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PREMIOS AS 2019

Superjavi nunca pierde la sonrisa

Acompañó su hermana a la pista de Leganés con seis años y se enganchó al patinaje. Ahora, con 28, suma siete oros en Europeos.

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Superjavi nunca pierde la sonrisa

A Javier Fernández (Madrid, 1991) a veces se le olvidan los patines, las fechas... pero lo que tiene siempre en el recuerdo es el día en el que acompañó a su hermana Laura a la pista de Leganés con seis años. Tenía facilidad para deslizarse y dar piruetas. Así se enganchó al deporte. Luego fue intrépido y decidió marcharse fuera (a Estados Unidos, Rusia y Canadá) para aprender, con el apoyo total de Enriqueta, una cartera de correos, y de Antonio, un militar que afilaba las cuchillas de los patines de su hijo. "Nunca me presionaron, sólo querían que me esforzara", explica Javi.

Por su talento, lo exótico (no era normal ver un patinador español) y su carisma en el hielo se convirtió en un fenómeno de fans internacional. Ganó siete Europeos seguidos (2013 a 2019), dos oros Mundiales (2015 y 2016) y dos bronces (2013 y 2014), y el bronce olímpico (2018), pero Superjavi dejó el legado de haber sido un patinador diferente en un mundo de fríos rusos, autómatas asiáticos y técnicos americanos.

Fue pionero en introducir saltos cuádruples (llegaba a hacer tres en su programa), que ahora son la tónica general del patinaje moderno. Javi se transformó en Sinatra, Fígaro, Chaplin, Quijote... Siempre deslizándose con una sonrisa, con sus despistes... Con el séptimo oro europeo en Minsk puso punto y seguido. Sigue en el hielo, con sus shows de luces y sonido. Superjavi es único.