España cumplió con su objetivo y ganó a Croacia por 0-3 sin darle opción, gracias a su mejoría en el juego y, sobre todo, en la recepción, su verdadero talón de Aquiles en el primer enfrentamiento.
España, con Bernal y Palharini en lugar de Salas y de un Israel Rodríguez falto de actitud, supo frenar la salida en tromba de los croatas, espoleados por la derrota del día anterior y dispuestos a hacer al menos un set a toda costa y lo antes posible.
Pero la gran diferencia con el día anterior, además de la actitud general del equipo, fue la mejora en la recepción, lo que agigantó la presencia de España en la pista.
Con la recepción en el nivel habitual, los españoles crecieron también en defensa y bloqueos, manteniendo un buen tono medio en ataque, lo que significó ventajas cómodas en el marcador, 7-14, 10-20, ante la desesperación de los locales.
Iban Pérez, Palharini y Delgado no tuvieron problemas en la anotación, mientras que Valido y Parres aseguraban la defensa, con Miguel Ángel Falasca eficaz en la colocación, como casi siempre. Ante la bonanza del marcador, las rotaciones de los jugadores españoles no se hicieron esperar. El seleccionador, Julio Velasco, fue dando entrada a Guillermo Hernán y Guillermo Falasca y, aunque el juego se resintió ligeramente, España ganó fácil el primer set por 18-25.
Croacia salió con renovados bríos en la segunda manga pero España no se dejó amilanar. Controló primero y machacó después con un parcial de 5-0 con saque de Bernal.
Al equipo español no le importó que algunos puntos se alargaran, o que los croatas se adelantaran en el marcador en los primeros puntos, siguió confiando en el bloque, en la circulación del balón y en el remate de los opuestos. Los errores de los locales hicieron el resto.
A final, España ganó el segundo set por 13-25, tras otro parcial de 4-0 con saque de Hernán. El tercer set varió con respecto a los anteriores. Croacia con ilusión y esfuerzo mantuvo el tipo e incluso se adelantó en los primeros puntos, 10-6. Después los árbitros echaron una manita y el punto que hubiera significado el 15-14 lo convirtieron en 16-13 al considerar no válido un remate absolutamente legal de Iban Pérez.
Una tarjeta al seleccionador, por protestar, fue el punto que significó el 17-13. Los jugadores españoles se arremangaron, empataron a 19 primero y ganaron después el set por 22-25.
