El entrenador del Arrate, Víktor Debre, destacó la capacidad de entrega de su equipo contra el Ciudad Real, porque a pesar de recibir al líder bajo mínimos por las muchas bajas que arrastraban fueron capaces de ponerle en aprietos durante muchos minutos gracias a "luchar y pelear al máximo".

La intención de equipo era "hacerles trabajar fuerte" y lo consiguieron, según el técnico húngaro, quien consideró normal el bajón final, porque a la dificultad que de por sí entraña plantar cara a un adversario de tanto potencial se sumó el hecho de tener que afrontar el encuentro con apenas diez jugadores de la primera plantilla.

"Jugar así no es fácil, porque nos enfrentábamos a un equipo muy potente y teníamos que trabajar mucho cada gol", explicó, disgustado porque al inicio de la segunda parte el Arrate actuó de forma "desordenada" y a partir de ahí ya se convirtió en un reto imposible tratar de recuperar el terreno perdido, dado que el cansancio era cada vez mayor.

Debre se refirió al protagonismo del meta Gojko Vucinic, que recuperó la titularidad por la ausencia de Iñaki Malumbres y que, a su juicio, "cumplió", ya que "no era fácil para él tomar la responsabilidad ante un equipo grande" después de asumir un papel secundario a lo largo de la temporada.

El preparador magiar también valoró la capacidad de sacrificio de Gonzalo Carou, obligado a disputar la gran mayoría de los minutos desde el inicio de la campaña por la eterna lesión de Vladimir Matovic, sobreponiéndose a malos momentos físicos con tal de servir a su club.

"A este hombre hay que levantarle un monumento, porque lo que está haciendo es muy meritorio y para mí es un héroe", destacó el técnico del conjunto de Eibar.