Bobby Kotick no tuvo elección en el despido de West y Zampella

En el último número del magazine Edge, Bobby Kotick, CEO de Activision Blizzard y últimamente muy presente en la prensa del sector debido a sus declaraciones, ha aprovechado para hablar de nuevo sobre lo sucedido a principios de año entre su compañía y el estudio Infinity Ward.

Según el directivo, el despido de los dos dirigentes en ese momento del estudio desarrollador de la franquicia bélica Call of Duty, Jason West y Vince Zampella, se produjo porque "¡No tuvimos elección alguna!". A esto le siguió una serie de demandas y contra-demandas por parte de los abogados de Activision y de los directivos despedidos, los cuales firmaron un contrato con EA y crearon el estudio Respawn Entertainment.

"Perdí mi confianza en dos personas en específico, los cuales eran amigos míos", recuerda Kotick, "el hecho más frustrante es que, lo que hicieron, jamás lo hubiese esperado de ellos. Somos una compañía pública, tenemos una ética, obligaciones, y las cosas que hicieron... Hubiera ido a la cárcel si se las hubiese hecho yo a ellos".

El ejecutivo continúa aduciendo que "es una de esas cosas en las que a nivel personal te sientes decepcionado por gente en la que confiabas y llamabas amigos. Cuando has sido traicionado por tus amigos, ¿que haces?".

Kotick asegura que estaba al tanto de que se produciría una deserción en masa entre las filas de Infinity Ward, pero manifiesta que eso no le preocupa, ya que "hay 70 personas llenas de talento en Infinity Ward que están centradas y comprometidas, y en los últimos seis meses hemos recibido como unos 5.000 currículums, por lo que no parece que haya falta de interés por trabajar aquí".