Descenso al infierno...

Carmack las preferiere Nvidia
Y es que ¿quién no recuerda las primeras pantallas que se hicieron públicas del juego, allá por el 2002? Supusieron un punto de inflexión que pronto convirtió a Doom III como abanderado de la nueva generación gráfica que inaugurarían la NV30 de Nvidia y el R300 de ATI. Incluso en la guerra de gráficas Carmack llegó a pronunciarse más partidario de Nvidia y, por lo que hemos podido comprobar, el juego parece estar más optimizado para las tarjetas de este fabricante que para las Radeon, aunque éstas pueden rendir a un nivel similar modificando manualmente varios de los parámetros de configuración. 

Doom III para casi todos...
Eso si, poder jugar a Doom III en unas condiciones ideales no va a estar al alcance de todo equipo. Las altas exigencias que el título tiene para poder disfrutarlo a una resolución alta hacen que se imponga obligatoriamente una ampliación de hardware en nuestro PC si no lo tenemos ya a la última. Empezando por la tarjeta gráfica, siguiendo por la RAM y terminando por el micro, tendremos que reunir unos requisitos de sistema que desalentarán a unos y que harán rascarse el bolsillo a otros. Eso si, se notan los 6 meses de trabajo de optimización que ha hecho que finalmente el juego funcione de manera aceptable en PCs más modestos.

MeriStation agradece a XFX, NVIDIA y Abit su desinteresada colaboración con la que ha sido posible realizar este análisis en 2 equipos.

Doom Remake...
La historia de este Doom III no es nueva, ni tampoco continúa las que pudimos vivir en las precuelas, si no que se ha utilizado parte del guión del Doom original junto con algunas modificaciones para ambientarlo. A diferencia de su antecesor, donde la acción transcurría en Phobos y Deimos, Doom 3 nos sitúa en el Marte del 2145, en el papel de un Marine enviado a una base de la Union Aerospace Corporation (UAC) como refuerzo de la seguridad en las instalaciones. Nuestra presencia especial obedece a que en el planeta rojo se están desarrollando las últimas fases de un experimento de teleportación clasificado como alto secreto y toda precaución es poca.

Bienvenido al infierno, Marine...
Repentinamente, en una de las pruebas rutinarias del proyecto, el caos se desata. No se sabe cómo ni porqué, pero el mecanismo de teleportación abre una puerta dimensional conectada directamente con el mismo infierno, de donde comienzan a ser vomitadas cientos de almas, demonios y todo tipo de criaturas infernales. La base se tiñe de rojo y los Marines empiezan a caer despedazados por estas abobinaciones o incluso siendo poseídos o utilizados como huéspedes para las crías. 

g  r  á  f  i  c  o  s
A todo el mundo debe de quedar claro que la mayor parte de los 4 años de trabajo con Doom III se han dedicado a un factor por encima de cualquier otro, el motor gráfico. El juego es una impresionante demostración de fuerza de un motor que basa su éxito en la potencia y en una vertiginosa capacidad para el manejo de luces en tiempo real.

En Doom III podremos ver cómo las luces de cada lugar están estratégicamente colocadas para arrojar sombras sobre los rincones más prometedores, y el efecto es magnífico. Luces giratorias, fluorescentes que parpadean, chispas, destellos o el haz de nuestra linterna entre la oscuridad para abrirnos paso que topa con el rostro deforme de algún enemigo escondido... Es un espectáculo visual sobrio, pero impresionante.

En cuanto al modelado de los diferentes personajes está claro que a pesar de la alta carga, en algunas ocasiones se echa de menos un mayor número de polígonos, pero hay que capturar pantallas para darse cuenta de ello, porque el trabajo hecho con las texturas de los modelos es espectacular. No así con las de las paredes, que en ciertos momentos pecan de poca resolución en el modo High Quality. De hecho, para poder ver estas texturas en todo su esplendor, hay que recurrir al modo Ultra HQ, para lo cual necesitaremos una tarjeta gráfica de 512 MB (aunque una PCI Express x16 y un par de GB de RAM pueden soportarlo con relativa soltura).

Personajes casi fotorealistas
El realismo de los personajes está fuera de toda duda. Si bien las pantallas que hemos ido viendo se han tomado bajo estaciones de trabajo, con la configuración recomendada podremos ver unos protagonistas que rozan lo mostrado en muchas películas de animación CG como Final Fantasy: La Fuerza Interior. El realismo de las texturas que se han implementado para la piel, sobretodo las de las caras, junto con las animaciones faciales hacen que dudemos de si estamos delante de una película de imagen real o sólo de un videojuego de nueva generación.

