100 días para Tokio: las estrellas de los Juegos de la pandemia

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JUEGOS OLÍMPICOS TOKIO 2020

100 días para Tokio: las estrellas de los Juegos de la pandemia

Los Juegos de Tokio (23 de julio-8 de agosto) serán los Juegos de la Pandemia. La luz (aunque aún tenue) al final del túnel, como insiste en definirlos Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional. Previsiblemente sin público en las gradas, o con un reducido número de japoneses, el espectáculo será televisivo. Pero con los mejores deportistas del mundo, como símbolo de fuerza frente al coronavirus.

El aplazamiento de un año le ha dado a Simone Biles para sacar de su chistera más ejercicios inverosímiles. A Carolina Marín para superar su grave lesión de rodilla. En el atletismo, a que Armand Duplantis amplíe sus vuelos. A Caeleb Dressel, para pulir su velocidad y postularse como heredero de Michael Phelps. Más tapado ha estado Noah Lyles, el prodigio estadounidense que quiere hacer olvidar al ‘Relámpago’ Bolt. Federer y Djokovic buscarán el oro que sí tiene Nadal. El Team USA de baloncesto volverá a ser un Dream Team… Las estrellas lucirán entre las sombras y el silencio de los Juegos más extraños.

Simone Biles: La reina de Tokio será, sin duda, la gimnasta. Con 24 años y tras colgarse 25 medallas en Mundiales, superando el récord de Scherbo, se despedirá con ejercicios sólo a su alcance.

Simone Biles

La reina de Tokio será, sin duda, la gimnasta. Con 24 años y tras colgarse 25 medallas en Mundiales, superando el récord de Scherbo, se despedirá con ejercicios sólo a su alcance.

Jesús Mínguez
Jesús Mínguez

Las reinas de los Juegos suelen salir del tapiz de gimnasia. Larissa Latynina o Nadia Comaneci son historia, como lo será la pequeña (1,42 metros) Simone Biles. La estadounidense ha llevado la artística a otra dimensión. No hay obstáculos para ella. Quizá porque con tres años los servicios sociales la apartaron de su madre Shannon, adicta a las drogas, para ir a una casa de acogida junto a sus tres hermanos y después fue criada por sus abuelos en Texas. “Cuando persigues un sueño puede darte alas para volar”, cuenta en su biografía. Y es lo que ha hecho durante toda su carrera con una potencia increíble en las piernas. En 2019, y tras tomarse un año sabático después de los Juegos de Río (cuatro oros y un bronce), llegó a las 25 medallas en Mundiales, superando las 23 de Vitaly Scherbo y de las que 19 de ellas son de oro.

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Biles es una extraterrestre que sólo teme al vacío de las asimétricas, por sus diminutas manos que le dificultan el agarre. En Tokio, donde en principio se despedirá con 24 años, podría mostrar en su programa sus creaciones: el triple-doble en suelo y el doble-doble de salida en la barra de equilibrios, dos acrobacias inéditas. Tan difíciles, que la Federación Internacional (FIG), para incluirlas en el código, puntuó la segunda a la baja para evitar que otras gimnastas la imitaran corriendo peligro. En vídeos, se le ha visto puliendo un salto de potro que sólo ejecutan los hombres, un ‘Yang Wei’, que encadena un Yurchenko (aproximación en rondada para entrar en el potro de espaldas) con un doble mortal carpado. Locuras de la reina.

Katie Ledecky. La estadounidense, beneficiada por la inclusión de los 1.500 libre en el programa, aspira a ganar seis medallas más y a igualar a Jenny Thompson (12).

Katie Ledecky

La estadounidense, beneficiada por la inclusión de los 1.500 libre en el programa, aspira a ganar seis medallas más y a igualar a Jenny Thompson (12).

Alberto Martínez
Alberto Martínez

Katie Ledecky (Washington, 1997) se ha ganado un lugar en la historia acuática por sus registros. No se conoce otra nadadora que se haya adelantado a su tiempo, como si hubiera viajado del futuro en una máquina no inventada. En los 1.500 libre el récord estaba en 15:42 y ella lo ha rebajado a 15:20; en los 800 lo ha situado en 8:04.79 cuando antes nadie había bajado de 8:14; y, en los 400, siguen en vigor sus 3:56.46 dejando lejos los 3:59.15 de la incombustible Federica Pellegrini con bañadores mágicos. Pero en Tokio, y después de poseer ya seis medallas olímpicas (cinco de oro), Ledecky puede también entrar en el podio histórico como medallista, lo tiene al alcance en las seis pruebas en las que participará si logra la clasificación en los trials.

