Un año sin Kiptum: “La policía nunca me ha revelado qué causó el accidente de mi hijo”

Fue un golpe humano, deportivo y prácticamente científico. Hace un año, el 12 de febrero de 2024, Kelvin Kiptum perdió la vida en un accidente de tráfico. El keniano, con la mejor marca de la historia en maratón (2:00:35), murió en la carretera junto a su entrenador, el ruandés Gervais Hakizimana, entre Eldoret y Kaptagat, la meca de los 42.195 metros. La noticia supuso un gran impacto mundial. Kiptum, de sólo 24 años, parecía el elegido para bajar de las dos horas en la distancia de Filípides, un imposible que, desde su pérdida, lo es un poco más. “No tengo palabras para esta terrible noticia. Era él. Él era el elegido. Ahora todo pasa a un segundo plano, pero le recordaremos como el más rápido”, compartió, por ejemplo, Yago Rojo, uno de los mejores maratonianos españoles. Era el sentir del mundo del atletismo, que aún le llora.

A lo largo de este año, Kiptum ha estado muy presente en la mente del deporte mundial, que le ha rendido múltiples homenajes. Especialmente, durante los Juegos Olímpicos de París, donde se esperaba un legendario duelo entre el keniano y su compatriota Eliud Kipchoge. El dolor persiste. Especialmente, en su familia, que, este miércoles, en una fecha tan señalada, ha pedido más claridad sobre todo lo ocurrido en la muerte de su hijo. “La policía nunca me ha revelado qué causó exactamente el accidente que me arrebató a mi querido hijo. No saber qué sucedió exactamente es muy doloroso”, expresó el padre del atleta, Samson Cheruiyot, en el diario keniano Daily Nation.

Durante los días posteriores a la muerte de Kiptum, como es habitual en este tipo de casos, las conspiraciones ya empezaron a brotar. Sobre todo, después de unas declaraciones del propio padre de Kiptum, que pidió una investigación de los hechos. “Había algunas personas que llegaron hace unos días buscando a Kiptum, pero se negaron a identificarse. Les pedí que me presentasen alguna identificación, pero optaron por marcharse”, aseguró Cheruiyot. “Estamos profundamente entristecidos por la pérdida de Kiptum y pedimos a la policía que acelere las investigaciones para que podamos saber qué causó el accidente”, se sumó el gobernador del condado keniano de Uasin Gishu (donde ocurrió el incidente), Jonathan Bii. Varios días después, además, se producía la detención de tres personas de Qiaodan, marca china con la que el atleta había incumplido su contrato.

Posibilidades que, sin embargo, se desvanecieron con la autopsia a Kiptum, en la que se señaló que el plsumarquista mundial había muerto por graves heridas en la cabeza provocadas por el accidente (en el informe de los peritos, no se observaron averías en el coche). “Estamos satisfechos con los resultados. Fui testigo de todo el proceso”, dijo Philip Kiplagat, portavoz de la familia, en ese momento. Un año después, sin embargo, se pide más claridad sobre la muerte de un atleta que, pese a marcharse antes de tiempo, dejó una gran huella. En lo deportivo (tiene tres de las seis mejores marcas de la historia en maratón) y en lo humano. “Mi hijo vio lo mal que estábamos y me prometió que pronto conduciría mi propio coche hasta el mercado, pero sigue siendo un sueño”, recordó este miércoles su madre, Mary Kangogo Read, haciendo hincapié en el buen corazón de Kiptum y en las dificultades económicas que están pasando tras su muerte, sin poder utilizar gran parte del dinero que ganó por distintos problemas fiscales.

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