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GOLF

Fernando Vega de Seoane: una historia de superación en ocho segundos

El próximo 4 de abril Movistar Plus estrena ‘8 segundos’, un reportaje con el golf como vehículo para digerir y superar la tragedia.

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Fernando Vega de Seoane: una historia de superación en ocho segundos
MOVISTAR PLUS

La fragilidad de la vida queda encapsulada en historias como la de Fernando Vega de Seoane. Un tipo felizmente casado, padre de cinco hijos, que un buen día, esquiando en Baqueira, choca con un árbol y queda parapléjico. Una desgracia en la que podría haberse recreado, que podría haberle arrastrado a un pozo de oscuridad, pero que elige afrontar y superar con admirable entereza.

Este relato de superación se ha transformado en una pieza audiovisual de la mano de Movistar Plus, que la estrena el próximo martes 4 de abril bajo el título 8 segundos. Fue lo que tardó Fernando, como contó este jueves en la presentación del reportaje en la Gran Vía Madrileña, en decidir que su vida no acababa en ese maldito árbol del Pirineo catalán, que iba a tirar para delante con todo.

¿Su vía de escape? El golf. Ya lo había practicado de niño, pero se alejó de él tras fallar un putt fácil en un torneo en el RACE. Solo unos meses después de abandonar el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, en el que dejó al personal anonadado con sus ganas de recuperarse, de comerse el mundo, lo retomó. Ahora ambiciona convertirse en “el mejor golfista adaptado del mundo”. Aseguran los que le conocen bien que, por su persistencia, no tardará más de “dos o tres años” en conseguirlo.

De momento marcha por buen camino. En septiembre, siete meses después del accidente, compitió en el Open de Madrid, en el que quedó 17ª en la clasificación hándicap de su categoría. En noviembre participó en el Algarve Open. Es el 28ª en el ranking de la EDGA (European Diabled Golf Association) de su modalidad, que es la de silla de ruedas. Se mueve por el campo en un ParaGolfer, un buggy adaptado para erguirle cuando le toca golpear a la bola, cosa que hace con una sola mano salvo cuando patea.

A Fernando, afirmó este jueves, le gustaría que hubiese más jugadores de su modalidad y esa es la otra misión que ha encontrado en este deporte, difundirlo entre la gente con su mismo problema, enseñarles las bondades de lo que a él le ha servido como método para seguir. No pronuncia ni una queja. Ni a lo largo del reportaje ni cuando sube al escenario para repartir agradecimientos. Una actitud ante la vida que consigue que el escuchante se replantee la suya.