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La estadounidense está a seis medallas, precisamente, de igualar a su compatriota Jenny Thompson, quien obtuvo 12 podios entre los Juegos de Barcelona 92 y los de Atenas 2004. Para ello, la nadadora de familia rica, acostumbrada a ver los partidos de Michael Jordan cuando jugaba en Washington, se ha beneficiado de la incursión de los 1.500 libre en el programa olímpico. Aspira al oro en esa prueba como en los 200, 400 y 800, triple corona que ya obtuvo en Río, aunque las rivales han ganado en competitividad. Además, participará en el relevo 4x100 libre y 4x200 libre. De lograrlo, y dada su juventud (24 años), la estadounidense aún podría mantener su programa para los Juegos de París 2024 e intentar, especialmente por romanticismo, finalizar su carrera en su país, en Los Ángeles 2028, quién sabe si con un récord de la misma galaxia de la que procede.

Caeleb Dressel: Ganador de 16 medallas mundiales en dos años, el estadounidense participará en sus segundos Juegos con el reto de ganar seis oros y seguir la saga de Phelps y Spitz.

Caeleb Dressel

Ganador de 16 medallas mundiales en dos años, el estadounidense participará en sus segundos Juegos con el reto de ganar seis oros y seguir la saga de Phelps y Spitz.

Alberto Martínez
Alberto Martínez

En Río 2016, el nombre de Caeleb Dressel (1996) pasaba inadvertido. El nadador de Jacksonville (Estados Unidos), la misma localidad en la que tiene su residencia el medallista español Martín López-Zubero, ganó el oro en el relevo 4x100 libre junto a Michael Phelps, en lo que fue su despedida 28 medallas después. Ahora, la natación le coloca como el nuevo rey olímpico tras la retirada del de Baltimore. Dressel posee una fisonomía ideal para la natación y una sensibilidad en el agua única, y ha trazado una preparación olímpica en la que en cada competición ha superado sus límites, como desposeer a Phelps del récord de los 100 mariposa (49.50) o atacar los de 50 y 100 del brasileño César Cielo. Aunque reniegue de su comparación con el Tiburón, sus inicios son paralelos.

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En 2017 vivió un bautizo histórico en el Mundial de Budapest, donde ganó ocho medallas de oro, récord. En Gwangju, en 2019, repitió con seis oros y dos platas en pruebas de relevos. El estadounidense, pulido por el entrenador Gregg Troy por consejo de Ryan Lochte, ha llevado a otra dimensión la velocidad. En Tokio competirá, después de clasificarse en junio en los ‘trials’, en los 50 y 100 libre y en los 100 mariposa como pruebas individuales, al margen de los relevos 4x100 libre, 4x100 estilos mixtos y 4x100 estilos. Aspira a seis oros, a las puertas de los siete de Mark Spitz y aún lejos de su referente Phelps. En Tokio buscará seguir esa saga de nadadores americanos y elegidos que han pasado a la historia.

El Big Three. Federer (39 años), Nadal (34) y Djokovic (33), trío de leyendas en activo del tenis mundial, no quieren perderse la cita olímpica. En el caso del suizo será la última.

El Big Three

Federer (39 años), Nadal (34) y Djokovic (33), trío de leyendas en activo del tenis mundial, no quieren perderse la cita olímpica. En el caso del suizo será la última.

Nacho Albarrán
Nacho Albarrán

No es muy habitual que a un deportista se le considere legendario mientras permanece en activo. Sólo ocurre con unos pocos elegidos y en el tenis es el caso de Roger Federer, Rafa Nadal y Novak Djokovic, los miembros de ese exclusivo club que internacionalmente recibe el nombre de Big Three (Gran Trío). Entre los tres suman 58 títulos de Grand Slam: el suizo y el español han ganado 20, y el serbio, 18. Pero sólo uno de ellos ha alcanzado la gloria del oro olímpico. Fue Nadal, que se proclamó campeón en Pekín 2008 al vencer en la final al chileno Fernando González. Por eso Federer y Djokovic no quieren perder la ocasión de intentar igualar lo que hizo el balear.

