El adiós de Egurrola: de guardián de 77 títulos a leyenda
El portero se retira un año antes de lo que él quería, se camiseta colgará del Palau y espera alcanzar los 80 trofeos hasta junio. "Que me recuerden como un buen compañero".
El mismo año que Xavi Hernández debutaba en el primer equipo del Barça de fútbol, Aitor Egurrola hacia lo propio como portero de la sección de hockey patines en Riazor. Han transcurrido 24 años, tiempo en el que el guardameta se ha convertido en el jugador con más títulos en la historia del club azulgrana, por encima de otras secciones históricas y triunfantes como la de balonmano, y Xavi, ya retirado y ahora como entrenador, estuvo presente en un acto emotivo. Egurrola ha alzado 77 títulos y le quedan tres balas para despedirse en junio con 80. No ha habido nadie que haya ganando tanto.
Esos trofeos, del primer al último, acompañaron a la “leyenda”, en palabras del presidente, Joan Laporta, en la sala de despedida, abarrotada y rendida, que se puso en pie para ovacionarlo. “Estoy nervioso y orgulloso”, comentó el meta: “Impresiona mucho ver los títulos… Me quedó con la última Champions o la que levanté en el Palau como capitán”.
El portero, que cumplirá 42 años antes de que acabe la temporada, reconoció que no ha colgado los patines cuando él ha querido, sino que el Barça no le ofreció la renovación. Entiende Egurrola la decisión del club y “agradece” a todas las personas que ha conocido y que le han ayudado en este camino. Especialmente a los servicios médicos (“siempre sufrí de las rodillas, creía que no llegaría a tanto”) y a su familia, dedicatoria emocionante en la que no pudo reprimir las lágrimas.
La magnitud de Egurrola en su acto de despedida también se apreció en los asistentes al Auditori 1899 del Camp Nou. Le acompañaron otros jugadores de las secciones y sus compañeros de equipo. Todos ellos abarrotaron la sala y el presidente Laporta, que anunció que su camiseta colgará del Palau, le abrió la puerta a seguir en la entidad con otras funciones. “Sí, me lo ha dicho en privado, pero no lo hemos hablado aún en concreto”, comentó el guardameta.
De las paradas de Arconada a símbolo del hockey patines
La historia de Egurrola responde a aquellas casualidades de la vida. Sus padres son de Pasaia (Guipuzcoa), ciudad que linda con San Sebastián. Llegaron a Barcelona por trabajo y allí creció, con sus 16 apellidos vascos y como fanático de una Real Sociedad que iba a ver en el viejo Atocha con su padre cuando viajaba a la ciudad familiar. De las paradas de Arconada nació esa pasión por defender una portería. Y así empezó su viaje como portero en el hockey patines, una profesión de riesgo, primero en el Castelldefels, luego en el Horta y por última ya en el Barça, desde 1995.
“A aquel chico que iba camino de Riazor a jugar le diría ‘no te vas a creer lo que te va a pasar’, que disfrutara del camino”, manifestó Egurrola, quien espera que le recuerden como “un buen compañero” y seguir ampliando la vitrina: “Tenemos hambre, pelearemos por todos los títulos”.
El portero lleva disfrutando especialmente los últimos años, consciente de que se acercaba este momento: “Cuando acababa una temporada quería empezar la siguiente”. “No lo he dejado aún y ya lo echo de menos”, dijo, como el hockey patines hará con una de sus leyendas en la portería, el hombre del palmarés envidiable.