NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Finales de conferencia

Todo lo que nunca quisiste leer sobre los New England Patriots

Estas son las razones por las que los New England Patriots vuelven a estar en la final de conferencia por séptimo año consecutivo y como máximos favoritos.
¿Cuándo juega México sus partidos de la Serie del Caribe 2019?

Actualizado a
FOXBOROUGH, MA - JANUARY 13: Tom Brady #12 of the New England Patriots reacts in the huddle with Brandin Cooks #14 and Rob Gronkowski #87 during the fourth quarter in the AFC Divisional Playoff game against the Tennessee Titans at Gillette Stadium on January 13, 2018 in Foxborough, Massachusetts.   Elsa/Getty Images/AFP
 == FOR NEWSPAPERS, INTERNET, TELCOS & TELEVISION USE ONLY ==
ELSAAFP

“¡Jooo! ¿Otra vez los Patriots? ¡¡¡Nooooo, por favooooor!!! ¡Estamos hartos de que escribáis sobre los Patriots!” Sí. Os entiendo, pero hay que rendirse a la evidencia. Si Steelers hubieran llegado a la final de conferencia, si Wentz estuviera sano, o incluso con los Saints en litigio, seguro que la casa de los horrores tendría más protagonistas a estas alturas. Pero nada de eso ha pasado. E independientemente de quienes sean nuestros equipos favoritos, nuestros gustos y fobias, hay que asumir que a día de hoy, y para la inmensa mayoría de la humanidad, que los Patriots no jugaran la Super Bowl y ganaran su sexto anillo sería una grandísima sorpresa.

“Ya, vale, pero alguna posibilidad habrá de evitarlo, ¿no?”

Si nos remontamos a 2007, y la famosa temporada casi perfecta, los Patriots llegaron a la final de conferencia contra los Chargers como favoritísimos y ganaron como más les gusta a ellos, torturando a sus rivales y haciéndoles creer que la puerta estaba abierta hasta el final cuando en realidad llevaba atrancada a cal y canto. Pero mira tú por dónde, luego llegó la Super Bowl con más diferencia en los pronósticos de la historia y los Giants de Coughlin dieron el sorpresón de todos los tiempos. Así que, por poder, se puede.

“¿Pero son de verdad tan buenos los Patriots?”

Yo no lo creo. De hecho, pienso que son peor equipo que en 2016. Sin embargo, tanto el año pasado como éste han tenido calendarios relativamente sencillos que les han permitido primero crecer como bloque e ir resolviendo problemas y carencias con tranquilidad y sin sobresaltos, y esconder su auténtico potencial hasta ahora, que seguimos sin saber muy bien cómo son realmente. Este año los Patriots han jugado algunos partidos horribles, como el segundo ante los Dolphins en el que tocaron fondo, pero también otros estupendos, como la semana pasada ante los Titans, un golpe en la mesa que ha servido para sembrar el pánico. Lo único que no cambia con los años es su capacidad para competir en cualquier circunstancia y su experiencia en playoff. Parecen jugar en enero con la misma tranquilidad que en agosto en pretemporada.

“¿En qué ha cambiado el equipo de un año a otro en ataque?”

A estas alturas, la mayor diferencia en el ataque está en el grupo de receptores. En 2016 no estaban ni Brandin Cooks ni Gronkowski (lesionado) y en 2017 han sido Edelman y Mitchel (este último a punto de regresar) los que han acabado en el hospital. Aparentemente el cambio es para mejor. En los partidos más importantes Brady podrá contar esta vez con su mejor arma de siempre: Gronko. En el backfield el cambio ha sido entre Blount en 2016 y Burkhead y Gillislee en 2017. Y aunque en un principio parecía que el juego de carrera no terminaba de chuflar, ha ido de menos a más hasta el punto que la capacidad de ganar yardas desde el backfield, tanto en pase como en carrera, posiblemente esté siendo el termómetro que marca la diferencia entre sus mejores y sus peores partidos. En la línea ofensiva también ha habido un cambio a peor. Falta Marcus Cannon en el tackle derecho y ante los Jaguars jugará Cameron Fleming si LaAdrian Waddle no se recupera a tiempo. Además, en los últimos partidos Nate Solder parece estar con la lengua fuera. La OL de los Pats no ha sido horrible, pero Brady ha terminado con 35 sacks la temporada regular, la cuarta peor cifra de su carrera.

“¿Y Tom Brady?”

Brady empezó la temporada jugando a un nivel extraordinario. A finales de noviembre parecía inevitable que fuera elegido MVP. Sin embargo, en diciembre bajó muchísimo su rendimiento. Una lesión de talón de Aquiles, y quizá la resaca del ‘affaire Alex Guerrero’, han parecido afectar a su estado físico y a su concentración. La realidad es que en la caja se ha movido con menos soltura de lo habitual ante la presión rival (la culpa de algunos sacks hay que achacársela a él) y también ha perdido algo de precisión en sus pases, con un exceso de lanzamientos demasiado bajos, que en su caso siempre han sido síntoma de inseguridad. Pese a todo, ante Tennessee volvimos a ver al mejor Brady, con una gestión magistral del juego en ‘no huddle’ que borró de un plumazo los rumores de decadencia.