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Para el de Basilea, que tendrá casi 40 años cuando se dispute el torneo, será la última oportunidad y desea estar también para complacer a su patrocinador principal, la firma japonesa de ropa Uniqlo. En Pekín ganó la competición de dobles para Suiza con Stan Wawrinka y en Londres 2012 Andy Murray le venció en la final. Djokovic fue bronce también en Pekín. Cayó en semifinales ante Nadal, que irá a por su segunda medalla individual, después de ser campeón en dobles en Río 2016 junto a Marc López. La superficie dura en la que se disputarán los partidos no le beneficia tanto como, sobre todo, al balcánico. Los tres no pueden alcanzar la final y no les faltarán, probablemente, enemigos poderosos. En cualquier caso, si al final se dan las condiciones ideales, será un lujo verlos a los tres juntos en unos Juegos, algo que sólo ocurrió en China.

Team USA: El Team USA siempre se toma los Juegos en serios y tendrá además ganas de revancha tras la debacle del último Mundial. Huele a Dream Team para Tokio.

Team USA

El Team USA siempre se toma los Juegos en serios y tendrá además ganas de revancha tras la debacle del último Mundial. Huele a Dream Team para Tokio.

Juanma Rubio
Juanma Rubio

Los Juegos Olímpicos son otra cosa. Y más si vienes de estamparte como se estampó el Team USA, la orgullosa selección de baloncesto de Estados Unidos, en el Mundial de China que ganó España. A pesar de una catarata de bajas que dejó a Gregg Popovich (será un novato olímpico de 72 años en Tokio) sin plan A pero también sin planes B y C, el séptimo puesto final con dos derrotas (Francia en cuartos, Serbia después) en ocho partidos es inadmisible para un equipo con jugadores NBA. Mala cosa en un Mundial… intolerable en los Juegos, que sí son palabras mayores para el baloncesto estadounidense.

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Así que, entre la solemnidad del evento y las ganas de revancha, hay que contar con un Team USA tremendo para julio. Con, eso sí, las dudas a las que obliga el calendario: la final de la NBA puede alargarse hasta, literalmente, el día antes de la ceremonia de inauguración. Para corregir toda eventualidad, Estados Unidos trabaja con una bolsa de 57 jugadores en la que no faltan las grandes estrellas. Se cuenta con que, esta vez sí, el equipo sea temible, el mejor posible o una versión muy parecida a eso. Así que se puede soñar con un roster de 12 en el que podrían estar, por ejemplo, Stephen Curry, Damian Lillard, Kyrie Irving, James Harden, Jimmy Butler, Paul George, LeBron James, Kevin Durant, Kawhi Leonard, Anthony Davis y más juego interior con Draymond Green, Bam Adebayo o la nueva sensación, Zion Williamson. El regreso a una versión que es todo polvo de estrellas, filosofía Dream Team.

Tadej Pogacar. El esloveno de 22 años debutó en una grande en la Vuelta de 2019, en la que acabó tercero, y ganó el Tour de 2020. Cobrará unos cinco millones anuales hasta 2026.

Tadej Pogacar

El esloveno de 22 años debutó en una grande en la Vuelta de 2019, en la que acabó tercero, y ganó el Tour de 2020. Cobrará unos cinco millones anuales hasta 2026.

Jose Andrés Ezquerro
Jose Andrés Ezquerro

En apenas dos temporadas y media, Tadej Pogacar se ha convertido en uno de los corredores más temibles del pelotón internacional. El esloveno, de 22 años (nacido en Komenda, cumplirá 23 el 21 de septiembre), debutó como profesional en 2017 en las filas del ROG-Ljubljana de su país. En 2018 su nombre ya se subrayaba en las agendas de las mejores escuadras del World Tour después de conquistar el Tour del Porvenir. Y el UAE consiguió su contratación para 2019. Tras dos renovaciones con sus respectivas mejoras, su vínculo con el equipo de los Emiratos concluye ahora en 2026, lo que significa el mayor contrato del ciclismo en extensión y en ficha, ya que se barajan unas cifras que rondan los cinco millones de euros anuales.

