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JUEGOS PARALÍMPICOS PARÍS 2024

Alberto Suárez vuelve al podio y descalifican a Elena Congost por ayudar a su guía

El asturiano terminó la maratón con una plata y la catalana, en tercer lugar, pero la descalificaron por incumplir la regla 7.9.5. referente al guiado.

París
Suárez Laso
Jennifer LorenziniREUTERS

La vida cambia en un instante. La emoción de Alberto Suárez, que terminó segundo en la maratón, contrastó con el desasosiego de Elena Congost, que pasó del bronce a la descalificación en cuestión de segundos. Incumplió el artículo 7.9.5 del reglamento, por el que la atleta no se puede soltar de la cuerda que le conecta al guía. Todo un mazazo. Más, teniendo en cuenta que su deportista de apoyo, Mia Carol, llegó acalambrado a los últimos metros y hasta le costó cruzar la línea de meta. Es más, era Elena quien tenía que tirar de él, ya exhausto. El Comité Paralímpico Español ya ha anunciado que no va a seguir reclamando y ha confirmado que el motivo de la descalificación es haber soltado la cuerda.

Lo primero que cayó fue la alegría de Alberto Suárez, quien regresó al podio ocho años después. Su última vez databa de Río 2016, donde precisamente se colgó otra plata. Los Juegos anteriores, los de Londres 2012, había conseguido un oro, pero en Tokio 2020 cayó hasta el quinto lugar. Su historia empezó bajo palos. Era portero de fútbol sala y se fue dando cuenta de que cada vez veía peor. Ahí es cuando le diagnosticaron una enfermedad visual degenerativa, que le obligó también a dejar su trabajo como tornero fresador en la metalurgia asturiana. Él consiguió en la maratón de Valencia Trinidad Alfonso en 2023 la mínima B.

“La medalla me sabe a gloria. A Tokio llegué lesionado y me quedó un sabor agridulce. Estoy bastante entero, creo que también esa motivación de haber quedado segundo. Tuve buenas sensaciones durante toda la carrera, aunque hubo momentos de crisis tanto física como mental. Espero no tener ninguna recaída, que siempre le doy algún susto al servicio médico”, bromeó Alberto en zona mixta.

Elena Congost, por su parte, llegó tercera. Exultante. Iba a volver al podio, tras el oro conseguido en la maratón de Río 2016 y la plata en los 1.500 metros de Londres 2012. Después, hubo un gran parón porque fue madre de cuatro hijos —Arlet (6 años), Abril (4), Ona (3) y Lluc (1)— y había regresado por todo lo alto. Cumplía su sueño en tiempo récord. Cinco meses entrenando le bastaron para conseguir la mínima A durante la Maratón de Sevilla. Sin embargo, el destino le deparó un mazazo inesperado. La descalificación. El final más cruel posible para su historia, que había escrito en bronce. La cuarta clasificada, la japonesa Misato Michishita, estaba a casi cuatro minutos de la catalana.

He llegado muy bien. Hasta he podido aguantar a Mia para que no se cayera. Llevaba dos kilómetros riñéndome y diciéndome, no me tires de la cuerda porque me caigo, no aguanto, no llego”, explicó ante los medios de comunicación sólo unos minutos antes de conocer este mazazo. El gerente del Comité Paralímpico Español, Alberto Jofre, compareció para hacer balance y también se refirió a esta descalificación: “La norma es clarísima. Eso es para que el guía no tire del deportista, pero en este caso estaba pasando lo contrario”.

La maratón —en categoría T12— ha dejado la última medalla española en París 2024, cuyo botín asciende hasta las 40. Una cifra que ha superado en cuatro los metales obtenidos en Tokio 2020 y que se ha quedado a las puertas de las 42 de Londres 2012.

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