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ASOBAL | ATLÉTICO 42-GUADALAJARA 27

El Atlético tarda en arrancar

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El Atlético tarda en arrancar

El Atlético de Madrid cumplió con los deberes y ya puede centrarse por completo en los cuartos de final de la Liga de Campeones, tras imponerse hoy por un contundente 42-27 al Quabit Guadalaja, en un duelo en el que a los rojiblancos les costó arrancar.

Tardó en carburar el conjunto madrileño, que no despertó de su letargo hasta casi alcanzados los diez minutos, un tiempo en el que el Quabit Guadalajara, sustentado por la efectividad bajo los palos de Jorge Oliva, transitó casi siempre con ventaja en el marcador.

Rentas mínimas, eso sí, pero rentas, que confirmaban la falta de concentración de un Atlético, que pareció pensar más en el encuentro del próximo sábado con el Cimos Koper esloveno en la Liga de Campeones, que en el equipo alcarreño.

Relajación que se tradujo en ataque en un inusual falta de puntería, mientras que en defensa, la falta de tensión, propiciaba un innecesario número de exclusiones, que curiosamente, supusieron el principio del fin para el cuadro alcarreño.

Y es que el Atlético, hasta que no se vio con un hombre menos sobre la pista, no mostró su auténtica cara, esa que le convierte en un equipo casi inexpugnable en defensa y con una voracidad ofensiva, que tiene su mejor reflejo en su demoledor juego de transición.

Un juego que los de Dujshebaev no encontraron hoy hasta verse privados momentáneamente del polaco Mariusz Jurkiewicz superados los ocho minutos de juego, el detonante necesario para despertar definitivamente al conjunto madrileño.

O al menos al francés Luc Abalo, que en los siguientes minutos mostró todos los resortes de su amplio y espectacular repertorio para romper un marcador (9-5) que hasta la exclusión del polaco se caracterizó (5-5) por la igualdad.

Con Abaló en combustión, el Atlético de Madrid encontró el camino para solventar definitivamente un encuentro, en el que Alberto Entrerríos también reclamó su cuota de protagonismo con ocho tantos, cuatro de ellos en el primer tiempo, que dejaron sentenciado ya al descanso (19-13) el tanteador.

Un marcador que no dejaría de crecer en la segunda mitad en la que los rojiblancos no dieron tregua a un Quabit Guadalajara, que sólo pudo oponer resistencia en la figura del extremo Javier Parra a un Atlético cada vez más voraz.

Así los seis goles con los que los locales se marcharon al descanso no tardaron en convertirse en diez (24-14), lo que permitió a Dujshebaev dar numerosos minutos al joven portero Antonio Díez, que contribuyó con alguna que otra parada de mérito al contundente 42-27 final.

Un triunfo que tan sólo se vio ensombrecido por los gestos de dolor con los que se marchó al banquillo a los doce minutos de juego el extremo sueco Jonas Kallman, que ya no volvería a jugar.