Los dos mejores equipos del año en el balonmano nacional se lo jugaban todo a una carta, pero ésta sólo tuvo un posesor, el conjunto local, que pasó menos apuros de los previstos y rompió el partido muy pronto, dejando con autoridad sin opciones a su rival. El Quijote Arena volvió a ser un fortín. Ningún equipo español gana en el recinto manchego desde diciembre de 2004 cuando lo hizo precisamente los hoy entrenados por Xavi Pascual por 30-36, y la estadística se mantendrá gracias a la labor de Sterbik, Abalo y Rutenka, grandes protagonistas de la decisiva primera parte.

El Barça, pese a haber derrotado los de Talant Dusjhebaev en tres ocasiones esta campaña, no pudo hacer casi nada ante un campeón de Europa muy entonado y poco dispuesto a dar concesiones para saborear su primer título del año. Los azulgranas aguantaron un cuarto de hora. A partir de ahí, las paradas de Sterbik y los goles de Abalo (8 de los 13 que anotó) y Rutenka (9 de sus 12) fueron demoledores para los visitantes que pasaron del 6-6 al 10-6.

Verse por detrás en el marcador llevó la precipitación a los de Pascual, desbordados por la ofensiva de su rival, que llegó al descanso con medio título en el bolsillo (20-12) y únicamente a la espera de una reacción milagrosa de un equipo, sin defensa. Ésta no se produjo porque no hubo mejoría defensiva y las principales estrellas azulgranas no entraron en el partido. El conjunto manchego no se relajó y continuó demoliendo su obstáculo hacia el título. Los visitantes llegaron a ponerse 26-20, pero fue un espejismo porque el Ciudad Real iba lanzado hacia la reedición de su entorchado.

Un éxito, el primero de la temporada tras fallar en la Supercopa, Copa Asobal y Copa del Rey, todas por culpa del Barça, que llegó tras un mal inicio de temporada en el que los de Talant Dujshebaev sumaron dos derrotas (Pevafersa Valladolid y Arrate) que le hicieron descolgarse para posteriormente ir recuperando terreno, que se culminó en el Palau donde su victoria le permitió alcanzar a su rival.