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HALTEROFILIA

Maestra Lydia

España disputará con siete halterófilos el Mundial de Tailandia. Una cita muy importante para la clasificación olímpica. Lydia y Brachi, opciones de medalla.

Actualizado a
Josué Brachi, David Sánchez, Marcos Ruiz, Lydia Valentín, Acorán Hernández, Andrés Mata y Atenery Hernández.
PEPE ANDRESDIARIO AS

La halterofilia ha vivido con mucho miedo tras los Juegos de Río de Janeiro 2016. Los múltiples casos de dopaje en los Pekín 2008 y Londres 2012, los cuales se descubrieron antes de la cita brasileña, dejaron al deporte herido de muerte. Cerca estuvieron de perder la condición de olímpicos, por lo que la Federación Internacional (IWF) se tuvo que aplicar he imponer medidas para prevenir a los tramposos. La primera acción fue castigar a los nueve países con más positivos (Rusia, Kazajistán, Armenia, Bielorrusia, Azerbayán, Ucrania, Moldavia, Turquía y China). Fueron inhabilitados por un tiempo (entre nueve y doce meses) y solo podrán llevar dos halterófilos masculinos y dos femeninos a Tokio 2020. Además, la clasificación para los Juegos cambió drásticamente. Las plazas son nominales, asegurando así un control más exhaustivo a cada deportista durante el ciclo olímpico.

El Mundial de 2018 se estrenó y ahora, a punto de comenzar el Campeonato del Mundo de 2019 (del 18 hasta el 27 de septiembre) en Pattaya (Tailandia) los deportistas ya conocen bien lo positivo y lo negativo del nuevo sistema. "Ahora la presión es mayor, no puedes permitirte fallos", asegura Andrés Mata, uno de los siete representantes que España lleva a la competición. "Nunca fue sencillo, pero en este momento hasta que se cierre el plazo no tendremos nada seguro", añade Mata, que intentará estar el próximo año en Japón para vivir sus terceros Juegos. Él es uno de los más veteranos, pero sin duda la experiencia de este equipo tiene un nombre Lydia Valentín.

La berciana, de 34 años, es triple medallista olímpica y pretende acudir a sus últimos Juegos. Vive el mejor momento de su carrera tras ser campeona continental y mundial, además de la mejor halterófila del mundo, en 2017 y 2018. Este año, en el Europeo, se tuvo que conformar con la plata tras llegar tocada físicamente. El nuevo formato de clasificación es más duro, por lo que la española ha introducido variaciones antes del torneo. "Este Mundial (defiende título en 81 kilos), me lo tomo diferente. He introducido cambios en mi equipo, entre ellos he añadido un psicólogo, para llegar al 100% a Tokio", reconoce. Sus vivencias, ayudan a sus compañeros, que se deshacen en elogios hacia ella. "Dejé Barcelona para entrenar en Madrid por hacerlo junto a Lydia", apunta Marcos Ruiz.

Y es que Lydia ejerce de capitana. Aconseja y ayuda siempre a sus compañeros. "Ella te habla desde la experiencia y eso es algo importantísimo", admite Josué Brachi, la otra gran baza de medalla española. "Es una atleta de admirar. Nosotros intentamos aprender lo máximo de sus métodos. Es la más grande, un referente. Ver su esfuerzo y su lucha diaria es una motivación para el resto", asegura Atenery Hernández. Todos miran a Lydia y ella, les corresponden. "Su preparación ha sido buena, estoy segura que habrá grandes resultados y les dejarán cerca de Tokio", vaticina la campeona olímpica en Londres 2012.