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Pero Pogacar “merece cada euro” que cobra, en palabras del CEO del UAE, Mauro Gianetti. Su debut en una grande en 2019 se tradujo en tres triunfos parciales y el tercer escalón del podio de la Vuelta, únicamente batido por Primoz Roglic y Alejandro Valverde. Antes ganó el Algarve y California, su primera ronda de la máxima categoría. En 2020 se produjo su consagración con su título en los Campos Elíseos. ‘Pogi’ arrebató el maillot amarillo a su compatriota Roglic en la crono de La Planche des Belles Filles. Primer Tour en su primera participación, con tres etapas en el zurrón. En el inicio de este 2021 venció en el UAE Tour y en la Tirreno-Adriático, con sus correspondientes jornadas de montaña. Su capacidad como escalador y su rush final le convierten en uno de los hombres más determinantes… y en uno de los favoritos para la exigente prueba de fondo de los Juegos de Tokio, en el circuito alrededor del Monte Fuji.

Carolina Marín. Tras superar una grave lesión de rodilla, la española que se metió en el coto privado de las asiáticas aspira a revalidar el oro y convertirse en la mejor de la historia.

Carolina Marín

Tras superar una grave lesión de rodilla, la española que se metió en el coto privado de las asiáticas aspira a revalidar el oro y convertirse en la mejor de la historia.

Jesús Mínguez
Jesús Mínguez

El bádminton, en España, es Carolina Marín. El resto es prácticamente un desierto. Y desde ese desierto, la jugadora de Huelva, junto a su inseparable técnico Fernando Rivas, ha conseguido escalar a la cima de un deporte que era coto cerrado de asiáticas. Tan alto ha llegado que tiene tres títulos mundiales (2014, 2015 y 2018) y el oro olímpico en Río 2016. Revalidar el oro en Tokio la convertiría en la mejor de la historia. Eso es por lo que juega, y es la pregunta que le formuló Rivas cuando con todos los objetivos cumplidos los dos sintieron el vacío. "¿Quieres ser la mejor de la historia?", le planteó. “Pues sí”, dijo ella levantando los hombros. Y en ello están. Pero en el camino surgió un imprevisto. El 27 de enero del 2019, en Indonesia, se rompió el ligamento cruzado de su rodilla derecha. Una lesión gravísima. A los cinco días de ser operada ya estaba en la cancha iniciando su recuperación…

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‘Puedo porque pienso que puedo’. Es el lema que preside la vida de Carolina (27 años). Los Juegos se aplazaron por la pandemia y ganó tiempo. "Tienes que decidir qué tipo de ser humano quieres ser. El ordinario o el extraordinario. El primero hace cosas normales y el segundo, cosas como las que tú has hecho. ¡Y mola tanto ser extraordinario!”, le arengó su técnico después de un desencuentro. Es el precio de la élite. Siete meses después de la lesión retornó. Y sus resultados este año son excelentes. Es mejor jugadora. Entre medias, la muerte de su padre el verano pasado. “Fue el revés más duro de mi vida”, rememora. Ahora tiene otro acicate. Además de ser la mejor, dedicarle el segundo oro.

Jon Rahm: El gigante vasco del golf que ansía el orgullo, el respeto y el deseo de ser campeón olímpico con España en Tokio.

Jon Rahm

El gigante vasco del golf que ansía el orgullo, el respeto y el deseo de ser campeón olímpico con España en Tokio.

Rafa Payá
Rafa Payá

“Los Juegos de Tokio son un objetivo para mí. Fui campeón mundial y de Europa y me encantaría ser campeón olímpico con España. En el golf donde cuenta a veces más el dinero, una medalla olímpica es más el respeto y el orgullo de representar a tu país. Es más que un torneo”. Jon Rahm no fue a Río 2016, ya que el jugador de Barrika (Bilbao) acababa de hacerse profesional y no pudo sumar los puntos necesarios para acceder a la cita olímpica. Ahora, totalmente asentado en la élite de su deporte a los 26 años y consolidado entre los tres primeros del ranking mundial, mira a Tokio desde sus 188 centímetros y casi 100 kilos de peso con ganas de ser pionero para España en conseguir una medalla olímpica en golf.

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El segundo y último hijo del matrimonio de Edorta y Ángela, que tuvo su primer contacto con el mundo del golf a los diez años, practicó diversos deportes en su infancia: pala, fútbol (es acérrimo seguidor del Athletic de Bilbao), kung fu... y gracias al afán competitivo, trabajo y talento se ha convertido en una rutilante estrella mundial aunque aún se le resiste su primer 'major'. En 2012 recibió una beca completa en la Arizona State University donde conoció a Tim Mickelson (hermano de Phil), un pilar básico en su carrera deportiva. Su palmarés universitario es uno de los mejores de la historia y acabó su carrera amateur siendo el número 1 de mundo, posición que mantuvo durante más de 50 semanas. En 2021 uno de sus grandes objetivos es el oro olímpico.

