Qué es la ‘bola huevo’, la jugada más conflictiva del pádel y por la que seguro has tenido más de una discusión
La pelota que toca entre moqueta y cristal es uno de los momentos más controvertidos de un partido de pádel.

El pádel es un deporte que maneja su propio diccionario que, con el paso de los años, ha ido incorporando palabras que son utilizados por los jugadores de forma habitual. Y es que el pádel, por las circunstancias en las que se desarrolla y el espacio en el que se juega, cuenta con términos propios que forman parte del día a día de los jugadores.
Bandeja, víbora, chiquita, dormilona o contrapared, entre otros, son algunos de los más utilizados y, todos ellos, corresponden a un gesto técnico o situaciones que se pueden dar en la pista. Pero, además, existe un término que, para muchos, es un gran desconocido: la ‘bola huevo’.
Qué es la ‘bola huevo’
Este término se utiliza cuando la pelota golpeada por nuestros rivales sale profunda, dirigida a la zona más alejada de la pista, y bota en el ángulo entre el cristal y la propia moqueta sin dejar claro en qué superficie ha impactado primero.
Esta pelota es la denominada como ‘bola huevo’. Una situación que aunque parece anómala se ve con cierta frecuencia. Es una de las grandes polémicas de este deporte, especialmente si se juega a nivel amateur y no se conoce el reglamento de la FEP.
En definitiva, esta situación que causa discusión entre las parejas a la hora de determinar si ha sido punto o no, acuña una de las particularidades del pádel y se ha ido popularizando con el paso de los años entre los practicantes del deporte de la pala.
Esto dice el reglamento
La Federación Española de Pádel, en su Reglamento de Juego, aclara que “si la pelota devuelta bota en campo contrario en el ángulo (esquina) formado por una de las paredes y el suelo, se considerará devolución correcta. (La bola familiarmente denominada “huevo” es buena)”.
Eso sí, la FEP también explica que sería mala si la pelota sale hacia delante o hacia abajo, porque significaría que ha tocado antes con el cristal o pared que en el suelo. Es decir, si se marca una línea imaginaria de 45º en el ángulo entre el cristal y la moqueta y la pelota rebota formando un ángulo inferior a esos 45º, se considera mala porque supone que el primer contacto ha sido con el cristal.
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