Solo Sikoa abandona a sus compañeros de The Bloodline en SmackDown
El samoano iba a hablar sobre su derrota contra Roman Reigns, pero se marchó sin abrir la boca. Stratton retuvo su título de campeona de la WWE.
San Diego y SmackDown pueden haberse convertido en el lugar donde The Bloodline empezó a descomponerse. Después de su derrota contra Roman Reigns en el debut de RAW en Netflix, Solo Sikoa fue incapaz de hablar al público, por lo que Jacob Fatu tuvo que dar un paso adelante. Lo mismo pasó con Tiffany Stratton, que retuvo su cinturón de campeona de la WWE contra Bayley.
Como no podía ser de otra manera, la velada comenzó con la intervención al micrófono de la superestrella más reconocida de San Diego, desde donde se emitía el espectáculo. Rey Mysterio se presentó delante de sus vecinos y explicó lo importante que era para él estar esta noche en ese edificio. Sin embargo, su alegría se acabaría pronto cuando Kevin Owens salió a encararse con él.
El canadiense volvió a demostrar que no está muy conectado a la realidad. Durante su discurso se autoproclamó como campeón de la WWE, cuando en realidad solo ha robado un cinturón. Según Owens, le quedaba un sueño por cumplir: enfrentarse en un combate individual a Mysterio y que, para que eso sucediese, deseaba que el mexicano ganase el Royal Rumble y que le eligiese para luchar en Wrestlemania.
Mysterio le recordó la realidad, lo que provocó que la conversación se volviese más agresiva. “Estás delirando tanto que te pareces a mi hijo”, le dijo. Owens y el miembro del Salón de la Fama empezaron a pelear y se cerró un combate para más adelante en la velada.
A continuación, las campeonas por parejas, Naomi y Bianca Belair, ganaron un breve combate contra Nia Jax y Candice LaRae. Después el turno le llegó a Carmelo Hayes, una de las estrellas emergentes de la plantilla de SmackDown, y Jimmy Uso.
El antiguo campeón de NXT, la marca de formación de la WWE, desplegó una serie de movimientos atléticos y golpes realmente duros, que llevaron al samoano al límite. Desgraciadamente, no se llegó a declarar un ganador, puesto que The Bloodline salió para atacar a los dos contendientes, pese a que Hayes se pensaba que no le iba a ocurrir nada.
Con Jacob Fatu y Tama Tonga en el cuadrilátero, apareció en escena Solo Sikoa por primera vez desde que perdiera el Ula Fala contra Roman Reigns en el debut de RAW en Netflix. Los abucheos del público no le permitieron hablar, por lo que se quitó la chaqueta y se fue. Entonces, Fatu avisó a los presentes: “Si pensabais que estaba loco, lo más alucinante es que solo estoy empezando”.
Parecía que todo había terminado, que sonaría la música del samoano y abandonarían el ring, pero no. LA Knight salió en busca de revancha por lo ocurrido la semana pasada y además recibió la ayuda de Braun Strowman.
La velada estaba llegando a sus combates principales. Primero fue el de Kevin Owens contra Rey Mysterio. Los dos luchadores, que han brillado a lo largo de su trayectoria, dejaron momentos espectaculares, como un stunner por parte del canadiense que el mexicano vendió de forma extraordinaria. Pero la historia del enfrentamiento fue lo desconectado que Owens está de la realidad.
Eso se hizo todavía más palpable al final, cuando trató de hacerle un piledriver a Mysterio. Esa fue la llave con la que lesionó hace meses a Randy Orton y a Cody Rhodes, aunque el de Atlanta salió justo a tiempo para evitar que el miembro del Salón de la Fama sufriera las mismas consecuencias.
Bayley cerró la velada retando a Tiffany Stratton, que se coronó hace dos semanas, por el título femenino de la WWE. La californiana hizo todos los esfuerzos posibles, pero finalmente un moonsault le acabó dando la victoria a la australiana, que celebró con su cincturón mientras terminó el espectáculo.
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