Anne Fernández: “Me he vuelto a enamorar del rugby”
La medio melé y una de las voces más autorizadas del vestuario de las Leonas repasa su carrera antes del debut en el Mundial ante Nueva Zelanda.


Anne Fernández (Vitoria, 27 años) todavía ni roza la treintena, pero ya es una de las grandes jugadoras de la historia del rugby español. Llamó la atención hace ya más de una década, cuando irrumpió precoz en el panorama internacional antes incluso de cumplir la mayoría de edad. Ahora es una de las cuatro Leonas convocadas para el Mundial, en el que debutan este domingo ante la todopoderosa Nueva Zelanda (18:30, TDP y Movistar Deportes), que sobrevive desde el último que jugaron, el de 2017. Antes de esa cita atiende a AS, en el prime de una carrera a la que todavía le queda lejano el punto final.
¿Recuerda aquella contraportada de 2018? Que le pusimos un disfraz de reina maga. ‘La reina maga del rugby español’ o algo así era. Ha llovido ya.
(Se ríe) Sí, sí, cómo no me voy a acordar.
Me ha dado ya la muleta. Viene de una sesión de coach mental. ¿Cómo ha ido? ¿Es algo nuevo o ya lo tenían antes de este Mundial?
Lo que hemos tenido era como una formación de World Rugby, que tienen que hacer todos los equipos que vayan a ir al Mundial. Era un poco como la gestión de la salud mental, reflexionar sobre ella y también cómo generar nuestros propios recursos como individuos y como equipo para afrontar la Copa del Mundo de la mejor manera posible en este ámbito. Es necesario. En la anterior Copa del Mundo diría que no tuvimos ni psicólogo ni coach ni nada, así que poco a poco se va viendo la importancia de esto. Ahora, por ejemplo, tenemos un coach que es Hugo, que nos ayuda un poco a afrontar el aspecto mental del deporte y de la gestión de todas las emociones que nos surgen en el día a día.
¿Qué es lo más importante de la salud mental aplicada al rugby?
Pues diría que cuando tienes un día malo y al final el equipo se ve perjudicado. Intentar cada uno estar bien individualmente y también que si estamos mal, no reste al equipo. Cada uno busca sus herramientas para estar bien, para estar óptimas, para sumar al equipo siempre. También se hace mucho hincapié en que al final, cuando llevamos muchas semanas juntas, se hace muy pesado y tendemos a frustrarnos más, a estar con mala cara… Pues un poco a llevar mejor esas semanas que estamos juntas.
¿Usted está en su mejor momento?
Pues la verdad es que sí. Creo que siempre he sido una apasionada del rugby, pero diría que este año se ha visto más acentuado todavía. Me he vuelto a enamorar del rugby, por así decirlo. Entonces diría que sí, que ha sido un año buenísimo. Estoy con muchísimas ganas, físicamente muy bien, mentalmente también muy motivada, también muy positiva. Estoy en muy buen momento.
Es que hace siete años ya de la contraportada que comentábamos, es una de las cuatro que sobrevive del anterior Mundial... ¿Se le ha hecho en algún momento largo todo esto?
Pues más o menos, por así decirlo. Creo que ha sido un proceso.
Ha sido un último año, año y medio muy intenso ¿no? Compaginando el seven con la dinámica del XV de cara al Mundial. Da la sensación de que no ha parado.
Los últimos años han sido exigentes, pero desde el año pasado ha sido perfecta la combinación entre el 7 y el 15. Los entrenadores han respetado mucho mis descansos y la gestión de ambas porque no ha sido fácil, porque había competiciones que coincidían. También es de agradecer el esfuerzo que han hecho los seleccionadores de ambas disciplinas para que yo pudiese estar en los dos entornos. No es algo solo mío, creo que también es de los equipos técnicos que me lo han permitido. Y ya te digo, ha sido un año que he estado súper positiva, con muchísima motivación, muchas ganas. Entonces el haber estado en los dos proyectos, más que una carga ha sido algo de lo que estar muy agradecido. Ambos me han sumado mucho. No ha sido un año de petar, aunque igual ha habido días o semanas. Pero en general ha sido muy guay poder compaginar los dos, porque cada uno me aporta diferentes cosas. Me he podido nutrir de los dos proyectos.
¿Es más fácil que nunca compaginar seven y XV? Porque hemos visto en el pasado problemas de sinergias, especialmente en el ámbito masculino.
