Tanto Ciudad Real como el Ademar, actual campeón de la Copa ASOBAL, se mostraron con mucho respeto en los compases iniciales del encuentro. Talant Djushebaev planteó una defensa cinco-uno con Jonas Källman como avanzado y Jordi Ribera colocó a los leoneses en un sólido seis-cero. La buena defensa del Ademar y la actuación inicial del meta Mirko Alilovic, que se fue diluyendo a medida que avanzaba el encuentro, le dio una ligera ventaja inicial (4-2, m.5), pero el Ciudad Real, donde José Javier Hombrados empezaba a estar acertado bajo los palos, se ponía por delante en el marcador (10-9, m.19) tras dos tantos de Ales Pajovic.
El choque entró en una fase de equilibrio y los manchegos colocaron a Roberto García Parrondo como avanzado en el cinco-uno y forzando acciones que finalizaban desde la línea de siete metros perfectamente ejecutadas por Olafur Stefansson, que daban ventaja al Ciudad Real al descanso (14-12). La segunda mitad comenzaba con la entrada de Arpad Sterbik bajo los palos del equipo manchego y de Vicente Alamo en la meta leonesa. El Ademar empataba (16-16, m.35) por medio de Costa, pero el Ciudad Real forzaba la velocidad en ataque, especialmente con acciones de Jonas Källman, el mejor jugador del partido y lanzamientos demoledores de Jerome Fernández.
Ni el retorno de Alilovic bajo los palos evitaba que la brecha favorable a los de Dujshebaev se ampliase hasta cuatro tantos (22-18, m. 41). Pero los de Jordi Ribera no se daban por vencidos. El extremo eslovaco Martin Stranovsky y el pivote Julen Aguinagalde daban de nuevo aire a su equipo y equilibraban el marcador (25-25, m. 52).
Pero ahí comenzaba todo un recital de Sterbik, con casi cuatro paradas consecutivas que frenaban la ofensiva leonesa y desequilibraba el marcador (29-26, m.56). Sarmiento y Stranovky apretaban de nuevo (29-28, m.58), pero el Ciudad Real tuvo la cabeza más fría y ya no le permitiría más recortes (32-28). Un justo vencedor para un choque equilibrado en el que el Ciudad Real se mostró, a pesar de sus bajas, en un momento dulce de juego frente a un Reale Ademar que luchó hasta que Sterbik y la fuerza física dijeron basta.