“¿Y qué ha cambiado desde 2016 en defensa?”

Por supuesto que ha habido muchos cambios por nombres. Pero bajas que se hayan notado de verdad quizá solo Hightower, lesionado, y Logan Ryan, que terminó jugando en 2016 a un nivel que este año no han alcanzado ni Butler, ni Gilmore. Su mayor problema es que el goteo de lesiones les ha obligado a hacer cambios en el front seven de forma permanente y eso ha afectado al rendimiento general. En la línea, Trey Flowers, Malcom Brown y Lawrence Guy han sido intocables, pero en el otro puesto ha habido un baile constante. Lo de la línea de linebackers ha sido mucho más grave por culpa de la baja para todo el año de Hightower. En un momento de la temporada eran un coladero, unido a que su sistema con tres o cuatro safeties y solo uno o dos linebackers no acabada de ajustarse. Sin embargo, ahora Van Noy, Roberts y Marquis Flowers están sanos y jugando muy bien. Otro problema estuvo en secundaria. El tridente Gilmore-Chung-Rowe ha sido decepcionante por momentos en el cornerback y la acumulación de safeties en el campo no ha solucionado el problema. Pero como suele pasar casi siempre con este equipo, la defensa ha mejorado exponencialmente durante el mes de diciembre y en la ronda divisional pareció otra. Además, Bortles, Foles y Keenum son quarterbacks más de sistema que de talento, y eso siempre beneficia a Belichick.

“¿Y Belichick ha cambiado algo de un año a otro?”

El head coach de los Patriots sigue siendo el de siempre, pero es innegable que ha tenido conflictos complicados en 2017. Ha tenido que gestionar un traspaso de Garoppolo que no deseaba y tal vez le ha causado desencuentros con Kraft, ha tenido un choque más o menos fuerte con Brady por el asunto de ‘Alex Guerrero’ y ve con resignación cómo Patricia y McDaniels parecen tener un pie fuera del equipo, por lo que se le avecina una reestructuración de su staff. Sin embargo, todo el grupo es consciente de que lo tienen todo de cara para ganar su sexto anillo, así que en la final de conferencia, y en una hipotética Super Bowl, nada hace indicar que ‘Tito Bill’ no vuelva a ser el genio de siempre.

“¿Les pueden ganar los Jaguars?”

Por supuesto que pueden, pero parece muy difícil. Fournette es la mejor arma ofensiva de Jacksonville, pero ya quedó más que claro que sigue con problemas de tobillo pese a que se merendara a la defensa de los Steelers. Será difícil que ante New England pueda hacer tanto daño, porque además es un front seven que suele jugar muy cómodo frente a corredores tan verticales y potentes. De hecho, no me sorprendería que Yeldon, más polifacético, pudiera convertirse en el jugador ofensivo clave en una posible victoria de los Jaguars. Los Patriots también suelen defenderse muy bien ante las carreras de quarterbacks móviles como Bortles. Son muy precavidos a la hora de entrar en blitz y prefieren conceder unas pocas yardas antes de abrir puertas de escape al quarterback. Además, se mueven muy bien lateralmente por las ayudas de la secundaria. Bortles tendrá además otro problema: para un buen quarterback es muy complicado leer las secundarias de New England, pero para él la tarde puede convertirse en una trampa mortal en la que los rivales le inciten con trampas permanentes a cometer sus habituales descuidos y errores de lectura. Por eso creo que Belichick planteará un duelo en el que intentará obligar a Marrone a atacar mucho por aire: “si quieres ganarme, tendrás que hacerlo con Bortles”.

La mejor baza de los Jaguars estará en agobiar a Brady. Como dije antes, Solder no está en su mejor momento en el left tackle y Fleming es un parche en el lado derecho si no juega Waddle. Ngakoue, Campbell, Malik Jackson y Dante Fowlers se los pueden comer con patatas. Aunque tendrán que protegerse de un Brady que puede defenderse con pases rápidos al backfield e imprimiendo la misma velocidad al juego que ante los Titans. Y más si de verdad tiene dañada la mano, lo que sin duda afectaría a su precisión en largo y le obligaría a ser más precavido, algo que, curiosamente, podría hasta beneficiar a su equipo. ¡Manda narices que los Pats puedan incluso sacar ventajas de sus problemas! También creo que los Jaguars se equivocarían si hicieran un plan especial para defender a Gronko. Su punto fuerte es la defensa aérea y la presión sobre el quarterback rival. Su punto más débil la defensa contra la carrera. Seguro que Belichick va a intentar ganar el partido jugando lo más posible en carrera con ayudas de Develin, el fullback, pero también con pases rápidos a Lewis, Burkhead y White. Anular a Gronko puede significar abrir un boquete para que los ‘pequeñitos’ te maten.

“¿Seguirás dando la tabarra con los Patriots?”

Si llegan a la Super Bowl, sin duda. Muchísimo. Pero os confieso que esta vez me encantaría pasarme dos semanas hablando de Jaguars y Vikings, que uno también tiene su corazoncito.