Another english RPG

Generation of Chaos nos invita a que tomemos el control del reino de Dravania de la mano de Gena, la líder de la 8ª división de caballeros dravanianos, o del reino de Zodia, bajo las ordenes del príncipe Allen. En ambas historias deberemos derrocar a los enemigos de nuestros respectivos reinados, uniendo fuerzas con otros territorios para retornar la paz a las Tierras Perdidas.

Con este primer párrafo podríamos resumir a grandes rasgos la historia principal del juego sin entrar en detalles y spoilers que os adelanten demasiados acontecimientos de la historia. Una vez elijamos a nuestro protagonista, comenzará el baile de mentiras, traiciones, alianzas y sorpresas dignas de una novela, que mezclará hábilmente conjuras políticas con pinceladas fantásticas en este RPG táctico.

Nuestra misión en el juego será la de dirigir a nuestro reinado a la victoria, tomando el control del ejército durante las batallas contra el resto de países, a la vez que nos vamos haciendo más poderosos y nos convertimos en un imperio fuerte y con aliados con los que hacer frente a los planes maquiavélicos del ministro Zeo. Para ello tendremos que demostrar nuestra maestría tanto en el campo de batalla, donde las contiendas enfrentarán hasta a grupos de 60 soldados con sus respectivos capitanes, como a nivel feudal, donde nuestras decisiones a la hora de ampliar nuestro territorio, construir comercios y fortificaciones, o la elección de nuestros aliados, podrá ser igual de decisiva o más que el resultado de una sola batalla.

Para confeccionar nuestro ejército podremos escoger entre una gran variedad de comandantes, los cuales tienen a su disposición un número de soldados con unas características especiales que pueden ser determinantes en un combate El tipo de comandante a elegir variará desde los especialistas en ataques físicos (Caballero, gladiador,  ninja, samurai, luchador, francotirador o vikingo), a los especialistas en magia (Mago elemental, sirenas, clérigos, magos negros, caballeros arcanos o sanadores).

Una vez seleccionado nuestro equipo de combate comenzará la historia, donde como ya hemos dicho, tendremos que demostrar nuestra valía a partes iguales tanto en el campo de batalla como en el político. Una vez acabado el modo de juego principal, podremos escoger entre seis modos diferentes de juego que pondrán a prueba lo aprendido en las más de 30 horas que nos depara el modo historia y que perfectamente nos pueden llevar otras 30 horas más.

Los combates, al igual que la fase de construcción, tienen una profundidad que nos llevaría páginas explicaros, aunque podríamos resumirlos en los conceptos básicos de cualquier SRPG: Ataque, magia, movimiento, defensa y ataque especial. El combate se acaba cuando uno de los dos comandantes es derrotado, independientemente de la cantidad de soldados en ambos bandos que hayan sobrevivido. Después de acabar con la fase de ataque, pasamos el turno al rival, que también tendrá sus sendas fases de estrategia y combate. Una vez que hayamos cumplido los objetivos de la misión o derrotado a todos los comandantes enemigos, pasamos al siguiente nivel.

Estos dos apartados son de los que mejor cumplen dentro del juego. A nivel gráfico, aunque no nos encontraremos con escenas cinemáticas de última generación, o con personajes modelados en 3D en escenarios extensos y detallados, tendremos el gusto de disfrutar de unos personajes al estilo anime más que aceptables. De ellos podremos disfrutar durante las conversaciones entre personajes y en mitad de los combates cuando recurramos a algunos súper movimientos, que se ejecutarán mediante una secuencia que mezcla imágenes estáticas con efectos dinámicos impresionantes.

A nivel sonoro nos llevaremos dos sorpresas. La primera es que podremos elegir entre dos idiomas diferentes para escuchar las voces, siendo un detalle el poder optar entre las voces japonesas o las de la versión PAL. La otra sorpresa -ésta menos grata-, es que las voces PAL, al igual que los textos del resto del juego, están en perfecto y completo ingles.

Hablar de la jugabilidad dentro de un RPG táctico es un arma de doble filo. Mientras que para algunos prima que el conjunto sea fluido y todo vaya bastante rápido para compensar la forma de ser pausada, intrínseca de los SRPG, otros buscan que la gestión dentro de un juego creado especialmente de esta forma para separarse de los 'simples' RPG, sea completa y profunda, pudiendo perderse entre decenas de menús mientras modifican atributos, encargándose de la gestión de las bases, o variando la forma de ataque de los personajes.

Afortunadamente GoC cumple con ambos tipos de jugadores. A los amantes de la acción les encantarán los combates, feroces luchas dinámicas entre los dos bandos que llegarán a reunir hasta a 60 personajes en el campo de batalla. Estos enfrentamientos serán completamente frenéticos, dejando de lado los clásicos movimientos por turnos y sustituyéndolos por ordenes a tiempo real que harán que las contiendas apenas duren un par de minutos.

Sin embargo, los seguidores de la gestión y del control absoluto también se sentirán ampliamente satisfechos, ya que el juego ofrece innumerables opciones y variantes que harán que cada partida sea completamente diferente de las demás. Podremos crear fortalezas, mejorar edificios, cambiar de profesión, contratar a consejeros, señores, comandantes, tomar prisioneros... Todo eso mientras estamos pendientes de los acontecimientos aleatorios que nos irán afectando a lo largo de la partida. Lo mismo descubrimos una mina de oro que aumenta considerablemente nuestros ingresos en cada turno, que nos informan que unos ladrones han saqueado nuestros poblados o conseguimos que la confianza de nuestros ciudadanos crezca al ver nuestras constantes victorias.

Lamentablemente, y pese a lo completo del juego, su mejor baza será su peor lacra. Tantos apartados a los que tener en cuenta para conseguir una buena partida, con unos combates que pueden llegar a pecar de cortos pueden hacer que el interés de muchos jugadores caiga a las pocas horas de juego. El tener que pasarse más tiempo navegando por menús (con sus constantes y lentas cargas) que en medio del campo de batalla, puede hacer que el juego sea demasiado espeso, haciendo que la mayor virtud de los juegos de portátil -partidas cortas e intensas- se diluyan entre carga y carga y las gestiones de nuestro reino, a las que deberemos dedicarles el tiempo suficiente si queremos tener un ejercito en condiciones.


A favor: