Corea del Sur controló el partido, con velocidad y coordinación sorprendentes pese a su desventaja física, para afrontar el tramo final de encuentro con ventaja en el marcador.
Los croatas, incapaces de abrir el 5-1 defensivo coreano, tropezaron con un lastre de juego lento y anárquico. Las acciones del pivote Igor Vori (ex del Barcelona) y la maestría croata en manejar el reloj voltearon a falta de seis minutos un 23-25 desfavorable.
Las 12.000 gargantas tronaron en el Spaladium de Split y los cañonazos postreros de Metlicic (sus únicos tantos) hicieron el resto para salvar el estreno a la anfitriona y favorita al título mundial.