El cubilete de colorines ahora en la pantalla

Hace muchos años se pusieron de moda los cubos de Rubik, aquellas formas cuadriculadas de seis caras y nueve cuadros cada una. Las jugueterías vendían toda clase de versiones, desde las más baratas hechas en plástico hasta sofisticadas obras de arte fabricadas en materiales más vistosos como el metal.

El objetivo era mover las celdas del cubo hasta dejar cada cara del mismo color. Un total de seis colores y un rompecabezas reservado para los más listos. Muchos éramos los que resolvíamos con trampas el puzzle, pero al final lo que contaba era exhibir la "proeza" a los amigos y, en el mejor de los casos, ser capaces de reconstruir el cubo, toda una proeza tridimensional de la que están orgullosos muchos seguidores en la red, como así lo sugieren los numerosos vídeos que pueblan el servicio Youtube.

Tiempo después, el cubo vuelve a nuestros hogares en versión videojuego para ordenadores PC. En esta ocasión el puzzle se ha adaptado a nuestras mentes y además de contar con el reto de siempre, montar la figura por completo, existen retos más pequeños y significativamente más fáciles. Además el interfaz resulta ser bastante cómodo, veremos siempre una de las caras de forma frontal y podremos girarlas o mover columnas apretando un botón.

Para resultar más divertido y, por qué no decirlo, justificar el producto, los desarrolladores han implantado un "modo historia", el cual consta de diferentes retos que deben ser llevados a cabo uno detrás de otro hasta llegar al paso final: resolver el cubo de Rubik. Así pues empezamos el juego de forma sencilla, uniendo tres celdas de un mismo color como si fuera un Tetris. Y después la mecánica se irá complicando teniendo cada vez que unir más fichas y colores. Además existen fases de bonus con el archiconocido juego de reconstruir una imagen desordenada.

El cubo de Rubik no es un problema sencillo, aunque este juego sí tiene un control gradual de la dificultad. Es ideal para cualquier tipo de persona, como lo son los "Brain Training" de la Nintendo DS. Pero en este caso todo queda ligado al viejo juego de mesa, así que no hay mayor variedad que la de incrementar la dificultad. Dependerá mucho de la capacidad de cada individuo el llegar más o menos lejos, pero desde luego el desafío es un perfecto estímulo para mentes pensantes.