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MUNDIAL NATACION BUDAPEST

Duna Arena, "la mejor piscina del mundo" es una obra barata

Costó 144 millones, por 400 la de Londres 2012 y 500 la de Tokio 2020. "Creo que se lograrán récords. Se crea la atmósfera adecuada", dice el arquitecto Quim Pujol.

BudapestActualizado a
Una prueba de la piscina Duna Arena.
PATRICK B. KRAEMER

La espectacular piscina Duna Arena, situada en el barrio de Angyalföld de Budapest, llama la atención por su diseño y su capacidad para 12.000 personas. De color azul, con una formas onduladas grises en el exterior, es “la mejor piscina del mundo”, para el arquitecto español Quim Pujol, quien se ha encargado junto con la empresa húngara Market de la construcción en tan solo 17 meses de este magnánimo edificio que quedara para la posterioridad en la ciudad del agua.

La historia del Duna Arena está repleta de casualidades. En un primer momento, Budapest no iba a organizar los Mundiales. La sede escogida por la FINA era Guadalajara (México). Pero, cómo ocurrió con Barcelona 2013, cuando fue la sede de emergencia por la renuncia de Dubai, Guadalajara tuvo que salir del concurso y la FINA confió en Budapest. El país húngaro ya estaba planificando la construcción del Duna Arena para organizar en 2018 el Mundial júnior e ir preparando su candidatura olímpica para 2024, propuesta que finalmente no fructificó.

Duna Arena.
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Duna Arena.

Pero la desginación del Mundial 2017 hizo precipitar las obras. Fue entonces cuando Pujol entró con su equipo y propuso cambiar la ubicación de la piscina, que iba estar mirando al Danubio en vez de situarse de forma horizontal. El diseño, obra de unos arquitectos jóvenes húngaros, convenció al equipo de la FINA: “Nadie se atrevió a tocarlo. Nos dejó muy impresionado también la dedicación de la empresa local. Debo decir que es la obra más plácida que he tenido. Esta piscina se quedará en la ciudad, por lo que teníamos que pensar en el Campeonato pero también en el día de después”, comentó.

Pujol no solo destaca que es una piscina “propicia para que haya récords por la atmósfera que crea, los colores, la luz, el interiorismo… Tengo la impresión de que a los nadadores les ayudará. Es una piscina adecuada”. En el primer día de competición ya se estableció un récord del mundo para la historia, los 51.71 de Sarah Sjöstrom en los 100 libre, la primera mujer en bajar de 52 segundos.

Otra de las particularidades es el precio. La obra ha costado 144 millones de euros, aunque la prensa local asegura que se ha encarecido el doble desde las primeras previsiones. Pujol apunta que la piscina de Tokio iba a costar en un primer momento unos 700 kilos, aunque ahora se quiere reducir alrededor de 200 millones para dejarla en 500; o la de los Juegos de Londres costó 400 millones. “Una de las claves ha sido que la mano de obra y toda la logística ha sido local”, comentó. “Esta piscina es más funcional que la de Londres. Hay un 25 o 35% del presupuesto que se va en lo que no se ve de la instalación. En la parte subterránea. Colocar una piscina son más cosas”.