Para el catálogo de demonios se ha tirado la casa por la ventana y sin duda suponen uno de los puntos fuertes del juego. Gráficamente impecables veremos desfilar a criaturas que nos sonarán de entregas anteriores con una más que conveniente puesta al día. Poco de lo que escribamos aquí lograrán formaros una idea de la calidad de los mismos, por lo que directamente echad un ojo a los pantallazos.

Ni mejor ni peor que Far Cry; diferente...
La mayor parte de la acción se sucede en niveles interiores, ambientados en las distintas localizaciones de la base como los laboratorios, el centro de comunicación o la planta de reciclaje de oxígeno, aunque también existen exteriores como el monorail o, cómo no, el mismísimo infierno. Está claro que dado el entorno donde se desarrolla el juego, los gráficos tienen mucha menos variedad que en Far Cry, otro de los pesos pesados en esto de los gráficos, pero no por ello su calidad o acabado es inferior.

s  o  n  i  d  o
Para la banda sonora se ha contado con un viejo conocido de los títulos de id como Chris Vrenna, miembro fundador de Nine Inch Nails que ya participó en la BSO del primer Quake, además de American McGee's Alice, Enter the Matrix, o Los Sims 2. Id pidió a Vrenna que compusiese un tema central que lograse transmitir la fuerza e intensidad de Doom III partiendo de un estilo rock industrial, contundente. En este tema Vrena ha contado también con la colaboración de su compañero en Tweaker Clint Walsh.

Hace poco también se desveló que el actual líder de Nine inch Nails, Trent Reznor, estuvo en conversaciones con la compañía para encargarse de la producción sonora, incluyendo la supervisión de voces y efectos sonoros, pero a pesar de la amistad que une a Reznor y a Carmack desde los tiempos de Quake, el acuerdo no llegó.

El escenario habla.
A nivel de sonido fx se ha hecho un trabajo excelente que contribuye enormemente a la inmersión del jugador en el título. Es como si el escenario hablase. Constantemente estaremos escuchando sonidos de fondo que podrán ser de mil y un objetos, desde un televisor que está encendido dando las noticias a una puerta que se abre, una escalera que se derrumba, una caja a la que golpeamos, o algo contra lo que chocamos. Por supuesto no faltarán otros sonidos menos amigables.

Muchos megas en fx's...
Existen un alto número de sonidos diferentes para un mismo evento. Por ejemplo, se han creado siete sonidos diferentes para un hecho tan simple como que una bala impacte en una pared. En calidad baja sólo se reproducirá uno de los 7 sonidos, mientras que al máximo cada vez se eligirá uno de los siete al azar, con lo que tendremos un repertorio más variado y realista. Estamos hablando que los sonidos fx para un sólo mapa pueden ocupar entre 80 y 100 Mb descomprimidos, pero hay que tener en cuenta que el formato elegido para éstos ha sido el Ogg Vorbis.

j  u  g  a  b  i  l  i  d  a  d
En los primeros análisis americanos que han ido apareciendo estos días se criticaba por encima de todos un factor, la escasa evolución que ha tenido la jugabilidad. Y no podemos más que reafirmar este hecho, porque Doom III utiliza la misma fórmula que las entregas anteriores que datan de los años 93 y 98. Se trata de recorrer un nivel localizando llaves -y descargando archivos para el PDA- para finalmente encontrar la salida no sin antes sobresaltarnos por la presencia de decenas de enemigos.

Inmersión total. Bajando al mismísimo infierno.
Doom III se asienta sobre 2 grandes pilares, el visual y el factor miedo. Los sustos serán contínuos y la tensión del jugador será constante. Los enemigos nos acecharán desde los rincones menos pensados y la escasa iluminación que tendremos nos hará recurrir a nuestra linterna para poder guiarnos. Será en esos momentos cuando nos sintamos más débiles ante lo que se nos puede venir encima y aquí cualquier ruido de fondo, cualquier voz de ultratumba o más de algún ataque sorpresa nos harán sobresaltarnos. Desde luego este nivel de angustia y ansiedad del jugador no es algo de lo que muchos juegos puedan presumir.

