Cerrone barrió a Al Iaquinta en Ottawa y retó a McGregor
Donald Cerrone derrotó a Al Iaquinta por decisión unánime en el estelar del UFC Ottawa. Amplió su racha de triunfos y retó publicamente a McGregor para julio.
Donald Cerrone ampió su legado en el UFC Ottawa. El estadounidense, de 36 años, es el peleador con más victorias en la historia de la UFC (23). La última la logró ante Al Iaquinta, a quien barrió del octágono en cinco rounds para apuntarse el triunfo por decisión unánime (49-45, 49-45 y 49-46), aunque en los dos asaltos finales rozó la finalización. Este duelo fue el número 31 en la UFC, se queda a uno de Jim Miller (32), que es el luchador que más ha competido en la compañía. Su siguiente pelea, por tanto, será especial y él no dudó en apuntar muy alto tras exhibirse. "Quiero el título, salvo que McGregor quieras pelear conmigo. Estoy listo para el 4 de julio (UFC 239). Vamos a hacerlo", espetó. Su duelo ya se había rumoreado y él echó leña al fuego. El guante ahora tiene que recogerlo el irlandés.
Antes de encender a toda la afición con esa posibilidad, Cerrone dio una clase de veteranía e inteligencia. Tenía más envergadura que Iaquinta y le sacó la máxima rentabilidad posible. Iaquinta se movía e intentaba entrar desde lejos, el Cowboy le esquivaba y percutía... aunque el golpe que más rédito le dio fue el jab, ya que lo lanzaba con mucha frecuencia y siempre llevaba desde lejos. Iaquinta se quedaba a medio camino y encajaba, no podía hacer otra cosa. Sólo el primer asalto se le escapó al veterano, fue de estudio. Después fue un monólogo.
En el cuarto asalto Cerrone tuvo la victoria antes del límite en su mano tras un cruce. Iaquinta se fue al suelo, el Cowboy detrás, pero la campana sonó y lo evitó. En el quinto round Iaquinta demostró una vez su capacidad de encajar, pues estaba muy tocado, con la cara hinchada y morada, pero decidió concurrir. Buscó una mano que no llegó, también los agarres... pero nada fructificó. De nuevo acabó el round sufriendo y la campana se alió con él. Cerrone mereció acabar antes del límite, pero no le importó al estadounidense. Era feliz, y quiere serlo más contra McGregor. El irlandés, que le había felicitado en Twitter tras su victoria anterior, de momento no ha hablado. La última palabra es suya.