Armand Duplantis: El niño volador que borró a Bubka y hacía pértiga con 4 años, quiere debutar en unos Juegos con el oro en Tokio.

Armand Duplantis

El niño volador que borró a Bubka y hacía pértiga con 4 años, quiere debutar en unos Juegos con el oro en Tokio.

Rafa Payá
Rafa Payá

Armand 'Mondo' Duplantis es el rey de la pértiga, actual e histórica en cuestión de marcas y resultados, y uno de los dioses del atletismo en el Siglo XXI. Recordman mundial absoluto, tanto al aire libre (6,15) como en pista cubierta (6,18), el sueco de 21 años debutará en unos Juegos Olímpicos en Tokio con la medalla de oro como único premio posible. El prodigioso saltador se inició en esta difícil especialidad con 4 años, usando una pértiga muy pequeña hecha a medida por su padre, Greg (ahora su entrenador), que también fue pertiguista y llegó a franquear el listón en 5,80. Su madre, de soltera Helena Hedlund, fue heptatleta y jugadora de voleibol.

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El niño volador, ese que ha borrado a Serguei Bubka de todos los libros de números (aunque los éxitos y lo conseguido por el ucraniano, en su momento atleta soviético, siempre perdurará), nació en Louisiana (EE UU) el 10 de noviembre de 1999 y tiene doble nacionalidad: sueca y estadounidense. Su historia en la pértiga es una sucesión de proezas que anunciaban en lo que se ha convertido. Con 9 años superó los 3 metros, con 13 los 4, con 15 los 5, con 18 los 6... y con esa misma edad saltó 6,05 mientras Bubka con esa edad hacía historia en 1983 al proclamarse campeón del mundo con su mejor marca, 5,70. En Roma, el pasado septiembre, Mondo franqueó el listón en 6,15 batiendo el récord del mundo al aire libre que aún conservaba Bubka dese 1994. Debe ser uno de los héroes de este verano en la capital japonesa.

Noah Lyles. El velocista 'pop' huye de la estela de Usain Bolt:

Noah Lyles

El velocista 'pop' huye de la estela de Usain Bolt: "No llenaré un vacío, crearé mi legado". Protagonizará el momento estelar de los Juegos, la final de los 100.

Juanma Bellón
Juanma Bellón

La final de 100 metros es uno de los momentos estelares en unos Juegos Olímpicos y el trono de esos nueve segundos para la historia está desierto tras la marcha de Bolt. El candidato más firme a ocuparlo es Noah Lyles, un superclase estadounidense con 9.86 en 100 y 19.50 en 200. "Está llamado a hacer grandes cosas, tiene la velocidad y la mente", asegura Bolt, sobre este talento de 23 años con una facilidad inaudita de desplazamiento y que quiere marcar distancias con El Relámpago: "Deseo hacer mi propia historia, nada de comparaciones, me molestan". El camino, aún de corto palmarés, está por recorrer para el campeón mundial de 200 y velocista de largo recorrido. Los 100 los tiene menos trabajados: " Son muy técnicos, hay poco margen de error".

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Lyles tiene todo para ser una superestrella. De infancia complicada, conecta con el público, compite con calcetines de colores sobre series, personajes de cómics e incluso para grandes citas se tiñe el pelo (en Doha lo hizo de gris como un personaje de Bola de Dragón). Cultura pop. Defensor a ultranza del Black Lives Matter, también hizo público que tomó antidepresivos en 2020 por los efectos del confinamiento. Ya ha vuelto con normalidad a sus entrenamientos en el grupo de Lance Brauman en Gainesville (Florida). Con la baja de Coleman (sancionado por faltar a controles antidopaje), el panorama en 100 se aclara para Noah, que es inalcanzable en 200, porque cuando activa su reactor es un cohete... que le puede llevar a las estrellas de Tokio. "No vine a llenar un vacío, sino a crear mi legado".

