NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ZONA ROJA NFL

Así los veo: Atlanta ya es mucho más que un ataque explosivo

Dan Quinn formado un bloque defensivo muy joven, con un talento brutal, que puede convertirse en el factor diferenciador de uno de los equipos más redondos de la NFL.

MadridActualizado a
ATLANTA, GA - NOVEMBER 26: Head coach Dan Quinn of the Atlanta Falcons celebrates with Ricardo Allen #37 after a fourth down stop during the second half against the Tampa Bay Buccaneers at Mercedes-Benz Stadium on November 26, 2017 in Atlanta, Georgia.   Scott Cunningham/Getty Images/AFP
 == FOR NEWSPAPERS, INTERNET, TELCOS & TELEVISION USE ONLY ==
Scott CunninghamAFP

Lo divertido del deporte (y más la NFL) es que es completamente imprevisible. Y si no a ver quién es el guapo que pronosticó que los Eagles iban a ganar la Super Bowl. Y más después de que su quarterback titular se rompiera en diciembre. Y más todavía después de ver lo que le había pasado el año anterior a los Raiders (aunque también es verdad que los Eagles tenían entrenador y los Raiders no). Pero de vez en cuando nos encontramos con un equipo en el que pasa lo que tiene que pasar, juega como todos esperan que juegue, llega a donde tenía que llegar, y pierde en la ronda divisional solo porque a falta de un minuto se atasca a dos yardas de la end zone del equipo que terminó ganando el anillo.

Ese es Atlanta, un equipazo que, por alguna razón inexplicable, tiene muy poco tirón para muchos aficionados. Un bloque que quizá dé a muchos pereza ver, pero que ofrece espectáculo siempre y juega un football de 24 quilates. Una franquicia que hace dos años perdió en la prórroga una Super Bowl que tenía en el bolsillo y que el año pasado sobrevivió a la debacle que algunos pronosticaban tras la marcha de Kyle Shanahan, su coordinador ofensivo, para que Dan Quinn confirmara que es un entrenador con mayúsculas y un creador de defensas con más mayúsculas todavía.

Porque como se esperaba, el ataque del equipo perdió pegada con el cambio de coordinador, pero al mismo tiempo, y también como se esperaba, una defensa que durante muchos años había sido poco más que un acompañamiento legítimo, cumplió las expectativas creadas en los últimos partidos del año anterior y entró en la élite de la NFL. Y con eso, también como se esperaba, los Falcons se convirtieron en un equipo mucho más equilibrado, y también mejor globalmente, que quizá solo estuvo a un Kyle Shanahan de repetir final, y a una recepción de Julio Jones de estar en la final de conferencia.

Como era previsible, los Falcons en esta offseason no se han salido del camino marcado, no han hecho grandes revoluciones, han dejado marchar a los jugadores que no necesitaban y han buscado reforzar sin estridencias lo peor que tenían. Y ahora, si no ocurre nada que les obligue a salirse del guion, volverán a aspirar a todo con una defensa que debería mejorar aún más, porque sus estrellas jóvenes empezarán a sumar el valor de la experiencia, y un ataque que debería recuperar la frescura después de que Steve Sarkisian, su coordinador ofensivo, pagara la novatada y el peaje de sustituir a un monstruo como Shanahan.

Todo sin olvidar a Matt Ryan. Pasó de jugar como MVP incuestionable doce meses antes a perder muchísima efectividad en la zona roja. Muchos han aprovechado para criticarlo con fiereza. Yo creo que ‘Matty Ice’ volvió a ser, pese a las críticas, uno de los mejores quarterbacks de la NFL, que es un escándalo ver el empaque y la presencia que tiene en el campo, que lleva años asentado en la élite más exclusiva, y que en condiciones normales sus números deberían volver a crecer para que el ataque de Atlanta recupere parte de la explosividad perdida, y todo eso sin depender de Julio Jones. Todo lo anterior sin olvidar que el ataque aéreo de Atlanta fue en 2017 el octavo mejor en yardas por partido de la liga.

Como veis, se me derrite la boca hablando de ellos, pero es que, sinceramente, me parecen un lujo en esta NFL.

ATAQUE: el reto de Steve Sarkisian

Perdonad que vuelva sobre el asunto, pero me parece clave en el futuro de Atlanta. Sarkisian, el coordinador ofensivo, no logró tapar el agujerazo creado tras la marcha de Shanahan. Algunos han pedido su despido fulminante y se sorprenden de que Quinn no lo haya hecho. Yo pienso que Sarkisian está marcado por sus problemas de alcoholismo, y eso hace que se magnifique todo lo que le rodea. 2018 será el año en que, de verdad, se verá el auténtico valor de Sarkisian como coordinador. Otro año como 2017 posiblemente le cueste el puesto, pero creo que un año de experiencia en la NFL después de una trayectoria casi exclusiva en la NCAA le habrán servido para encontrar soluciones y actualizarse.

Para empezar, Atlanta ha buscado dejar de ser ‘juliodependiente’ con la elección de Calvin Ridley en primera ronda. Jones posiblemente siga estando en el top 3 del ranking de receptores de la NFL, pero a sus 29 años comienza a perder velocidad y necesitaba urgentemente un complemento fiable. Según muchos analistas, el de Alabama era el mejor receptor de este draft, un tipo que dibuja las rutas, con unos pies fantásticos, mucha velocidad y muy buenas manos. Ya os aviso de que yo voy a intentar conseguirlo como sea en mi Dinasty. Sin duda, mejorará a Taylor Gabriel, que se ha marchado a Chicago. Además puede jugar tanto abierto como en el slot. Si Sanu repite el sorprendente buen rendimiento de 2017, el tridente de receptores de Atlanta parece espectacular aunque le falte algo de profundidad de banquillo. En el tight end volverán a contar con Austin Hooper, que a mí me gusta bastante, y me parece que tiene talento de futuro Pro Bowl si no se estanca, pero cuyo rendimiento en su segunda temporada como profesional ha sido criticado en Atlanta.

