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BALONMANO | CAMPEONATO DE EUROPA

España entra en la historia con la tercera final consecutiva

Los Hispanos ganaron a Eslovenia con susto en los últimos momentos que solucionó Álex Dujsebaev tras un partido inmenso de Entrerríos

EstocolmoActualizado a
España entra en la historia con
la tercera final consecutiva
Bongarts/Getty Images

Los Hispanos jugarán el domingo su tercera final consecutiva, lo que sólo ha conseguido en tres décadas la gran Suecia, la que ganó tres torneos en una racha inigualable, la única que hasta ahora que ha logrado repetir y defender. Ahora España tiene la posibilidad de acabar con esa norma escrita en una barra de hielo que evita que un equipo defienda con éxito su título. Ganó a Eslovenia 34-32 (25-20), en un final que sin saber cómo se le complicó a la Selección, que llegó a tener seis goles de renta, pero que se fue diluyendo hasta meter en apuros a los españoles, que tuvieron en Alex Dujsebaev, con dos goles seguidos en los momentos culminantes, el artífice de la victoria para medirse a Croacia; antes de la eclosión del lateral zurdo, Raúl Entrerríos fue el motor del juego español.

España no cambia de guion, y fue fiel a su estilo, a sus rotaciones, a una circulación constante, a mantener la posesión, a cerrar espacios, a evitar las líneas de pases de sus rival en ataque, aunque fuese complicado que no le llegasen a su pivote Blagotinsek, una montaña hábil, que salía a ocho metros para recibir en seis, y era la vía de agua del 6-0 español. Es que cuando hay un semifinalista delante es porque tiene calidad y todo es imposible evitarlo. Cuando Ribera ordenó el 5-1, el hombre que complicaba a la defensa española era el extremo Janc subiendo a la primera línea, que por eso le ha fichado el Barça del Kiel, por la polivalencia que tiene.

Daba la impresión de que España sumaba con más facilidad que Eslovenia, que tenía una mejor cadencia, que se sabía todas las posibilidades de Bombac en algunos puntos de la pista, por eso Vranjes tuvo que cambiarle, y por eso al descanso España había perdido dos balones, y Eslovenia nueve. Cuando Entrerríos robó en defensa y marcó su propio contraataque (11-8) se vio que estaban frente a frente dos equipos con estilos de juego parecidos, pero mientras en uno señalar a su estrella no es tan sencillo, en otro hay más dependencia y si los marcados en rojo no funcionan, el tinglado se va cayendo.

Al descanso España ya había dado su primer hachazo, un 20-15 más que esperanzador con un Ángel Fernández espectacular y descarado en su aportación. De 20 partidos entre ambas escuadras España llevaba 15 triunfos y Eslovenia tres; es cierto que ganaron los balcánicos en el Europeo de Croacia hace dos años, pero la impresión era tan positiva que sólo el recuerdo del miércoles, el choque ante los croatas, que con cinco tantos España se dejó un empate.

Pues no paso, pero casi. España contemporizo, o por lo menos dio la sensación de que levantaba el pie de la concentración, hasta el punto de perder en este tiempo más balones que el rival (cinco contra cuatro), y la distancia empezó a menguar casi de manera invisible en el juego, sólo en el marcador. Donelec, Janc y ahora también Cingesar se unieron a la fiesta goleadora que hacía daño sin llamar la atención, porque además España sumaba goles fáciles sin portero. Eso pasaba en la pista hasta que en el minuto 27 (32-30) hubo que tomar medidas. Tiempo muerto y responsabilidad para Álex Dujsebaev, llamado a ser el líder y heredero de esta generación española que cuando se vaya dejará escrita una tercera final consecutiva, y con España siendo el equipo nacional que más medallas se ha colgado en un europeo.