Milak rompe su silencio: su desaparición, panaderías francesas y Los Ángeles 2028
El campeón mundial y olímpico pide disculpas por sus errores el último año y medio, desde que se saltó Fukuoka 2023 por falta de motivación. Con entrenador nuevo, quiere estar en Singapur 2025.


Se lo tragó la tierra durante cerca de un año. Lo atestiguaba la propia federación acuática de Hungría. Cuando regresó, en abril del año pasado, logró cinco oros y dos mínimas olímpicas en el Campeonato Nacional. Y, tras volver a ausentarse a numerosos entrenamientos del equipo magiar, en los Juegos de París 2024 se colgó el oro en 100 metros mariposa y la plata en el 200 mariposa, tras disputarle la victoria al mismísimo Léon Marchand. Ahora, Kristof Milak rompe su silencio.
Ha sido Pályán Kívül (Fuera de pista), un podcast de su país, el lugar elegido por el nadador para dar su primera entrevista en más de año y medio, desde que decidiera saltarse los Mundiales de Fukuoka 2023 estando en la cresta de la ola. Ni en el campeonato húngaro atendió a los medios; es más, allí dedicó incluso alguna peineta a los fotoperiodistas que se agolpaban a la espera de declaraciones suyas en la zona mixta. No se sabe si a ellos también van dedicadas las disculpas que ahora ofrece Milak: “Lamento haber lastimado en el pasado a personas a las que no quería hacer daño. Cometí un error y lo siento, ahora estoy tratando de cambiar mi manera de comunicarme porque podría haber sido mejor”, admite.
No en vano, asegura el campeón mundial y olímpico que “un 90 por ciento” de las informaciones que se han publicado sobre él en este último año y medio “no tenían nada que ver con la realidad”. Por ello, ironiza sobre su preparación para los Juegos del pasado verano: “Me tiré a una piscina de París, nadé dos largos, me sequé y luego me tiré a la piscina de competición”. “No, en serio, claro que estaba preparado”, aclara, por si hubiera alguna duda de que sus resultados eran imposibles sin encontrarse al cien por cien. Aunque matiza: “En realidad, solo entrené durante unos meses, la primera vez que me metí en el agua sería en diciembre o enero, y en una piscina de 25 metros, no de 50″.
El enfado consigo mismo tras caer ante Marchand
Afirma Milak que, si logró alcanzar su plenitud pese a no ejercitarse con el resto de la delegación magiar, fue porque le “motiva más” vencerse a sí mismo que a los demás. Y que incluso le gusta la sensación de “no poder levantar una pierna o un brazo” por dolor después de haber entrenado durante horas. Una suerte de mortificación que de algún modo también le ayudó a reponerse, ya en París y después de llegar más tarde que el resto del equipo y de alojarse por su cuenta en un hotel, de la batalla perdida en el 200 mariposa ante Marchand.
“Fue difícil seguir adelante”, reconoce, “necesité algo de tiempo y desayunar en panaderías francesas, era lo que mi alma necesitaba”, desvela. “Ese segundo puesto me puso bastante de los nervios, pasé unas horas muy enfadado conmigo mismo porque pude haberlo hecho mejor, pero tenía que centrar todas mis fuerzas en el 100 mariposa que venía”, relata. Y así fue como, tres días más tarde, se colgó ese oro en el hectómetro.

De su ausencia en los Mundiales de Fukuoka 2023 tras haber arrasado un año antes en Budapest, resume Milak que “sucedieron muchas cosas”. En el momento de su decisión creía que era porque se sentía “agotado”, “pero en retrospectiva no creo que fuera eso”. “No sentí que tuviera el fuego y la motivación, todo lo que hasta ese momento me había impulsado a seguir adelante desapareció. Sí estaba preparado físicamente, pero encontré obstáculos mentales, y no quería competir en unos Mundiales sin encontrarme en plenas condiciones”, reflexiona.
Llegó a pensar en la retirada
Admite asimismo el magiar que se le pasó por la cabeza retirarse, pero enseguida se dio cuenta de que “lo que quería era descansar. ¿Por qué iba a desperdiciar tantos años de esfuerzo y renunciar a algo que me gusta tanto?”, se pregunta.
Se puede hallar una de las razones de la transformación de su mentalidad, de sus disculpas incluso, en el cambio de entrenador que experimentó tras París 2024. De Balazs Virth, que lo llevó a lo más alto, a un Almos Szabo de quien habla maravillas: “Es diferente a todos los demás. No sabía que existiera un entrenador húngaro así”. De modo que, tras saltarse el Mundial de piscina corta de Budapest, el pasado diciembre, Milak asegura estar totalmente focalizado en los Mundiales de Singapur 2025, este verano.
¿Y Los Ángeles 2028? A esos próximos Juegos llegaría el mariposista con 28 años. “Quiero estar allí, es mi intención y por ahora mantengo todas mis opciones. Haré todo lo posible para lograrlo, aunque no lo puedo prometer”, concluye el nuevo Milak.
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