Topuria ganó a lo Topuria
El mayor de la familia, Aleksandre, recuerda a su hermano, Ilia, en sus gestos tanto dentro como fuera del octágono. El súplex, otro punto de unión.


Casi todo recordó a él, que estaba en la esquina. Este domingo, en Sídney, Aleksandre Topuria debutó en la UFC en una noche repleta de paralelismos con su hermano. Esta vez, tenían los papeles intercambiados, pero los dos volvieron a saborear el éxito. Aleks, como peleador y no como entrenador, ganó. Y lo hizo de forma muy similar a la del 10 de octubre de 2020, cuando Ilia consiguió su primera victoria en la compañía. En ambos casos, los peleadores hispanogeorgianos triunfaron sin finalizar, pero por decisión unánime y, además, dejando la sensación de tener mucho más guardado. “Soy un artista marcial mixto, no un boxeador”, remarcó el mayor de la casa, que superó a Colby Thicknesse mostrando un repertorio muy amplio de posibilidades, algo que también comparte con el pequeño.
Las coincidencias van de lo más obvio a los detalles. Sólo pisar el octágono, la semejanza en el estilo fue evidente. Cuando El Matador y El Conquistador se ponen en guardia, su balanceo puede hasta confundir. También la capacidad para encontrar el momento preciso de pasar al ataque y el propio poder de los golpes. “¡Son clones!“, se podía leer en redes sociales durante el combate entre Aleks y Thicknesse, con un final de primer asalto para el recuerdo. El hispanogeorgiano, a falta de 10 segundos, levantó al australiano y a buena parte del público local, rendido a la espectacularidad del movimiento. Un súplex memorable... que también apareció en el debut de Ilia, contra Youssef Zalal. “En ese momento, cuando le cogí la espalda, supe que, con el súplex, podría conseguir más puntos, seguro, pero no lo hice por eso. Lo hice porque, en ese momento, recordé que Ilia hizo en su debut un buen súplex, así que ahora es un súplex 2.0. Es un buen highlight”, recordó el propio Aleksandre.

Pese a tener un carácter mucho más calmado, los paralelismos entre Aleks e Ilia también se trasladaron fuera del octágono, donde los dos transmiten mucho a los aficionados. Cada uno a su manera. Puro carisma. “Con la bandera española y la bandera georgiana”, gritó a cámara el mayor de los Topuria después de su victoria y al coger la misma bandera, mitad española y mitad georgiana, que utiliza su hermano. “Abre la bandera, que sepan quién les representa”, ya le había dicho Ilia a Aleks durante la sesión de fotos previa a la pelea. Tras ella, Aleksandre, como es habitual en Ilia, también dejó varias frases para el recuerdo. “Gracias a todos por todo. El bien y el mal. Todo es necesario. No hay paz sin guerra”, exclamó después de saludar al público local, que le mostró mucho respeto pese a haber ganado a uno de los suyos.
Una historia con paralelismos, pero una historia propia. Y que ya ha empezado su propio camino. “Ahora iré a Australia y apoyaré a su hermano. Hará su debut en la UFC. Él es una mejor versión de nosotros, quiero decir, no voy a decir que es mejor que Ilia, pero es mejor que yo”, decía Merab Dvalishvili, campeón del peso pluma y muy presente en la preparación de Aleksandre, al que ya colocó en lo más alto antes de su estreno. “Quiero hacer un pequeño comentario por las palabras que dijo Merab sobre mí: siento agradecimiento por lo que ha dicho pero todavía me queda un largo camino por recorrer como competidor”, le respondía Aleks. Ahora, su camino ya ha empezado. Y con paralelismos que ilusionan.
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