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RUGBY | SEIS NACIONES B

El León volvió a rugir ante Rumanía

Sacó adelante un partido gris con una segunda parte de puro coraje y este lunes superará a los Robles en el ránking mundial.

Actualizado a
El León volvió a rugir ante Rumanía
JAVIER GANDULDIARIO AS

El 7-13 que campeaba en el marcador del España-Rumanía al descanso este domingo en el Central de Madrid era como la Teoría de Cuerdas: difícil de explicar. España salió al verde del Central apollardada. Con cinco minutos de retraso respecto a los rumanos. Nada que ver con lo del año pasado.

Pero el partido estaba abierto gracias a un acto de fe de Fernando López, el más avispado entre los Leones en los primeros 40 minutos. Él fue el que presionó con más hambre a Vlaicu en una patada en su campo, el que taponó, el que persiguió la almendra como quien persigue al amor de su vida tras una discusión y, tras tumbar al apertura rumano cuando osó interponerse en su camino (en una acción ilegal), el que posó el primer ensayo de la mañana para España.

Antes Dumitru había adelantado a los Robles culminando una magnífica jugada de su línea, creando superioridad en el costado izquierdo, y una patada a seguir rasa de Surugiu, aquel intrépido que decidió pedirle matrimonio a su novia tras un partido del pasado Mundial. Fueron los dos destellos de una primera parte oscura, claustrofóbica, en la que no cuajó el experimento de Santos de poner una bisagra pequeña con Munilla y Rubio porque España casi no tuvo balón. Una primera parte en la que España estuvo fuera de la ley y pudo perder a más de un jugador por reiterados golpes de castigo. Los castigados, en cambio, fueron los rumanos, que perdían a Surugiu en el 38' diez minutos por antijuego.

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JAVIER GANDULDIARIO AS

Esa recta final de la primera parte fue un elixir para España. Su partido no empezó a las 12:45, sino una hora más tarde. A partir de ahí el León amasó el oval y se hizo dueño del campo. En el 45', un contrapie perfecto de Gimeno fue la guinda a una gran jugada por el costado derecho de Mora y Jorba y supuso el segundo de España, que abrió el melón. Delantera y bisagra se coordinaron al fin y Rumanía prácticamente desapareció.

Guillaume posaba el tercero en el 65, en una jugada de acoso y derribo sobre la línea de ensayo rumano, y la dinámica se mantenía hasta que Zaharia, en el 69', metió a los Robles de nuevo en el partido. Pero Plai fallaba la conversión y dejaba un 21-18 para los diez minutos finales que sólo podía conducir a la agonía. En eso España tiene un doctorado.

Lo demostró con su última defensa, a ras de la línea de 22, talando robles hasta forzar el adelantado rumano. Y aguantando luego con fases de delantera hasta que Munilla dijo que ya era suficiente. Su patada a la tribuna del Central selló un hecho histórico: es la primera vez que España gana dos veces seguidas a Rumanía y, cuando se actualice este lunes el ranquin mundial de World Rugby, por primera vez también en la historia España estará por encima de Rumanía. El León sigue rugiendo.

Rouet y Petrache

En las gradas del Central, más concretamente en el palco, hubo dos personajes dispares que captaron la atención de los fotógrafos. Uno de ellos fue Guillaume Rouet, medio melé del Bayona y la Selección que tras cumplir la sanción recibida por su persecución al árbitro en el escándalo de Bruselas y una vez recuperado de la rotura de peroné que le ha tenido meses en el dique seco, volverá a la disciplina de los Leones esta semana con vistas al partido ante Bélgica del domingo. El otro, el presidente de la Federación Rumana, Alin Petrache. El mismo que tras el partido de Bruselas dijo que España no está preparada "para la élite del rugby mundial" y pidió "medidas drásticas" en su contra. Petrache, que entonces se erigió en adalid de los valores del rugby, no compareció ayer en la cena de directivas previa al encuentro.