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ENTREVISTA AS | JAVIER GÓMEZ NOYA

Gómez Noya: “Ahora me parece mucho más difícil todo lo que hice”

El triatleta español, que deja la distancia olímpica para centrarse en los Ironman, repasa su carrera en AS. Kona, próximo objetivo.

Actualizado a
06/06/22
ENTREVISTA JAVIER GOMEZ NOYA
EDUARDO CANDELDIARIO AS

Cinco campeonatos del mundo, cuatro Europeos, sus inolvidables batallas contra los hermanos Brownlee, 21 podios en la Copa del Mundo o la plata en los Juegos Olímpicos de Londres (2012). Javier Gómez Noya cierra el apartado de distancia olímpica en su palmarés, el más brillante dentro del triatlón. A sus 39 años, mira hacia otra dirección: los Ironman. No frena. Ni lo hizo en sus inicios, cuando estuvo vetado cuatro años debido a los diagnósticos contradictorios sobre su valvulopatía. Antes de impartir un clínic para los ganadores de una promoción de Movistar Likes, atiende a AS. En abril, se perdió el Mundial de St. George por COVID; ahora, mientas termina de recuperarse (“todavía lo noto al entrenar”), apunta al de Kona. Y es ambicioso.

No todos los días se recibe una clase magistral de un pentacampeón del mundo.

“Son oportunidades que están muy bien. No es el primer clínic que doy a través de Movistar y siempre han sido fantásticos. Acercar el triatlón, enseñar cómo entreno y cómo se puede mejorar en cada una de las disciplinas siempre es positivo”.

Una labor de formación que cada vez está más presente en su vida. Sin ir más lejos, va a ejercer como técnico para la FETRI (Federación Española de Triatlón). ¿Cómo ve el futuro del triatlón en España?

“Es una gran oportunidad y se lo agradezco mucho a la Federación. Como aún estoy en activo, no hemos podido cerrarlo del todo y ver exactamente cómo lo vamos a hacer, pero, con toda mi experiencia, creo que puedo aportar. En cuanto al futuro, sí, hay generaciones que vienen muy fuertes. Hay campeones del mundo sub-23, júnior… Luego les queda un paso más para ser campeones a nivel absoluto, pero el pronóstico es bueno. Hay gente y eso es lo importante”.

Después de los Juegos Olímpicos de Tokio, dejó de competir en distancia olímpica para centrarse en la larga distancia. En general, han sido muchos cambios en muy poco tiempo. ¿Ya está asentado?

“Es cierto, pero era algo que ya estaba en mi mente. Antes de Tokio, ya tenía pensado volver a la larga distancia. Ya había tenido incursiones en ella y me parecía el momento. No está siendo sencillo por cómo se han ido dando las cosas, pero ya estoy asentado y con el horizonte más o menos claro”.

Javier Gómez Noya durante el clínic de Movistar.
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Javier Gómez Noya durante el clínic de Movistar.EDUARDO CANDELDIARIO AS

La COVID le impidió estar en el Mundial de Ironman de St. George, su primer gran reto en esta vuelta a la larga distancia. ¿Cómo está? Tanto a nivel físico como anímico.

“Dolió. Fue justo yendo a Madrid desde Sierra Nevada, después de terminar un bloque de entrenamientos muy duro. Yo creo que fue por eso, me pilló débil. Tenía los billetes y pensé en retrasar el vuelo, porque lo tenía con mucha antelación, pero era imposible. Todavía ahora lo noto al entrenar, aunque ahora ya lo hago casi con normalidad. Me hice una analítica y los valores que salieron fueron muy raros. Estuve dando positivo unos diez días y durante cinco o seis tuve mucha fiebre. El primer día de vuelta a los entrenamientos, sentí mucha fatiga muscular, como si me hubiera pasado todo el día anterior en el gimnasio”.

Con el paso de la distancia olímpica a la larga, ¿cómo han cambiado su entrenamiento y su rutina?

“Hay cosas que no cambian, como la alimentación, que se dice que es la cuarta disciplina del triatlón, pero hay diferencias y son muchas. De hecho, compaginar las dos es difícil, porque no terminas haciendo bien ninguna. Son las mismas pruebas, pero se preparan como si fueran deportes diferentes. Yo vengo con el ritmo y la cuestión, claro, es adaptarte a mantenerlo durante tantas horas. La edad, eso sí, no juega tan en contra en la larga distancia. En la olímpica ya poco me quedaba por aprender, pero ahora sí siento que tengo margen de mejora”.

Tiene el mejor palmarés de siempre, pero, sabiendo que no va a volver a unos Juegos, ¿queda la espinita del oro?

“A todos nos gustaría ser campeones olímpicos, eso no se puede negar. Era mi principal objetivo en Tokio y salió mal la carrera, pero he ganado muchas más cosas de las que jamás hubiera imaginado. Cuando haces resumen de tu carrera, tienes que verlo así. Al final, he tenido competiciones en las que he hecho menos de lo que esperaba, pero también ha sucedido lo contrario. He ganado más carreras profesionales que cualquier otro triatleta del mundo. ¿Falta alguna? Pues claro, nunca vas a ganarlo todo, pero en general estoy muy satisfecho con lo que hecho”.