Van Der Poel: El neerlandés, nieto de Poulidor, aspira en Tokio al oro olímpico en mountain bike tras mandar en el ciclocross y empezar a dominar en la carretera. El ciclista total.

Van Der Poel

El neerlandés, nieto de Poulidor, aspira en Tokio al oro olímpico en mountain bike tras mandar en el ciclocross y empezar a dominar en la carretera. El ciclista total.

Jose Andrés Ezquerro
Jose Andrés Ezquerro

Mathieu van der Poel es el último de una saga que comienza con Raymond Poulidor, el abuelo. Pese a que nunca ganó el Tour ni vistió de amarillo, ‘Pou Pou’ subió ocho veces al podio de los Campos Elíseos, cinco como tercero y tres como segundo. La Vuelta sí la conquistó, en 1964. Su hija, Corinne, se casó con Adrie van der Poel, un clasicómano (venció en Flandes y Lieja) y especialista en ciclocross (le persiguió la fama de segundón del yerno, ya que atesoró cinco platas, dos bronces y sólo un título en la disciplina). Sus hijos, David, el mayor, y Mathieu, el pequeño, también se dedican al ciclismo. MVdP, a los 26 años, destaca en ciclocross (posee cuatro Mundiales y tres Europeos), mountain bike (oro continental y bronce mundialista) y carretera (plata europea en fondo y ya con un monumento, Flandes, al margen de citas del prestigio de la Amstel o Strade Bianche).

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Hasta 2018 no compaginó seriamente barro y ruta, aunque en 2013 dio muestra de su clase y potencial al conquistar el Mundial júnior de Florencia por delante de Mads Pedersen, arcoíris absoluto en 2019. En los Juegos de Tokio, sin embargo, aspirará al título en mountain bike. ¿Y por qué? “Creo que dispongo de una mejor oportunidad de proclamarme campeón olímpico en MTB que en carretera”. Van der Poel no duda de sus opciones, como tampoco de otro de los desafíos de su trayectoria deportiva: “Me gustaría convertirme en oro mundial y europeo en las tres distintas modalidades en las que me desempeño, y ojalá olímpico en dos de ellas”. En Japón puede dejar el Mundial de campo a través como único debe, mientras que en ruta le faltarán las tres medallas. Pero tiene tiempo y calidad.

Fraser-Pryce y Felix: La jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce y la estadounidense Allyson Felix son velocistas, madres, empoderadas... y tienen una cita con la historia.

Fraser-Pryce y Felix

La jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce y la estadounidense Allyson Felix son velocistas, madres, empoderadas... y tienen una cita con la historia.

Juanma Bellón
Juanma Bellón

Velocistas, multimedallistas, madres... Son algunas de las características en común que hay entre la jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce y la estadounidense Allyson Felix. Ambas tienen una cita con la historia en Tokio. Fraser-Pryce, de 34 años, protagonizó un regreso brutal tras la maternidad en los Mundiales de Doha 2019 con su oro en 100, con 10.71. Con su hijo Zion en brazos dio la vuelta de honor la apodada como ‘Pocket Rocket’ (Cohete de Bolsillo) por su tamaño menudo (1,60 y 52 kilos) y su velocidad descomunal. "Aquella fue mi gran victoria y en Tokio creo que puedo demostrar que seré una atleta dominante en mi época, poderosa y sin miedo. También quiero correr en 10.6 o 10.5", afirmó. Y es que una medalla le haría la única mujer en la historia con tres oros olímpicos en 100 (tiene el de Pekín 2008 y 2012). Suma hasta siete medallas olímpicas.

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Allyson Felix es igual de ambiciosa y ya este 2021 ha dado muestras de su fortaleza con un 200 indoor en 22.59. A sus 35 años, la estadounidense es la atleta (igualada con Ottey) con más medallas en atletismo en los Juegos. Nueve en total, si gana una o dos en Tokio podría superar el récord de Carl Lewis (10). Felix es versátil, capaz de brillar en 100 (10.89), 200 (21.68) y 400 (49.26), y eso también le abre las puertas de los relevos 4x100 y 4x400. Felix ganó su primera medalla en Atenas 2004 (plata en 200) y sigue al pie del cañón pese a los problemas físicos derivados de un complicado embarazo y aunque tuviera que buscar un nuevo patrocinador después de que Nike le revisara el contrato a la baja. "Me encuentro más veloz que nunca". Madres, rápidas y empoderadas.

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