En el caso del femenino nunca ha habido problema. Al final es verdad que hay que especializarse en una disciplina o en otra. Son dos deportes distintos. Exceptuando jugadoras o posiciones concretas, cada vez creo que es más difícil compaginarlas. Haciendo bien las cosas creo que es posible, y hay ejemplos de nosotras mismas o de otras selecciones, pero yo creo que el ambiente es todo lo contrario. Está súper bien, y siempre ha estado bien. Creo que todas miramos por el bien de los dos equipos.
“Objetivamente estamos mejor preparadas que otros años, pero otros equipos han dado pasos más grandes”
Anne Fernández
En AS hemos podido hablar con otras Leonas últimamente, y hay variedad de discursos. Hay quien piensa que están mejor preparadas que nunca, y hay quien piensa que han mejorado, pero que aún falta mucho para competir con las potencias. ¿Cuál es su opinión?
Diría que son compatibles los dos mensajes. Es la vez que más preparadas vamos, con más concentraciones, más partidos, más staff y de todo, pero también entiendo lo que dice Lourdes (Alameda), y es que a priori tenemos más diferencia de nivel con otras selecciones porque otros equipos han dado pasos muchísimo más grandes. Vamos a ver qué pasa en el Mundial y cómo estamos. Ahí es donde vamos a ver la realidad, donde nos vamos a poder comparar realmente y hacer un análisis objetivo. Ahora mismo todo es subjetivo. Pero la realidad es que sí que estamos más preparadas que otros años. Te digo por números, a nivel objetivo.
En Irlanda 2017 se empieza a ver ya cómo abren hueco los equipos del Seis Naciones. ¿Se nota tanto ahora la diferencia en el campo respecto a aquello?
Sí, claramente. Al final es lo que pasa cuando tienes cinco partidos de muchísimo nivel al año. Al final es complicado estar a la altura de esos equipos que tienen tantos recursos. Pero como te digo, tenemos la oportunidad de medirnos con Irlanda en el segundo partido del Mundial, y ahí es donde se verá realmente esa diferencia, que puede ser positiva o negativa.
Lourdes Alameda se quejaba también en su visita a AS de que a veces no termina de convencer la estrategia de World Rugby para expandir el rugby femenino. ¿Cree en esa apuesta?
Sinceramente, sería empezar a plantearme lo que me preguntas ahora mismo y sería darte una respuesta que no es real, porque no me la he planteado nunca. Soy una persona un poco ingenua, por así decirlo, o demasiado positiva. Quiero pensar que sí que apuestan, no solo por los primeros equipos clasificados o del ranking mundial. Si te tengo que dar una respuesta diría que me lo creo, pero porque me gusta ser una persona positiva y que se cree los discursos de World Rugby o de potencias o de gente que está un poco por encima nuestro. Quiero pensar que sí, pero no me lo he planteado.
Va a ser el Mundial más multitudinario, con récord de entradas vendidas y buenos estadios, la final en Twickenham... ¿Es grande la diferencia a nivel organizativo respecto a Irlanda 2017?
No tiene nada que ver. Es verdad que han pasado dos ciclos, pero hay muchísima diferencia. El rugby femenino ha crecido en los últimos años una barbaridad. Encima tenemos la suerte de que va a ser en Inglaterra, que es el mejor nivel. Hay muchísimas personas que están viendo el rugby femenino ahora mismo en Inglaterra. Es brutal el bombo que se le está dando. Está por ver cómo está todo organizado y demás. Pero sí, desde el equipo lo estamos sintiendo como que se le está dando muchísima importancia y la visibilidad que se merece realmente. Creo que en ese aspecto se han dado unos pasos enormes desde la anterior Copa del Mundo y desde hace dos, ni te cuento.
En la edición de 2021 es cuando se empieza a dar un salto ya cualitativo. Y empezamos a ver estrellas. Se potencian determinadas figuras que pueden hacer de gancho y que pueden atraer a más audiencia, a más niñas a jugar al rugby y demás. Da la sensación de que usted en algún momento ha sido esa figura del rugby femenino español, una jugadora de un deporte muy minoritario que sale en la contraportada de un gran diario deportivo, en el Vogue... ¿Se ve así?
