Pasabán llegó esta tarde a Madrid antes de poner rumbo a Zaragoza, donde será tratada de las congelaciones que sufre, y compareció brevemente ante los medios de comunicación en el aeropuerto de Barajas, visiblemente emocionada.
Aseguró que el descenso del campo 4 al campo base fue "uno de los peores momentos" de su vida. "Llega un momento en que el cuerpo de la persona dice que ya basta y el mío dijo basta", relató. Durante el descenso sufrió un "bajón físico" y "no hablaba ni reaccionaba", según señaló Alex Chicón, uno de los expedicionarios que ascendió con ella y que también estuvo presente en la rueda de prensa.
Chicón explicó que entre él y el resto de compañeros ayudaron a Pasabán en el descenso y que incluso dejaron abandonadas su mochilas para ello. "Edurne dijo que quería quedarse allí, pero puso mucho de su parte porque cuando una persona está en las últimas y no pone nada de su parte es imposible. Abandonamos nuestras mochilas con todas las consecuencias, sabiendo que poníamos nuestras vidas en peligro pero sabíamos que íbamos a conseguirlo", sentenció.
Edurne Pasabán, que ha sido propuesta para el Premio Príncipe de Asturias junto a otras dos alpinistas, la austríaca Gerline Karlterbrunner y la italiana Nieves Moroi, quiso agradecer también el "cariño" de la gente y añadió que su único objetivo ahora mismo es recuperarse "cuanto antes".