La linterna. Aumentando el stress.
En un juego tan oscuro como Doom III la iluminación de la linterna toma un papel determinante. Con ella podermos explorar zonas que de otra forma ni a tientas adivinaríamos y detectar a enemigos escondidos entre las sombras. Es sin duda un gran artilugio. Lo que no entendemos de ninguna de las maneras es por qué se ha añadido la linterna como un objeto independiente y único, es decir, que no la podremos combinar con cualquiera de las armas como hemos visto en muchos otros juegos.

Mecánica repetitiva.
Otro de los defectos que le hemos encontrado a Doom III va en la misma dirección que comentábamos antes, el abuso de situaciones. La mayoría de niveles consisten en buscar una llave o varios ficheros del PDA, explorar, eliminar a los enemigos que salen al paso tras recibir un número generoso de sustos y abandonar la fase. Esto en las primeras 10 horas de juego no resulta nada repetitivo, pero de ahí en adelante, comienza a cansar, sobretodo porque hay situaciones mucho más complicadas.

El PDA, ese pequeño gran compañero
Hoy en día el uso del PDA -personal digital assistant- está muy poco extendido, pero en el futuro de Doom 3 es vital. Al aterrizar en Marte automáticamente se nos hará entrega de uno, donde almacenaremos nuestro perfil, emails y privilegios de acceso. Todos los empleados de la UAC tienen uno, con un nivel de acceso a las instalaciones acorde a su puesto.

Esto será muy importante para nosotros, ya que nuestro PDA es prácticamente nulo a nivel de acceso, por ello tendremos que ir recogiendo las agendas digitales del personal difunto para descargarnos sus privilegios y mensajes al nuestro. También podremos leer el email y los mensajes de audio que contengan, que nos darán pistas y claves para saber que es lo que está pasando en la base.

Marine, take your weapon.
En un juego de acción en primera persona el catálogo de armas siempre es importante. En Doom III tendremos a nuestra disposición 10 armas distintas, algunas directamente importadas de Doom II, otras nuevas y algunas actualizadas. Comenzamos con nuestros puños desnudos que también sirven para noquear a los rivales y la linterna, que puede ser empleada como arma contundende y golpear con su parte trasera. Más tarde recibiremos la pistola, bastante poco útil salvo en contadas ocasiones, la escopeta, actualizada desde Doom II que pasa de ser una double barreled shotgun a una versión muy futurista y el rifle de asalto, con marcador digital de munición.

Multijugador de trámite.
Tras ver las posibilidades que ofrecía Quake III en el aspecto multijugador y comprobar los aspectos que incluye Doom 3, no podemos más que calificarlo como "de trámite". La ausencia de un modo cooperativo de serie, que habría subido enteros al producto, y lo limitado que se presenta el modo, tienen la culpa de ello. En primer lugar decir que está limitado a 4 jugadores, donde cada uno de ellos tomará obligadamente el papel de un Marine, sin más posibilidades de cambio de personaje.

Los modos disponibles son Deathmatch, Deathmatch por equipos, último hombre en pie y Torneo, donde como si de un torneo que empieza en semifinales se tratase, 2 Marines se enfrentarán mientras los otros 2 observan. Al finalizar el ganador se clasifica y contempla el siguiente combate para ver quien será el vencedor en la final. Bastante soso y muy estandarizado, quizá por ello los servidores por Inet no abundan demasiado.

c  o  n  c  l  u  s  i  ó  n
Y bien, 4 años después, aquí tenemos a la criatura. Precedida de un inmenso hype, Doom III responde a las expectativas y se presenta como uno de los títulos del año, impresionante gráficamente, inmersivo, terrorífico y con todas las señas de identidad propias de la saga. Y quizá es ahí donde se le pueden achacar sus únicos defectos, repetir sin innovar una mecánica ya vista 8 años antes y abusar de la fórmula del explora - te asusto - mata - sal del nivel.

Por lo demás, una de las compras obligadas del año, terroríficamente genial en su primera mitad, donde no pararemos de dar botes del asiento si le hacemos caso a Carmack en su "para jugar a Doom III baja las persianas, cierra la puerta, apaga la luz y sube el volumen de tu equipo..." y más relajado de la décima hora hasta el final -entre 18 y 20 horas- pero igual de impresionante. 

Banco de Pruebas.
1. Athlon 64 3000+, 1 GB DDR400, XFX GeForce 6800 Ultra. Capturas a 1024x768 High Quality AA4X-
2. Athlon XP 2400+, 1.5 GB DDR400, ATI Radeon 9800 XT. Capturas a 1024x768 High Quality.