Otro detalle clave es que el dúo de corredores, Devonta Freeman y Tevin Coleman, no solo son capaces de rondar las 1.500 yardas de carrera entre los dos, también tienen unas manos estupendas como receptores desde el backfield. Sarkisian no supo sacar de ellos el mismo partido que Shanahan, pero aun así siguen abriendo un universo de posibilidades a Ryan. Ahora mismo en la liga muy pocos disponen de un backfield tan potente, aunque Sarkisian debería plantearse recuperar el juego con fullback que se echó algo de menos en 2017 y que se complica tras la marcha de Derrick Coleman.

La línea ofensiva dio un tremendo salto de calidad en 2017. El año anterior había sido uno de los grandes problemas del equipo, aunque se había maquillado con la llegada de Alex Mack y la disputa de la Super Bowl. Sin embargo, el año pasado fue infranqueable y este año repetirá el quinteto, lo que es una garantía de éxito. Jake Matthews (LT), Andy Levitre (LG), Alex Mack (C), Wes Schweitzer (RG) y Ryan Schraeder (RT) se conocen, están muy compenetrados y ya juegan de memoria liderados por un Alex Mack que a los 32 años sigue siendo un portento. En la agencia libre ficharon a Brandon Frusco para dar profundidad interior y competir con Schweitzer, quizá el eslabón más débil del grupo.

DEFENSA: la ‘Legion of Boom’ se reencarna en Atlanta.

La prueba del algodón de la mejor de esta defensa está en que Vic Bealey, su mejor ‘man-eater’ pasó de 15,5 sacks a 5 y aun así todo el bloque mejoró. La secundaria fue un seguro de vida pese a un calendario cargado de rivales muy explosivos por aire. No son la ‘Legion of Boom’, pero se nota la mano de un Dan Quinn que fue el coordinador defensivo de Seattle en el momento en que la defensa de los Seahawks dominaba la NFL. Quinn ha creado en Atlanta un clon de lo que tuvo en Seattle, con Keanu Neal y Ricardo Allen formando una pareja de safeties que están en todas partes, Desmond Trufant cerrando a cal y canto su lado del campo como cornerback 1, Robert Alford como 2 y Brian Poole como nickel. Además, Quinn ha elegido en segunda ronda del draft a Isaiah Oliver, que puede ser su nuevo Richard Sherman para que toda la secundaria tenga talento para aspirar a ser la mejor de la NFL.

Otro tanto se puede decir de su trio de linebackers. Deion Jones y De’Vondre Campbell confirmaron el año pasado las expectativas creadas en los últimos partidos de su temporada rookie. Jones es un middle linebacker de los de antes, que ronda los 100 placajes en una temporada, está en todas partes y, si continúa su progresión, puede convertirse en una leyenda de esta franquicia. El ‘sam’ volverá a ser Duke Riley, que en su año de novato tuvo que ser cubierto en muchas ocasiones por Beasley por culpa de las lesiones. Este año debe demostrar que se merece el puesto después de ser elegido en tercera ronda.

La línea se reforzó en 2017 con la llegada de Donati Poe, que se ha marchado en esta agencia libre por la puerta de atrás después de no cumplir las expectativas. Para cubrir su marcha han elegido en tercera ronda a Deadrin Senat que podrá aprende codo con codo con Grady Jarrett, una bestia de 25 años en el que debéis fijaros con atención si es que aún no lo habéis hecho. En su tercer año estalló para convertirse en puro espectáculo. En los ends también han perdido un jugador clave, Adrian Clayborn, que fue el líder de sacks en 2017 con 9,5. Sin embargo, es una baja esperada porque Takkarist McKinley, su elección de primera ronda de 2017, será titular indiscutible tras una buena temporada de rookie. Vic Beasley completa la defensa con el objetivo de recuperar los 15,5 sack que le convirtieron en una de las armas de destrucción masiva de la NFL en 2016 una vez recuperado de las lesiones que le persiguieron el año pasado.

Otro detalle importante es la juventud de todo el bloque con muchísimos titulares buenísimos que llevan solo dos o tres años en la NFL.

CONCLUSIÓN:

Lo sabéis, no engaño a nadie, los Falcons me entusiasmaban cuando Kyle Shanahan era su coordinador ofensivo y me siguen entusiasmando ahora. Su calendario es muy duro porque su división también lo es, pero creo que les ayudará jugar en casa contra Carolina y New Orleans en las semanas 2 y 3 y tener tantos partidos como locales antes del bye en la 8. Después solo tendrán tres partidos en casa y todo será más complicado, pero si llegan a ese punto con un buen récord y juegan al nivel que espero, deberían mejorar las 10 victorias del año pasado, son mis favoritos para llevarse la división y otra vez serios aspirantes a ganar la Super Bowl. Los Falcons no darán muchas sorpresas y dejan fríos a muchos, pero seguirán siendo un equipazo… y su receptor número 1 seguirá siendo Julio Jones. ¡Qué miedooooooo!