Lo primero diría que, por así decirlo, hace ocho años eso no pasaba. Al final era más como casi un favor que nos hacían a las chicas que jugábamos a rugby, el hacer un Mundial y que saliésemos en la tele. Desde el Mundial anterior sí que se esta vendiendo como un producto, pero un producto que la gente quiere y a la gente le gusta y que la gente va a comprar. Creo que eso es un paso enorme. Ahí se ha crecido muchísimo. Y lo que dices a nivel personal, nunca lo he sentido así, sinceramente. Lo del Vogue al final creo que querían hacer un reportaje de chicas de baloncesto, de fútbol, de rugby y tal, y justo nos eligieron a tres. Pero diría que al azar, o sea, yo literalmente ese día tenía el ojo morado. Fue porque a nuestra mánager le pareció gracioso que yo fuese con el ojo morado. Y yo pensaba que los de Vogue querían que yo fuese con el ojo morado y resulta que no. Cuando me vieron se llevaron una sorpresa, porque no querían a la persona con el ojo hinchado y morado, con el pómulo roto. Tuvieron que maquillar con Photoshop y demás... Entonces, nunca lo he vivido así. Quizá sí que, por el hecho de ser muy joven, estar en el seven, estar en el XV, ir a una Copa del Mundo muy joven... Pues sí que al final es algo que da tirón y se promociona desde la Federación, pero tampoco lo he vivido nunca como ser una estrella. Además, es algo que a mí no me gusta mucho, ni el tema de redes sociales, ni sobrevalorar el trabajo que hacemos. No soy una persona que tenga ese perfil.

Sí que lo estamos viendo ahora por ejemplo con el seven masculino, con Manu Moreno. ¿Pudo haber tenido esa dimensión?
Yo sinceramente no lo creo. No creo que haya estado a la misma altura que Manu o los chicos del seven. Y por otro lado también eso, que yo nunca, un poco por mi personalidad, no me gusta hacer más grandes las cosas de lo que son, ni darme más importancia de lo que tengo o tenemos. Me parece súper lícito y súper respetable y perfecto que Manu o los chicos u otras compañeras del equipo lo hagan con el tema de patrocinios o de exponerse en redes sociales, de mostrar lo que hacemos y tal. Pero nunca ha ido conmigo. Yo me he centrado siempre en entrenar, en jugar bien, en ser un poco coherente con lo que pienso y con los valores que tengo, con la importancia que creo que tenemos. También un poco porque soy más tímida, y me cuesta hacer ese tipo de cosas. Es un cúmulo de cosas. Quién sabe, todavía tengo tiempo (se ríe).
Tiene 27 años aún. Le pueden quedar cinco o diez más al máximo nivel.
Antes, junto con Amaia Erbina (otra internacional española), decíamos ‘yo ni de coña voy a llegar jugando a los 30’. Se va acercando y cambia un poco el discurso, también porque con el tema de las lesiones he estado muchos años fuera. En las rodillas, el codo, los tobillos… Al final siento que me queda mucho por vivir. Como jugadora me queda mucho por explotarme a mí misma, por aportar al rugby, por seguir creciendo y mejorando. Desde luego, cerca no veo el final de mi carrera deportiva.
Es que estamos hablando como si fuese una veterana y está en su prime. Los 27 a nivel deportivo es la edad óptima.
Yo es que me siento como si tuviera 22 o 23. No quiero creerme más joven de lo que soy, pero al final voy día a día, año a año y se irá viendo.
¿Está muy castigada para tener 27 años después de una década en esto?
No, eso es lo bueno. Desde que soy una enana es que me he cuidado tanto... Pero no por mirar a largo plazo, sino porque es un estilo de vida que me gustaba también. He tenido muchas lesiones, pero luego no tengo secuelas de sentirme cansada, de que me duelan las cosas o sentirme cargada ni mentalmente ni físicamente. Por eso te digo que me siento como si tuviese menos. Es como que llevo muchos años jugando, pero tampoco me siento tan mayor. No estoy ni cascada ni cansada. A nivel físico me encuentro en muy buen momento, mentalmente también. Día a día, y si me encuentro bien y me apetece seguir, pues seguir haciendo lo que más me gusta, que es esto.
Ahora que se están yendo tantas a aprovechar la profesionalización de Inglaterra o Francia, ¿por qué no ha salido? Porque alguna cosa le habrá surgido.
Es muy difícil compaginarlo con el seven. Sobre todo con equipos de ligas ya más exigentes como la francesa o la inglesa, ya no solo a nivel de contratos, que a lo mejor ni te lo permiten, sino a nivel deportivo. La exigencia de una de esas ligas, te tienes que centrar full time en ellas. Pero sí que me planteo el irme fuera. No sé cuándo va a pasar, pero sí que es una experiencia que me gustaría tener. Me ayudaría a crecer mucho a nivel tanto deportivo como personal, entonces no lo descarto. La vida me ha ido llevando por este camino, que ha sido más el del seven, y que era un poco incompatible con irme fuera.
