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Golf | Dubai Desert Classic

Jon Rahm arranca su ‘operación Ryder’ en Dubái

El español adelanta su primera aparición respecto a 2024, que será en un torneo ‘europeo’ y puntuable para la bienal, y vuelve a romper lanzas en favor de la unidad.

Jon Rahm.
A.Carrasco Ragel
Jorge Noguera
Nació en Madrid en 1995. Doble grado en Periodismo y Audiovisuales por la Rey Juan Carlos. Un privilegiado, hace lo que siempre quiso hacer. Entró en AS en 2017 y se quedó. Salvo un paréntesis en Actualidad, siempre en Más Deporte. Allí ha escrito sobre todo de rugby, golf y tenis. Ha cubierto el British Open, la Copa Davis o el Mutua Madrid Open.
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Aunque lo cerró con dos victorias y la orden de mérito del LIV Golf en el zurrón, 2024 no fue por muchas razones un año óptimo en lo deportivo para los estándares de excelencia que se marca a sí mismo Jon Rahm y que se le pueden demandar a la luz de su curriculum. El ‘clic’ que puso de nuevo en orden su juego no llegaría hasta mediados de curso en Houston, a tiempo para salvar una primera campaña en la superliga saudí que terminó siendo fértil, pero no para arreglar una temporada floja en los grandes, la razón de ser, el pan y la sal, de un jugador de su calibre. Así que el 2025 del León de Barrika, que arranca en lo golfístico este jueves con la primera vuelta del Dubai Desert Classic (08:30, Movistar Golf) tendrá una estructura diferente.

No habrá cambios radicales en su calendario, pero sí alguna modificación, y la primera es este arranque, que llega antes que el año pasado, cuando el pistoletazo de salida lo dio en Mayakoba, primera parada del LIV, en febrero. Dado que su situación para con el DP World Tour ha cambiado, con las sanciones que le impedían jugar torneos en 2024 ahora recurridas y suspendidas cautelarmente a la espera de sentencia, será la gira europea la que albergue su estreno en este 2025, con dos lecturas claras: la primera ya la desveló él en su día, y es que quiere llegar con más rodaje a un Masters que se le atragantó el pasado abril hasta el punto de protagonizar la peor actuación de su carrera en esa cita, un 45º puesto y ni una sola vuelta bajo par; la segunda, que en año de Ryder y con los torneos de su actual ‘casa’ fuera del engranaje del ranking mundial aún, debe buscar puntos allá donde pueda conseguirlos si quiere obtener una de las seis plazas directas para el equipo, aunque es algo prácticamente seguro que en caso de no conseguirla recibirá una de las invitaciones a disposición del capitán, Luke Donald. Por méritos pasados y porque el clima entre los bloques antagónicos LIV-PGA/DP World Tour tiende desde hace tiempo a la reconciliación.

En ese sentido, el vizcaíno ya ha comentado a Ten Golf que sus paradas fijas en el circuito en el que arrancó su carrera aparte de esta serán las dos que albergará España (Open nacional y otra por confirmar que recogerá el testigo del EDAM) y Wentworth, dejando fuera esta vez el Alfred Dunhill, un torneo de alto valor icónico y que el año pasado funcionó como una suerte de ‘Foro de Davos’ entre potencias golfísticas, pero con una ubicación incómoda en el calendario vigente, emparedado entre el Open de España y la Ryder.

Precisamente al cisma y al acercamiento de posturas entre bandos que debería cristalizar ya de una vez por todas en un acuerdo para restaurar la paz a lo largo de este año se refirió Jon en su rueda de prensa previa al Desert Classic, en el que compartirá grupo en las dos primeras jornadas (desde las 09:25 este jueves, desde las 05:05 este viernes) con el escocés MacIntyre y el australiamo Adam Scott, un partido de altura.

“Estamos viviendo una época dorada para el golf, con unas posibilidades infinitas. Creo que si se juntan las mentes adecuadas, se puede crear un producto, y lo llevo diciendo desde el comienzo, que podría poner al golf en una dimensión diferente en el panorama del deporte”, dijo Rahmbo, que cree que deberían relajarse ya las contramedidas adoptadas por el establishment desde la entrada de los petrodólares en este negocio: “Entiendo que todos hemos tomado una decisión y no es tan fácil como parece, pero decir que algunos jugadores de LIV no merecen jugar los majors creo que es un error y espero que cambie”.

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En clave Ryder, rompió una lanza por Sergio García, que últimamente ha maniobrado hacia su reinserción en el equipo del Viejo Continente. Rahm ve en él aún un activo potencialmente importante en el seno del grupo: “Para la gente que lo ve un día cualquiera, Sergio García puede pegarle al green mejor que nadie en el planeta. Es así de simple. Sigue siendo así de bueno y sigue siendo muy valioso. Me encantaría verlo en el vestuario del equipo, pero quién sabe qué va a pasar. También entiendo que hicimos un trabajo increíble en la última Ryder Cup, con un equipo más nuevo, que se unió y jugó como lo hizo. Espero y creo que hay un lugar para Sergio”. El de Borriol, que recientemente ha confirmado la adquisición para sus Fireballs de Luis Masaveu, una de las perlas de la nueva hornada europea, no figura en el cartel para un Desert Classic que jugarán otros nueve españoles: los hermanos Elvira, Larrazábal, Ayora, Hidalgo, García-Heredia, Del Rey, Cantero y Campillo.

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