Legacy of Kain: Soul Reaver

Pero una noche, Raziel experimentó una extraña sensación, y calló inconsciente, al despertar se encontraba mucho más poderoso e incluso dos alas habían aparecido en su demoníaca espalda. Había evolucionado a un nuevo estado vampírico. Nada más ser consciente de este hecho, Raziel se presentó a su señor y puso a su servicio sus nuevos poderes. Un asombrado Kain reaccionó de forma imprevisible. De un golpe arrancó las alas a Raziel y lo dejó inconsciente, llevándolo después al pozo de las almas, lugar donde se ejecuta a los más depravados traidores, donde Raziel sería sacrificado por considerarlo Kain una amenaza para su reinado. Nuestro héroe fue lanzado al pozo por los que antes eran sus hermanos de sangre, y ardió. Ardió durante días, noches, meses, años...hasta que su cuerpo inmortal quedó reducido a cenizas. Pero un ser superior, conociendo la nobleza de Raziel, rescató su alma y le otorgó la oportunidad de vengarse de quien antes había sido su mentor y maestro.
Ahora, Raziel, convertido en el devorador de almas, debe clamar venganza por la humillante traición de su antiguo amo, al tiempo que logra recuperar su cuerpo material.

Gráficos.
A estas alturas no será algo que no conozcáis que este Soul Reaver para Dreamcast es una conversión de las anteriores versiones del juego, PlayStation y PC, pero trasladado a los 128 bits de SEGA.

Dejando las comparaciones a un lado, la segunda entrega de la saga de Legacy of Kain nos traerá una aventura vampírica extraordinariamente ambientada, gracias a unos diseños tanto para personajes, escenarios y demás detelles, totalmente por encima de la media. Además las pocas escenas de FMV son para hacer reverencias ante el equipo de Crystal Dinamics.
Pero si hay algo no positivo que podemos aplacar a este apartado, son las pocas novedades que encontramos entre las dos versiones anteriores y esta para Dreamcast, a pesar del tiempo que ha habido entre ellas.

Música.
Música épica, con toque tenebroso, como todo el juego, para adornar la épica gesta de nuestro héroe. Bastante buenas, aunque no llegan a ser las de Final Fantasy VII.

Efectos FX.
Otro gran apartado. Incluye los efectos característicos de los juegos de aventuras, como saltos, golpes, pasos y demás, añadiendo el speech, totalmente en castellano, que está presente en la intro y durante todo el juego personalizado en la voz de ese ser superior que ayuda a Raziel.

Jugabilidad.
Haceros a la idea de que el control de Raziel es prácticamente igual al de Lara Croft, -salvando las curvas- y asumiendo que nuestro héroe es un vampírico engendro que todavía conserva algunas de sus habilidades, como volar ó devorar almas para ganar energía. El catálogo de armamento disponible también es variable, teniendo al principio nuestras propias manos para defendernos, iremos subiendo en la escala hasta hacernos con la segadora de almas, la demoníaca espada de Kain, que absorbe el alma de quien es herido por ella, y que caerá en nuestro poder tras vencer a nuestro antiguo señor en el primer encuentro de los dos que tendremos con él. Los enemigos también son variados, y no nos cansaremos de ellos, aunque puede que ver a tanto engendro descerebrado caer bajo el yugo devastador de nuestra espada nos quite un poco de mérito, circunstancia que recuperaremos al vencer a los 4 lugartenientes de Kain, antiguos hermanos de Raziel, que lo cierto es que son duros, y necesitaremos de algún continue para hacerles morder el polvo.

Conclusión.
Un auténtico juegazo, un juego de contrastado éxito en sus versiones para PC y PlayStation y que ahora llega, con unos meses de demora, a Dreamcast. Y aunque este retraso no se haya transformado en ninguna mejora más espectacular, la evolución a los 128 bits se deja notar en el apartado gráfico. Hazte con él.