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FID CASTILLA Y LEÓN ABANCA

“En la vida, como en el ciclismo, hay que pedalear para no caerse”

Abraham Olano, Carlos Sastre, Samuel Sánchez, Dori Ruano y Óscar Freire, bajo el título ‘Una Vida sobre ruedas’, dan forma a la segunda jornada del FID Castilla y León ABANCA 2022.

LeónActualizado a
“En la vida, como en el ciclismo, hay que pedalear para no caerse”

Un pelotón de más de 200 personas y, al frente, cinco de los grandes referentes del ciclismo español: Abraham Olano, Carlos Sastre, Samuel Sánchez, Dori Ruano y Óscar Freire. Una marcha cicloturista, desde la Plaza de San Marcelo hacia las calles más céntricas de la ciudad, abrirá mañana la tercera jornada del FID Castilla y León ABANCA 2022. Al mismo tiempo, hará honor al nombre elegido para la mesa del foro de hoy, Una vida sobre ruedas, que volvió a abarrotar el Auditorio Ciudad de León, tanto de público como de historias. El jueves, en su inauguración, había sido el turno para Fernando Hierro, Carla Suárez y Gervasio Deferr; este sábado, Vicente Del Bosque cerrará tres días de anécdotas, aprendizajes y, sobre todo, de entender el deporte como algo que va más allá de las medallas y los trofeos.

“Mirad que he frecuentado con ellos, pero nunca había tenido el privilegio de reunir a tantos, es digno de un Óscar”, introducía el periodista Javier Ares, conductor de la gala. Sobre el escenario, un maillot amarillo, dos multicolor u otro de campeón olímpico, atrezzo que le daba la razón. “A mí el ciclismo me lo ha dado todo. Es un deporte en el que solo gana uno, donde se aprende de las derrotas y que me ha permitido salir de situaciones muy difíciles, como la muerte de mi madre. La bicicleta te enseña a pedalear para no caerte, como en la vida”, reflexionaba Samu Sánchez, dueño del último de los jerséis.

Los cinco ponentes posan antes del inicio de la mesa.
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Los cinco ponentes posan antes del inicio de la mesa.

En Pekín, el 9 de agosto de 2008, tatuado en su espalda, el oro colgó del cuello de ese chico que, entre otros, había admirado a un Olano que hoy se sentaba a su lado. “Después de Miguel Indurain, todo es difícil. Tuve mucha carga inicialmente, porque esperaba que siguiera un año más, pero cada uno la asume de una manera”, explicaba Abraham sobre los inicios de una carrera que terminó con 45 victorias y un hito: es el único corredor masculino que puede presumir de ser campeón del mundo tanto en ruta como en contrarreloj. A sus 52 años, “con algún que otro moratón”, sigue subiéndose a la bicicleta con la ilusión del primer día. Es un habitual en marchas de todo tipo (carretera, MTB, etc.), donde comparte historias con aquellos que antes le empujaban desde las cunetas.

Nuevos tiempos entre historia

Algo habitual dentro de un deporte que nunca se deja del todo, siempre cercano. Como Dori Ruano, pionera del ciclismo femenino nacional, con 16 campeonatos de España o tres medallas mundialistas, que, después de competir en tres décadas distintas, sigue siendo altavoz. “He visto toda la transformación. En los 80, en Salamanca, sólo éramos dos chicas practicando ciclismo. A mí, me daba libertad. En mi primera carrera, me puse a tirar en cabeza y dejé el grupo en seis corredoras. Cuando llegué a casa, le dije a mi madre que quería ser ciclista. Estaba ahorrando para una moto y, al final, me compré una bicicleta. Hasta entonces, corría con una prestada”, recordaba, remarcando el contraste con la época actual.

Samu Sánchez, Olano, Dori Ruano, Freire y Sastre en el FID Castilla y León.
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Samu Sánchez, Olano, Dori Ruano, Freire y Sastre en el FID Castilla y León.CASARESDiarioAS

“Ha cambiado mucho respecto a cuando yo corría. Antes había mucha base, ahora todo se ha modernizado. Hay mucha información y eso hace que se creen ciclistas antes que deportistas. Mi hijo (Marcos) está ganando muchas carreras, pero quién sabe. Con 19 años, ahora, muchos se creen que van a ser como Evenepoel o Ayuso, pero hay muy pocos que llegan a ese nivel. Hay tanta información que muchos, en vez de divertirse, sólo quieren ganar. Es un momento complejo”, valoraba Freire, único tricampeón del mundo junto a Alfredo Binda, Eddy Merckx, Rik van Steenbergen y Peter Sagan, sobre los tiempos actuales, con el ejemplo en casa.

Como él, también con su hijo, Yeray, abriéndose camino sobre las dos ruedas, un Carlos Sastre que, ahora, lleva una vida tranquila, fiel a su carácter. El madrileño, campeón del Tour en 2008, regenta una tienda de ciclismo en Ávila. “Aquel día fue especial, después de una etapa dura. Cuando llegamos a la salida, el director deportivo nos dijo que no había dormido esa noche, que tenía 20 tácticas diferentes. Cuando me preguntó, le dije que esa etapa era la que teníamos marcada y la teníamos que ganar. Al salir del autobús, nadie sabía muy bien qué hacer y yo decidí atacar desde abajo”, recordaba con un vídeo de su histórica etapa en el Alpe d’Huez detrás de él. Ahí cerró su maillot amarillo, ahí cerró otra página gloriosa del ciclismo español, que emociona sobre ruedas.