Surrealista: detienen el partido por los lanzamientos de bolas de nieve

El enfrentamiento entre Buffalo Bills y Miami Dolphins en la madrugada del sábado al domingo dejó uno de los mejores partidos de lo que va de año en la NFL. Dos equipos aspirantes a la Super Bowl frente a frente, en una exhibición de talento ofensivo y estrategia. La victoria fue para los locales por 32-29 gracias a un field goal sobre la bocina, asegurándose así los Bills su pase a los playoffs a falta de tres jornadas para el final de la temporada regular. El encuentro, jugado en condiciones climatológicas extremas, dejó además una curiosa anécdota de la que se ha hablado mucho.

El Highmark Stadium, feudo local de los de Buffalo, amaneció el sábado cubierto de nieve. Hasta 20 centímetros de altura se acumularon en la previa del encuentro, pero el gran trabajo de los operarios del estadio permitió que se jugara sin problemas. Durante el partido se vivieron temperaturas bajo cero (el informe oficial marca -1,1ºC), aunque la nieve no hizo aparición hasta el tramo final. Sin embargo, donde no se pudo efectuar la limpieza fue en las gradas, en las que seguía la nieve que no se había derretido. Esto hizo que los aficionados comenzasen a formar y lanzar bolas de nieve al campo, por lo que tuvieron que ser advertidos.

Durante los ataques de su equipo, los fans de los Bills usaron estas bolas de nieve para celebrar los aciertos. Sin embargo, mientras atacaban los Dolphins, trataban de impactar en los rivales. Incluso en un vídeo publicado en redes se puede apreciar cómo una bola, bastante dura, ya que la nieve había comenzado a convertirse en hielo, impacta con un cámara. Esto hizo que, en el ecuador del segundo cuarto, el partido tuviese que ser suspendido. Se avisó a los espectadores de que no podían lanzar bolas de nieve al campo y, en caso de hacerlo, los Bills recibirían una penalización de 15 yardas.

Desde entonces, apenas hubo incidentes relacionados con estos lanzamientos. El partido se reanudó y transcurrió sin problemas, y se pudo ver uno de los mejores encuentros del año. La estrella acabó siendo Josh Allen, quarterback de los de Buffalo, con cuatro pases para touchdown. Sí apareció la nieve en el tramo final, cubriendo de blanco el césped. Esto dio lugar a otra curiosa imagen, en la que los jugadores de los Bills se apresuraban a retirar con sus manos la nieve del verde para que se pudiera posar sin problemas el balón en el field goal final. Pocos se manejan en estas condiciones como los búfalos.