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CIRCUITO MUNDIAL 52 SUPER SERIES

Tripulantes y profesionales de la vela mundial contra el COVID-19

Tripulantes, expertos en velería, diseño y construcción de los equipos del Circuito Mundial 52 Super Series se han volcado en una iniciativa impulsada por el español Pablo Torrado.

Actualizado a
La vela se une contra el coronavirus

 La cancelación de tres de la cuatro primeras pruebas del Circuito Mundial de monocascos 52 Super Series ha llevado a los regatistas e integrantes de los equipos de tierra a ponerse al servicio de la lucha contra el COVID-19 con iniciativas solidarias.

 Especialistas en velería, construcción y diseño de embarcaciones de monocascos están dedicando su experiencia y  todas sus herramientas profesionales para su aportación en la lucha contra la pandemia produciendo material de protección tanto en ropa, como en mascarillas y viseras protectoras.

En Palma de Mallorca, donde residen la mayoría de ellos, el campeón mundial y olímpico mallorquín Jordi Calafat, tripulante del TP52 alemán 'Platoon' y considerado como uno de los mejores expertos en veleria del mundo, junto al tripulante del 'Phoenix', el francés Matthieu Cassanas, el neozelandés Martin Winter del 'Quantum Racing' estadounidense o el francés Gwenael Le Guen del 'Provezza' turco, todos especialistas en velas, están ayudando a realizar trajes, batas,  mascarillas y pantallas de protección.

Esta iniciativa solidaria esta coordinada e impulsada por el vigués Pablo Torrado, experto en velería, residente en Palma e integrante del Maxi72  'Cannonball' italiano. Entre muchos otros está colaborando también el campeón mundial y olímpico Iker Martínez. También señalan que cuando los niños salgan a la calle intentarán repartir mascarillas pequeñas en los centros escolares.

Otros, como el técnico de construcción y diseño del 'Gladiator' británico, Feargal Finlay o del de 'Azzurra' ítalo-argentino, Ross Hunter, están haciendo un uso extensivo de sus impresoras de 3D para fabricar máscaras protectoras de plástico y viseras.

Esta iniciativa está suministrando material al sistema sanitario público de las Islas Baleares que recoge y distribuye el equipamiento que realizan los miembros de los equipo del Circuito 52 Super Series.

El irlandés Feargal Finlay detalla el trabajo que se está realizando de manera coordinada porque, "Hay un sistema de comunicación entre gente que trabaja con impresoras 3D que cubre toda España, del cual soy miembro. Hay archivos comunes con los que trabajamos para fabricar los diferentes artículos y juntarlos después".

Añade que, "en Mallorca nuestro trabajo está coordinado por una empresa de impresión 3D que mantiene un inventario de quién está haciendo qué y qué materiales se necesitan. Cuando se recogen las cosas, recibimos nuevos materiales para seguir produciendo".

Se estima que en las Baleares hay unas 200 personas que utilizan impresoras 3D. "Yo tengo una sola máquina que usualmente usamos para hacer piezas de las reparaciones para mi barco, el 'Gladiador', pero hay gente que tal vez tengan cuatro o cinco máquinas", indica.

Su máquina funciona las 24 horas del día, los siete días de la semana y puede hacer entre cuatro y ocho piezas al día, dependiendo de la complicación de cada pieza. Ya ha hecho unos 20 protectores faciales y que entre  los 200 de la isla ya han hecho algo así como 10.000 artículos en las semanas que ya se llevan de confinamiento.

Finlay ha querido remarcar que, "cuando esto sucedió, tuvimos la oportunidad de tomar el primer vuelo a casa, pero sentimos que debíamos quedarnos. La isla es nuestro hogar, un sitio que todos apreciamos y donde nos ganamos la vida. Queríamos quedarnos aquí y ahora sentimos que estamos contribuyendo de nuestra modesta manera".

No solo en Palma se está desarrollando la iniciativa. En Valencia, el italiano Alfredo Roberi, fabricante y diseñador de velas, miembro del TP52 'Bronenosec' ruso está dedicando toda su jornada laboral en la elaboración de mascarillas y protectores tras conseguir un permiso especial para ir a trabajar a la velería.

Ya ha hecho unas 600 máscaras y 300 protectores faciales poniendo no sólo su trabajo sino también su dinero para comprar el material. Su mujer, Ana, es la que se encarga de distribuir el material tanto a asociaciones o centros hospitalarios como a personas que lo necesitan.

"Las mascarillas que yo hago son reutilizables. Las puedes lavar o poner en el microondas y son reutilizables por lo que son muy útiles por la durabilidad que tienen. No son de usar y tirar. Han mucha gente que me está donando material y quiero agradecer a todos su ayuda", ha concluido.