionamiento de este sistema es correcto y consigue enganchar a los jugadores, con piques constantes por conseguir los mejores tiempos o lograr realizar determinadas hazañas. Incluso se permite el lujo de recomendarnos realizar determinados eventos que podrían interesarnos ya sea para aumentar la variedad en nuestra experiencia de juego o por la popularidad de estos en los marcadores online. Tal es el nivel de confianza de Electronic Arts en esta nueva característica que se incluirá en futuros juegos de la compañía canadiense.

Aparte de esta característica encontramos los modos de juego online competitivos de manera directa. Son cuatro opciones distintas que nos pondrán sobre el asfalto ante nuestros rivales. Además de la carrera normal podremos participar en retos uno contra uno o configurar la prueba como un evento de persecución de policías contra corredores. Las dos primeras opciones resultan algo planas y previsibles, siendo la tercera posibilidad la más interesante.

Hasta un total de 10 jugadores podrán participar en estos eventos, con total libertad a la hora de configurar las carreras. Podremos modificar la clase, el recorrido e incluso variar el número de miembros de cada equipo, desde un policía a por nueve corredores a la situación contraria. Esta última característica es la que a la postre contribuye a hacer más rica la experiencia de juego online, que de otro modo se nos antojaría al escasa en cuanto a modos de juego y variantes.

Por suerte la estabilidad de la línea es más que destacable en todo momento a la hora de participar en cualquiera de los eventos online. Podría decirse que en líneas generales las opciones multijugador cumplen con lo establecido, gracias sobre todo al Autolog (que bebe directamente de las posibilidades online de Burnout Paradise), quedándose algo corto en el resto de aspecto. Esperamos que en un futuro cercano esta situación se solvente con algún editor de modos de juego o la inclusión de nuevas posibilidades.

Apartado técnico
Need for Speed: Hot Pursuit no es un juego puntero, pero gráficamente cumple perfectamente con su cometido. La profundidad de los escenarios es más que destacada, con localizaciones totalmente variadas y bien representadas. A eso se le añade un framerate estable en todo momento y la presencia de elementos especiales de una factura notable. La lluvia, el asfalto totalmente mojado u otros efectos interesantes -como ver la sirena de la policía relucir en las paredes de un túnel- que le dan un acabado general destacado. Las carreras de noche, con las luces, explosiones e impactos, son dignas de mención, aunque cualquier emplazamiento está lo suficientemente bien trabajado para no desentonar.

Los vehículos están bien diseñados y todos son fácilmente reconocibles. A pesar que no hay afectaciones en el control por impactos, sí que podemos cambiar ell color de cada uno de ellos antes de empezar la carrera. Criterion ofrece, cómo no, distintos ángulos de cámara y momentos cinematográficos para mostrarnos momentos claves de la carrera. Cuando un enemigo explota, cuando acertamos al darle con alguna de las habilidades o si nos empiezan a perseguir, la carrera se detiene un instante con estas secuencias, a cámara lenta y desde perspectivas espectaculares. Las transiciones están bien hilvanadas, no son secuencias largas y lejos de cortar el ritmo de la carrera, ayudan a crear una experiencia redonda alrededor del frenetismo del que intenta escapar... o intenta alcanzar.

La banda sonora es amplia y variada. Música cañera, ya sea derivada del rock o de pistas más electrónicas, acompañan nuestro avance en cada momento. Lo mejor, sin duda, el hecho de poder cambiar con un solo botón la melodía que está sonando en medio de la carrera. Los motores rugen con fuerza, y entre ellos, la música y la sirena de los policías la tensión que ofrece ya de por sí la puesta en escena tanto visual como jugable se multiplica gracias a este factor sonoro. Por último, el juego llega totalmente doblado al castellano. no hay demasiados elementos que contar a viva voz, pero al principio se agradece para saber exactamente qué son cada uno de los elementos que desbloqueamos mediante nuestra lengua.

8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.

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