En Tokio, el oro se lo quedó Kristian Blummenfelt. Ahora, también lo quiere todo en la larga distancia. Ganó en St. George y, recientemente, ha hecho historia al bajar de las siete horas…

“No es sólo por bajar de las siete horas. De hecho, en la natación fue más lento de lo habitual y en maratón estuvo dentro de los registros. En la parte de bici fue como una contrarreloj por equipos y marcó la diferencia. En todo caso, está espectacular en cualquier disciplina de triatlón, en lo que le eches. Ahora mismo, es el rival a batir”.

Su próximo objetivo está en el Mundial de Kona (Hawái), pero debe disputar otro Ironman antes para clasificarse. ¿Sabe ya cuál va a ser?

“Tengo en mente el de Kalmar (Suecia), el de Mont-Tremblant (Canadá), donde ya fui campeón del mundo en 70.3 (2014), y el de Lake Placid (Nueva York), que es duro y es una buena opción. Realmente, va a depender, sobre todo, de las sensaciones, ver en qué momento puedo empezar a entrenar fuerte. A partir de ahí, 8-10 semanas para estar listo”.

En Kona, tras estos meses complicados, ¿aspira al oro?

“Sí, claro. Siempre entrenas para ganar, para estar entre los mejores. Antes del parón debido a la COVID estaba entrenando muy bien, creo que llegaba preparado para todo en St. George, pero ahora hay que recuperarse bien y retomar el trabajo”.

En 2018, justamente, ya estuvo en Hawái. ¿Qué ha cambiado en usted desde entonces?

“Tendré mucha experiencia. No tanto por haber competido mucho más en Ironman, porque no será así, pero sí en la preparación. Creo que llegaría con muchas más garantías y preparado”.

Javier Gómez Noya responde para AS.
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Javier Gómez Noya responde para AS.EDUARDO CANDELDIARIO AS

¿Y desde el inicio de su carrera? ¿Cómo ve, con su perspectiva actual, todo lo que vivió?

“Ahora me parece mucho más difícil todo lo que hice. Cuando lo pienso… Entrenar como entrenaba sin saber si iba a tener licencia para competir, si me iba a poder dedicar a esto, tomar decisiones con los estudios, etc. Lo veo y digo, madre mía, ahora mismo no sé si lo haría. Viéndolo desde la perspectiva de ahora, claro, pero en ese momento luchas por seguir adelante, por un objetivo, y esa siempre ha sido la máxima en mi carrera. Fuera por un objetivo deportivo concreto o, simplemente, por el objetivo de poder competir. Para mí era lo más normal del mundo en aquel momento y ahora lo miro y digo: ‘Tiene mérito, la verdad’. Luchar contra la incertidumbre es muy difícil. Ahora sé que he tenido una carrera, que he ganado mil mundiales y todo lo que quieras, pero en aquel momento no había ganado nada. Y estaba luchando por algo que ni sabía. Fue complicado”.

Con el 14º Roland Garros de Rafa Nadal tan reciente, resulta inevitable establecer paralelismos entre ambos.

“Realmente, sí, tenemos bastantes paralelismos. Él ganó su primer Roland Garros en 2005 y yo, en ese año, empecé a estar en la élite de mi deporte. En 2006, de hecho, gané la Copa del Mundo. Veo toda su carrera y lo que nos ha costado a los dos llegar a 2022 siendo competitivos y es increíble. En su caso, en un deporte tan competitivo como el tenis”.

Los dos han competido muchas veces con dolor, como usted en Vancouver 2008 (fractura por estrés en el calcáneo), y los dos se niegan a retirarse.

“Si disfrutas todavía de lo que haces, es más fácil superar los obstáculos, ya sean lesiones o problemas de otro tipo. Y asumir que tienes ese dolor, como dice Nadal. A mí también me pasa, me levanto por las mañanas y tengo dolores siempre. Cuando sabes que estuvo jugando prácticamente sin sensibilidad en el pie… Yo no he llegado a tanto, pero sí he competido con molestias, como en Vancouver, y es muy duro. Cuando lo ves por la tele, ves a alguien que juega excepcionalmente bien al tenis, y hace que parezca sencillo, pero hay mucho tras ello. Nadal no es que sea el mejor tenista, es que es el mejor deportista de la historia, diría. Cuando todavía tienes ilusión, peleas por solucionarlo. El día que el cuerpo esté demasiado machacado será el momento de dejarlo”.

Además de triatleta, también es guitarrista. ¿Sabría ponerle una canción a su carrera?

“Es muy difícil, tendría que pensarlo mucho. Pero, sin ninguna duda, sonaría a rock and roll. Por cómo ha sido mi carrera y también porque es lo que escucho y lo que me gusta tocar”.