“Antes el Mundial era casi un favor que nos hacían a las chicas que jugábamos al rugby”
Anne Fernández
Digamos que es un contexto más tranquilo y más profesionalizado para trabajar en el rugby de élite el del seven que el del XV. Usted que ha vivido esa cierta tranquilidad que da ese proyecto a nivel de becas, de ADO y demás por ser olímpico, ¿ve un avance muy importante en los contratos para preparar el Mundial?
Sí. Hasta hace muy poco tiempo, las únicas privilegiadas en España que podíamos considerarnos jugadoras profesionales, o que nos podíamos dedicar prácticamente al 100%, con estudios y demás, éramos entre 10 y 20 chicas que nos dedicábamos al seven. No existía un entorno profesional para jugadoras que no fuesen becadas por el seven. Igual alguna excepción en algún club o lo que sea, pero a niveles generales no. Entonces es muy buena noticia que cada día más chicas nos podamos dedicar al rugby no solo en el entorno del seven, sino en clubes o en selecciones y demás. Es un súper avance que se ha hecho en los últimos años y estamos muy contentas de que más chicas se sumen a esta profesionalización del rugby femenino en España.
Los chicos van a jugar el primer mundial en 30 años y objetivamente la atención mediática es mayor que para ustedes, que van a jugar el séptimo de su historia. ¿Cómo se digiere? ¿Genera frustración o su éxito es bueno también para el femenino?
Claro, aquí yo no puedo hablar desde... Yo puedo hablar desde mí para mí. A mí me alegra, porque hay compañeros se lo han curado un montón, tanto como nosotras. Entonces al final creo que nos tenemos que alegrar, porque son jugadores de rugby igual que nosotras y han conseguido un pedazo de objetivo. Que se les dé más recursos es bueno para el rugby español. Es el mismo logro que el nuestro. Que ellos lo hayan conseguido no nos resta a nosotras, no nos quita visibilidad a nosotras. Nosotras vamos a tener la misma visibilidad tengan ellos más o menos. No es que nos hagan sombra ni mucho menos, entonces por todo lo suyo nos alegramos y creo que nosotras deberíamos seguir luchando por lo nuestro.
Lo de los chicos del seven, ¿lo vieron venir?
No, ha sido una locura. Además con ellos tenemos una relación muy cercana, porque hacemos muchos viajes juntos. La alegría es todavía mayor, y creo que son un ejemplo clarísimo de cómo hacer las cosas bien. No es envidia, es ejemplo y esperanza de que las cosas pueden salir. Lo vemos como algo muy lejano al nivel en el que estamos nosotras ahora, pero nos han enseñado un camino que podemos seguir. Son inspiración por así decirlo.
¿El seven le ha dado más a nivel deportivo o de experiencia vital?
Obviamente me quedo con lo vital, porque me lo voy a llevar para siempre. Pero a nivel deportivo también es súper exigente, en lo físico, lo personal, pasas mucho tiempo fuera... Siempre te enfrentas a equipos buenísimos. El aporte ahí también ha sido muchísimo, a nivel físico y mental. Me quedo con lo personal, pero en lo deportivo me ha dado mucho.
¿Qué va a hacer cuando deje el rugby?
Este año por fin termino INEF. Antes me cogí fisio, pero no me gustaba. Me gustaría estar ligada al rugby, como preparadora física o algo. Lo primero es coger mucha experiencia, para estar segura de lo que hago. Y en el futuro me gustaría montar mi propio centro de entrenamiento, algo chulo, que ya estoy ahorrando para ello.
¿Va a ser la próxima Mar Álvarez?
(Se ríe) Bueno, Mar es otro espejo en el que mirarse. Otra inspiración.
Dígame algo, de las Leonas o aparte de las Leonas, que merezca la pena seguir en el Mundial. Algo que tengan que ver las niñas que sueñan con convertirse en ustedes un día.
Hay muchos equipos que han dado un salto brutal. Inglaterra, Nueva Zelanda y Canadá, que ha pasado de ser invisible a número dos en el ranking. Cuidado con ellas. Hay que ver el nivel de estos equipos.
¿Quién es un buen modelo a seguir?
Españolas hay muchísimas. Ahora mismo tenemos a Claudia Peña, que es una máquina y lo está demostrando ya a nivel internacional y en la liga inglesa. Que no la pierda nadie de vista.
Noticias relacionadas
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp.
¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí


Rellene su nombre y apellidos para comentar