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BOXEO

Maravilla vuelve al ruedo

Maravilla Martínez se enfrenta este sábado a Brian Rose en Valdemoro. Para el argentino, de 46 años, es una pelea especial, ya que boxea en la ciudad en la que ahora vive.

Actualizado a
Sergio Maravilla Martinez.
INMA FLORESDIARIO AS

Sergio Maravilla Martínez (53-3-2, 30 KO) lo ha sido todo en el boxeo. El argentino, de 46 años, ha logrado nueve campeonatos mundiales y en 2020, tras seis años retirado, decidió volver. Lo hizo primero para quitarse la espinita de un mal final (las lesiones lastraron sus últimos combates) y después, espoleado por las buenas sensaciones, intentar de nuevo disputar un Mundial. Para ello se subió al ring dos veces el año pasado (noqueó a sus dos oponentes) y vuelve este sábado (21:00, Eurosport 2) en Valdemoro. Es una pelea especial, ya que boxea en la ciudad en la que ahora vive y se subirá al ring en Madrid tras casi 14 años (su último combate en la capital fue en el Polideportivo Sage 2000 en octubre de 2007, mucho antes de lograr su primer Mundial). "En Quilmes, donde vivía en Argentina, boxeé muchas veces. Luego empecé a viajar y dejé de hacerlo. Me hace mucha ilusión recuperarlo", admite a AS.

Las restricciones de la pandemia han impedido al argentino volver a boxear. "Tengo mucha experiencia y me ha pasado más veces. Parezco chino de tanta paciencia que he aprendido a tener en el boxeo. Pero sé que juego contra el tiempo", recuerda. En esa lucha por volver a los grandes carteles, el inglés Brian Rose (32-6-1, 8 KO). Es un escalón más, pero Maravilla habla sin tapujos: "Es un rival con gran experiencia. Hará su pelea 40 aquí y nunca se precipita a la hora de tomar decisiones. Los ingleses además son muy duros, pero si quiero llegar hasta donde me he marcado, debo acabar con Rose en seis u ocho asaltos (el duelo está pactado a diez). Es un reto difícil, pero me gusta eso y es lo que debo exigirme".

Martínez está número tres en las listas de la WBA (peso medio) y ahí tiene su foco, pero sabe que todo se ha complicado. El organismo se ha visto amenazado por su política de títulos (había categorías en las que tenían tres monarcas), y ha empezado a reducirlo. Un campeón por peso, como debe de ser, pero eso alarga el camino del hispano-argentino. "Veremos a ver si ganando el sábado sigo subiendo. Parece que Murata, campeón WBA (tenía un cinturón interino, pero la renuncia de Canelo le hizo rey absoluto), va a pelear con Golovkin en diciembre. Ya he empezado a ver combates de GGG, le veo favorito. Si eso pasa quizá deba reconducir mi camino porque la oportunidad tardará más. Hay que ver qué pasa", añade.

Maravilla es un veterano con la ilusión de un debutante y eso muestra en cada charla, salvo los jueves por la tarde. Ese día representa en el Teatro Luchana de Madrid la obra Bengala en la que encarna a un boxeador al borde de la retirada que es su némesis. La actuación es su otra pasión: "Ser boxeador me ha ayudado a la hora de interpretar. En ambas situaciones te pones tenso, pero el corazón late diferente en el boxeo. Hay riesgo real y eso lo hace más difícil", concluye. El sábado volverá a sentir esa sensación de subirse al ring en casa.