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BALONMANO

Los Hispanos: "Vamos a seguir dando guerra el año próximo"

Tomaron tierra a mediodía con sabor “agridulce”. “Es el peor resultado”, decía Rocas, que se queja de jugar Copa el miércoles. En 2016, Europeo y Preolímpico: objetivo, Río 2016.

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Los Hispanos: "Vamos a seguir dando guerra el año próximo"

“Agridulce”, definió Gonzalo Pérez de Vargas. “Agridulce”, repetía Jorge Maqueda a la llegada a Barajas procedentes de Doha a las 14:00 horas. Atrás quedaba la posibilidad de ganar un bronce en el Mundial, que se perdió en la prórroga frente a Polonia (28-29), un madrugón a las 03:00 para ir al aeropuerto y un vuelo de siete horas. Cansancio y una noche de darle muchas vueltas a la cabeza.

“Hay fastidio. Quizá cuando nos recuperemos y volvamos a los clubes se nos pase, pero es el peor resultado. Cuatro luchan por las medallas y sólo uno se queda sin ella”, sintetizaba Albert Rocas, que ha estado en todas las medallas de España desde el Mundial de Túnez en 2005. En el vuelo, aficionados, históricos como Juan de Dios Román y Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, y Alejandro Blanco, presidente del COE, que intentaron subir el ánimo a la tropa.

“Antes de ir habríamos firmado un cuarto, pero cuando estás allí eres más ambicioso. Hay que valorar que tenemos plaza para el Preolímpico, y eso era también un objetivo. Que no duden que vamos a seguir dando guerra”, advirtió Jorge Maqueda, que recibió los aplausos de sus paisanos y familia de Quero (Toledo). El Europeo en Polonia en enero de 2016 y el Preolímpico en abril serán las oportunidades que tengan los Hispanos para conseguir billete para los Juegos de Río.

Gonzalo Pérez de Vargas, el portero del Barcelona de 24 años que ha acabado como uno de los mejores del campeonato, valoró el Mundial como “un escaparate”. “Me he sentido muy a gusto con la continuidad que me han ofrecido. La medalla lo hubiera redondeado todo”, explicó, mientras cogía la maleta para pasar un día en Toledo porque el miércoles juega Copa del Rey en el Palau contra el Naturhouse. Una locura. “El calendario está mal hecho. No conozco ningún deporte en el que a los tres días de acabar el Mundial estés jugando”, se quejó Rocas, uno de los implicados.

Cañellas enlazaba hacia Alemania, Ugalde hacia Hungría, otros hacia Barcelona. Todos con ese sabor “agridulce” de la medalla de chocolate en Doha. Porque todos viajaron con la idea de revalidar el oro en la cabeza.