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New York Jets

Se acaba la triste historia de Hackenberg en los Jets

El quarterback, que valió una segunda ronda y no ha jugado ni un sólo snap con el equipo de Nueva York, ha sido traspasado a los Oakland Raiders.
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Se acaba la triste historia de Hackenberg en los Jets

Christian Hackenberg ya es historia en los New York Jets. Y, para desgracia de todos los implicados, de la mala.

Ayer los Jets mandaban al quarterback a los Oakland Raiders a cambio de una séptima ronda condicional a cobrar en el draft de la temporada que viene. Un valor paupérrimo, pero ajustado a lo que es hoy en día Hackenberg que aún no ha lanzado un sólo pase en un partido de temporada regular en la NFL.

El caso de este quarterback es fascinante. En el año 2013, en la universidad de Penn State, cogió por sorpresa a la NCAA cuando le nombraron inesperado titular y tuvo algunos partidos magníficos. Eso y el hecho de tener un brazo imponente, además de un físico prototípico para poder dar el salto a la NFL, le convirtieron en una gran promesa a estudiar y seguir de cara al draft.

Ese aura se vino abajo en sus siguientes dos temporada en el nivel universitario y cuando llegó su hora de saltar al profesionalismo, en el año 2016, el consenso entre los expertos es que no merecía la pena gastar una ronda alta en él. Famosa, por ejemplo, es la declaración de ProFootballFocus en la que decían que no debería ni siquiera ser drafteado.

Algunos profesionales opinaban diferente. Entre ellos, mira tú, Jon Gruden. El hoy entrenador de los Oakland Raiders entonces era alguien pagado por la ESPN para dar su opinión y, en el caso de Hackenberg llegó a decir que tendría que ser primera ronda sólo con lo mostrado en su primer año en la NCAA. Que se le cayó el equipo, los receptores, la línea, los entrenadores... pero que lo que había mostrado debería servir para que alguien quisiese trabajar con él.

Fue elegido por los Jets en segunda ronda, nada menos, y la mayoría consideró que no tenía sentido haberlo elegido tan arriba, que era un riesgo y una mala jugada.

Acertaron. En los dos años que ha estado en la disciplina de los de Nueva York, Todd Bowles no le ha dado ni una sola oportunidad. Y mira que han estado necesitados en el puesto de quarterback, sobre todo en 2016. En modo alguno pudo batir a los titulares, Ryan Fitzpatrick y luego Geno Smith, ni a Josh McCown en 2017. Es más, debido a los malos resultados y las lesiones, Bowles tuvo que tirar del fondo de armario en el puesto y hasta Bryce Petty le ganó la partida. Christian Hackenberg no fue capaz de convencerle ni para estar en una jugada de pase en el campo.

Este año Hackenberg se presentó a los entrenamientos diciendo que estaba cambiando su mecánica de lanzamiento y que pelearía por tener una oportunidad. Lo cierto es que nadie contaba con que pudiera estar en el equipo en septiembre. Los Jets han encontrado a su quarterback franquicia de futuro en Sam Darnold, al menos a priori, tienen al veterano titular que hará de puente un tiempo más, Josh McCown, y la carta de nulo riesgo y alto beneficio potencial de Teddy Bridgewater, así que Hackenberg no tenía sitio.

Por eso le viene tan bien poder salir hacia Oakland. Allí le espera el mismo Gruden que hablaba maravillas de él antes de su draft, y que sólo ha tenido que pagar una séptima condicional para darle una oportunidad.

Veremos si la aprovecha porque, desde luego, ahora mismo no es que esté como para pelear con Derek Carr por la titularidad, pues les separan años-luz de nivel, sino que resulta hasta complicado imaginar que puede poner en apuros a Connor Cook y E.J. Manuel como tercer quarterback de la plantilla de 53 que disputará la temporada regular.

Lo que es seguro es que tanto los New York Jets como el propio Christian Hackenberg tenían que pasar página de un error evidente, que ya se vio claro en la noche del draft de 2016 y que no ha hecho sino confirmarse con el paso de los meses, y empezar de cero.